Capítulo 35

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—¿Piensas soltarla en algún momento, Niklaus, o acaso olvidaste que Annie sabe caminar?

Allí iban de nuevo. No había sido suficiente tener que oírlos discutir sobre tonterías durante todo el trayecto recorrido hasta encontrarnos con los demás. Según parecía, estaban más que dispuestos a continuar peleando frente a ellos.

—Pues yo no la he oído quejarse, ¿y tú, Rebekah?—replicó Klaus, girándose hacia su hermana con bastante humor y nada de honesta curiosidad.

La Original soltó un resoplido y, sin decir nada, apresuró el paso, alejándose de nosotros y caminando hacia Thierry, Serena y Marcel, algunos metros más adelante.

—¿Qué hay de ti, Annie? ¿A ti te molesta? ¿Preferirías caminar o...?—procedió a preguntarme el rubio, con cierto tono de burla dirigida a su hermano oculta en su voz, claramente ansioso por continuar fastidiándolo.

Afirmó el agarre de sus manos a mis piernas conforme aguardaba por mi respuesta, como si eso pudiera dejarle claro a Elijah alguna clase de secreta autoridad sobre mí o mi cuerpo.

"Ella es MÍ amiga", casi pude oírlo jactarse.

Si tan solo Klaus supiera que a su hermano aquello no podría importarle menos... Porque sí; si Elijah me lo pidiera, sería absoluta y plenamente de él, en cada sentido de la palabra. ¿Qué más querría yo que serlo? Pero el Original había dejado medianamente claros sus sentimientos hacia mí con anterioridad, y yo estaba cansada de confundir las cosas, por lo que no pensar al respecto era la mejor solución que se me había ocurrido.

Además, Klaus solo se comportaba de aquella forma porque le gustaba fastidiar a su hermano, ponerlo incómodo, tal vez incluso creía que celoso... Nada más alejado de la realidad.

Aún suponiendo que el cariñoso trato del Híbrido hacia mí realmente pusiera celoso a Elijah, esto no duraría mucho si él supiera lo que sentía cada vez que su hermano me tocaba: absolutamente nada. Ni el más mínimo escalofrío.

—No, en lo absoluto.

—¿Ya ves? Te lo dije, hermano: que la cargue es algo así como "lo nuestro".

"Lo nuestro" lo hacía sonar demasiado importante para tratarse de algo que apenas sucedía por segunda vez, pero decidí que era mejor no decir nada.

No era mi deber apaciguar las estúpidas e infundamentadas creencias de Elijah de que Klaus estaba enamorado de mí; no era su novia.

—Si te cansas, yo podría cargarla... Quiero decir, no me molestaría hacerlo.

Tuve que hundir mi rostro en el cuello del rubio para no reír ante las palabras de su hermano. Pesaba menos de cincuenta y cinco kilos mojada, ¿enserio esperaba que Klaus, el Híbrido Original, se cansara de cargarme?

—No, estamos bien.

Sin más, di por supuesto que habían terminado su pasiva-agresiva conversación, ya que Elijah disminuyó la velocidad de su caminar hasta que ya no fui capaz de observarlo por el rabillo del ojo. Al menos, no hasta dentro de un largo rato, cuando finalmente llegamos nuestro destino.

Todos los miembros activos de la manada se encontraban esperándonos, sentados sobre modestos troncos cortados de forma que simularan pequeños bancos en torno a una ya extinta fogata.

La primera en vernos llegar fue Andrea Labonair-Kenner, una de los Alfas. Su mirada se cruzó con la mía durante algunos segundos y, si bien noté que no parecía dispuesta a disculparse por sus acciones en nuestro último encuentro, tampoco guardaba rencor alguno dirigido a mí. Su mirada me transmitía lo que su boca nunca se atrevería a decir, pero sé que sentía. "Borrón y cuenta nueva".

Milènium | The Originals [Klaus/Elijah]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora