Capítulo 11

11.4K 710 507
                                    

Estaba amaneciendo en la ciudad de Bastrop, Luisiana, cuando finalmente llegamos.

Luego de haber pasado la noche intentando conciliar el sueño en la parte trasera del auto, la salida del sol fue algo plenamente reconfortante.

Klaus había asegurado que no teníamos tiempo para detenernos a descansar, pero parecía olvidar que sus necesidades eran muy distintas a las mías.

De todas formas, no quise presionarlo. Sabía que estaba comportándose lo mejor que podía.

Aunque claro, saber eso no me impidió desear numerosas veces que Elijah estuviera en su lugar.

Ninguno de los dos se preocupaba por mí de manera genuina; solo querían mantenerme viva porque muerta no les era útil, pero al menos Elijah fingía no aborrecerme cuando yo estaba presente.

De haber podido elegir, prefería al policía bueno.

Estaba sentada sobre el capó del vehículo, recibiendo los primeros rayos de sol del día. Mis ojos estaban cerrados, pero sabía que Klaus estaba cerca. En realidad, él siempre estaba cerca: en esos días de viaje, no se había alejado de mi ni un segundo. Al parecer, mantenerme a salvo era su nuevo trabajo.

-Ahora que ya estamos aquí, ¿a dónde vamos primero?-pregunté, sin molestarme en subir la voz. Sabía que, no importa qué tan bajito hablara, él me escucharía.

-Primero, buscaremos un lugar para que desayunes-respondió, pagando por el combustible del vehículo.

Esa no era la respuesta que estaba esperando.

-¿Pero qué hay de la bruja? ¿Perdió su varita o algo?

-Si sabes que, en la vida real, las brujas no necesitan varitas, ¿cierto?-preguntó, no muy seguro de que yo supiera la respuesta.

-Me niego a aceptarlo.

Puso los ojos en blanco y abrió la puerta del acompañante, haciendo un pequeño gesto de cabeza.

-Sube-me ordenó, mientras yo daba un brinco para bajar del capó del auto.-Luego de que desayunes, iremos con Mary-Doo.

Subí al vehículo sin quejas; Klaus cerró la puerta del acompañante una vez que estuve dentro y rodeó el vehículo, entrando por su lado.

-Tengo una duda-dije, mientras el motor se ponía en marcha-¿Cómo luces cuando te transformas en lobo?

Sonaba como una pregunta muy estúpida, pero tenía curiosidad.

-¿Cuerpo de hombre y cara de lobo o...?

-Espera, espera. ¿No me estarás confundiendo con un minotauro?-me interrumpió, con una pequeña sonrisa sarcástica.-¿Cuerpo de hombre y cara de lobo? Ya, enserio, ¿de dónde sacas todas esas cosas, pequeña?

-Pues luego de que lo mordieran, Scott comenzó a...

-¿Scott?

-Scott Mccall-respondí, obvia.-Ya sabes, ¿el protagonista de Un Lobo Adolescente?

Intentó disimular su risa aclarándose la garganta, pero no le salió muy bien.

-Ya te lo dije, no te conviertes en un lobo por un rasguño o una mordida. Naces con el gen; si matas a alguien, la maldición se desata.

-Ya, ya-puse los ojos en blanco; eso no me impediría ver la sexta temporada de uno de mis programas favoritos.-Pero que las brujas no necesiten una varita... Eso sí no me lo creo. Además, ¿estás completamente seguro que no existen las escuelas para brujas? Ya sabes, un lugar donde puedan aprender algunos conjuros, a controlar su magia, a volar...

Milènium | The Originals [Klaus/Elijah]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora