Me quedé de pie sin saber qué hacer, estaba rota por dentro, mi corazón se había partido en cachos imposibles de pegar. Mangel corrió hacia mí, me quitó el móvil de las manos y me abrazó. Yo inmóvil, sin poder corresponder a su abrazo, noté como me empezaba a pesar todo el cuerpo, mis piernas empezaron a temblar. Menos mal que Mangel me estaba agarrando si no me hubiese caído al suelo. Me llevó hasta su cama, me dejó tumbada encima de ella y me tapó con una manta.
Cuando pensé que se había ido de la habitación noté como se tumbaba en el otro lado de la cama por detrás de mí y me abrazó, yo me sentí mejor. Mis lágrimas no paraban de brotar de mis ojos hasta que del cansancio me quedé dormida.
*Narra Mangel*
Emily estaba gritando a Vegetta, nunca la había visto así, noté como las lágrimas empezaban a caerla por las mejillas, pero yo hice caso a lo que me dijo, no me metería. Cuando colgó estaba inmóvil, no podía verla así fui a abrazarla. Al momento sus piernas la fallaron y se derrumbó, la llevé a cuestas y la tumbé en mi cama.
Después de tumbarme detrás de ella abrazándola sentí que se relajó un poco, pero no dejaba de sollozar, hasta que al rato se quedó dormida. Con cuidado me levanté y despacio salí de la habitación y cerré la puerta. Me dirigí al salón, pensé en ir a hablar con Vegetta pero se me quitó la idea de la mente al darme cuenta que acabaríamos dándonos de hostias y prefería que eso no pasara.
Me senté en el sofá no tenía ganas de nada, no podía ver a Emily mal, me jodía verla así. Mira que avise a este gilipollas que no la hiciera daño, pero no, no me hizo caso. Estaba en mi mundo cuando recibí una llamada.
*Llamada telefónica*
- ¡¡Hey Mahe!!
- Rubius. - Dije desganado.
- ¿Sales de fiesta con nosotros?
- No tengo ganas tío, id vosotros, ya saldremos otra noche.
- ¿Te pasa algo?
- No, bueno sí. Bueno a mi no, pero prefiero no contarlo por respeto a la otra persona.
- ¿Es por Emily verdad?
- ¿Qué sabes?
- Nada, solo que Vegetta me ha estado preguntado si sabia donde estaba Emily.
- ¿Y qué le has dicho?
- Pues que le voy a decir, que no tenía ni idea, pero creo que iba a ir a tu casa.
- ¿No jodas?
- Eso me dijo, recordó que Emily le dijo que había quedado a comer contigo o no sé qué mierdas.
- No le pienso abrir la puerta a no ser que ella me lo diga. Demasiado mal está.
- Bueno, ánimo tío. Espero que no sea nada.
- Eso de que no es nada... Ya te contaré cuando pueda.
- Bueno Mangel mañana nos vemos. Ánimo y un beso para Emily.
- Gracias tío. Hasta mañana.
*Fin de la conversación telefónica*
Cuando colgué me senté en el sofá y Johnny se me subió al regazo, quería mimos, aparte de ser muy cariñoso está loquísimo. Cuando estaba a punto de dormirse empezó a hacer unos ruidos extraños y dar vueltas como un loco y no pude evitar reírme.
Cuando me di cuenta estaba dormido en el sofá, los parpados me pesaban. Aun dormido noté como alguien quitaba al gato de encima y me ponía una manta, supuse que era Emily.
*Narra Emily*
No sé cuánto tiempo llevaba dormida pero me levanté y fui dirección al salón. En el sofá grande estaba Mangel dormido con Johnny encima, se le quité intentando no despertarle y le puse una manta. Yo me senté en el sofá pequeño con el gato en mi regazo. Era tan cariñoso y gracioso que no sé cómo me sacó una sonrisa.
No sé qué hora seria cuando llamaron al timbre, fui corriendo a ver quién era, no quería que llamasen otra vez y despertaran a Mangel. Miré por la mirilla y gran sorpresa me llevé al ver quién era el que estaba al otro lado de la puerta, no sabía como había entrado hasta aquí pero no tenía ganas de hablar con él. Volvió a llamar al timbre.
- ¡Deja de llamar! Vas a despertar a Mangel.
- Pues ábreme Emily, tenemos que hablar.
- Contigo no tengo nada que hablar y tampoco tengo ganas de verte.
- Por favor, escúchame.
- Si quieres hablar hazlo desde fuera, pero no pienso abrir la puerta.
- Joder, no quiero que se enteren los vecinos.
- Me la suda que lo oigan. Si no hablas así largo de aquí.
- Te lo pido por favor... Emily, te quiero demasiado.
- Eso haberlo pensado antes de liarte con tu querida Rebeca.
- Ella se me lanzó. No pude apartarme.
- Tío deja de poner escusas, vi como la abrazabas. Que no soy gilipollas, en las fotos se ve bien claro.
- Joder... - Se me volvieron a la mente esas imágenes y noté como de nuevo las lágrimas brotaban de mis ojos. Me deslicé por la puerta, sentada en el suelo, agarrando mis rodillas.
- Largo. – Dije sollozando.
Al rato oí sus pasos, oí como se alejaba de la puerta. Sentí de nuevo mi corazón en pedazos. Me levanté como pude, sin fuerzas y volví a mirar por la mirilla, vi a Samuel alejarse de la puerta mientras bajaba las escaleras a paso lento.
Bajé la cabeza, aun con lágrimas en los ojos, me los frote con la manga y caminé hacia el salón. Me encontré a Mangel sentado con mirada triste.
- Siento haberte despertado.
- No importa. – Hizo un gesto con la mano señalando el sofá. – Ven aquí anda.
Sin decir nada me senté a su lado y me abrazó. Sus cálidos brazos, me protegían, me sentía mejor, cada vez que le tenía cerca mi tristeza se disminuía, sabía que era un gran amigo.
*Narra Mangel*
Estaba dormido cuando de repente oí a Emily hablar, después tras la puerta oí la voz de Vegetta. Me incorporé en el sofá sin hacer ruido, escuchando la conversación, no quería interrumpir. Al rato llegó Emily al salón cabizbaja secándose las lágrimas. Odiaba verla así, me dolía demasiado. Estaba muy jodida y yo no podía hacer mucho por ayudarla.
- Siento haberte despertado.
- No importa. Ven aquí anda. – la dije haciendo un gesto tocando el sofá.
Esta vino hacia mí, se sentó a mi lado y la abracé. Noté como dejaba de temblar y parecía algo más tranquila. Levantó la cabeza para mirarme, bajé la vista hacia ella y la sequé las lágrimas que la resbalaban por la mejilla. La tenía tan cerca, me recordaba cuando éramos pequeños, una de las veces que se cayó y empezó a llorar y yo la llevé a mi casa para curarla la herida de la rodilla. Era tan adorable y lo seguía siendo.
Bajó de nuevo la cabeza y yo hablé.
- Hey enana, siento que esta vez no pueda curarte las heridas. Son totalmente distintas de cuando éramos unos enanos. Ojala pudiésemos ser pequeños otra vez, poder jugar como solíamos hacerlo y poder curarte las heridas como solía hacer.
Esta vez el que bajó la cabeza fui yo, intentando no llorar. Pero ella me agarró de la barbilla y me miró fijamente.
- Mientras te tenga aquí, a mi lado, mis heridas se curarán poco a poco. – Y una leve sonrisa se le escapó de sus preciosos labios.
Después de 2 meses, más o menos, vuelvo a subir capítulo, llevaba un tiempo sin inspiracion y a parte han sido las fiestas de mi pueblo y entre preparar cosas y demás no he tenido tiempo. Espero que os guste el nuevo cap y me digais que os ha parecido. z4 para todas y que os loff. Gracias fieles lectoras/es que estais ahi siempre. Muacks!!
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Los nuevos vecinos. (YouTubers Fanfic)
أدب الهواةLa historia de una chica llamada Emily que sus padres se la llevan desde pequeña a vivir a L.A. donde alli vivira cosas que ni ella misma imagina. Si te gustan los youtubers esta es tu historia. (Aquí podrás encontrar las dos temporadas, aunque la p...