Capítulo 5

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Ví a Abraham bajando las escaleras hasta mi rellano.
Abraham: Hola Gabi - me saludó sonriendo.
Yo: ¿Hola? Nos hemos visto hace cinco minutos - reí.
Abraham: Ya... - rió
Yo: Y... ¿qué quieres?
Abraham: Ah si, nada, iba a tirar la basura y por casualidad me he topado contigo - mintió.
Yo: Ah... ¿Y la basura? - pregunté riendo. No tenía ninguna bolsa de basura, se notaba claramente que estaba mintiendo. Abraham puso cara de "Mierda, fallo técnico".
Abraham: Ui, me la he dejado en mi casa... Bueno, ya que estoy aquí hablando contigo, pues quería preguntarte que si necesitas ayuda con los deberes de física y química pídemela, a mi se me da muy bien.
Yo: ¿Y cómo sabes que necesito ayuda con eso? - pregunté extrañada
Abraham: ...
Yo: ¿Has estado escuchándo mi conversación? - dije un poco molesta. A Abraham no le quedó más remedio que reconocerlo. En realidad, no entiendo por qué me ha molestado, si me encantaría que me ayudara.
Abraham: Lo siento si te ha molestado, de veras.
Yo: No, no me molesta, es más, te lo agradezco mucho porque... no se me da nada bien - reí.
Abraham: ¡Guay! ¿Te ayudo? - preguntó entusiasmado.
Yo: Vaya, si que te hace ilusión - dije riéndome.
Abraham: Si... - surgió un momento de silencio incómodo entre los dos.
Yo: Bueno pues... ¿empezamos?
Abraham: Sí.
Fuimos a mi casa. Nada más entrar, mi madre preguntó extrañada al ver a Abraham.
Mamá: ¿Abraham? - me miró en busca de explicaciones.
Yo: Sí, me va a ayudar con los deberes de física y química mamá .
Abraham: Hola - la dió dos besos. Era tan educado...- voy a ayudar a su hija con sus deberes de física.
Mi madre se extrañó, pero cedió encantada.
Mamá: Ah vale, gracias Abraham.
Abraham: No hay de qué, a mi se me da bastante bien y no me importa ayudar a su hija.
Mamá: Que majo - Los tres nos reímos - pero... No me hables de usted, ¿si? Puedes llamarme Carmen - dijo guiñando un ojo.
Abraham: Vale, Carmen - dijo riendo.
Subimos a mi habitación.
Abraham: Vaya - dijo observando mi habitación - me encanta tu habitación.
Yo: Gracias.
Abraham miró una foto mía que tenía sobre mi mesilla.
Abraham: Qué guapa - dijo sonriendo.
¿Me ha llamado guapa? ¿Y ahora yo que digo?
Yo: ...Muchas gracias - me sonrojé, y el también - Bueno... ¿empezamos con física?
Abraham: Sí, mejor.
Nos sentamos y me explicó todo lo que no entendía. Con él todo era más fácil, lo entendí todo a la perfección.
Yo: Abraham, no sé como agradecertelo... Ahora lo he entendido todo, muchas gracias, en serio - dije mirándole con dulcura.
Abraham: No tienes que agradecerme nada Gabi, ha sido un placer ayudarte, cuando quieras repetimos... - dijo sonriendo mientras se rascaba la nuca.
Yo: Vale, cuando tenga más deberes te aviso - bromee.
Abraham: ¿Y si no tienes deberes? ¿No me avisas? - dijo siguiéndome la broma.
Yo: Eh... ¿Si...? ¿Qué quieres decir? Me estoy perdiendo - me reí, y el también.
Abraham: Quiero decir que nos podríamos ver más amenudo, que para vivir tan cerca nos vemos muy poco.
WOW, ¿Me está diciendo que quiere quedar conmigo? Este chico, parecía tímido pero... ahora no se ha andado con rodeos. Creo que debería hacer lo mismo... Me cae muy bien, y es muy buen profesor, además no está nada mal físicamente.
Yo: ¿Quieres quedar conmigo? - sonreí pícara.
Abraham: Sí
Se me hizo un nudo en la garganta.
Yo: ..v..vale.. Yo... A mí también me gustaría volver a vernos, mas allá del portal o de los rellanos - bromee.
Abraham se rió.
Abraham: Guay pues... ¿Te doy mi teléfono y me avisas cuando puedas?
Yo: Perfecto ...
Apunté su número, fuimos hasta la puerta, ya se iba. Qué pena...
Sara: ¡Hola Abraham! - ya ha tenido que aparecer la enana.
Abraham: ¡Hola preciosa! ¿Cómo eres tan guapa? - dijo cojiéndola en brazos. Yo: Sí que te gustan los niños pequeños - dije observándole.
Abraham acabó de hablar con mi hermana y ella se marchó a su cuarto. Abraham: Sí, me encantan, además... los niños pequeños me adoran - dijo poniendo una sonrisa pícara.
Yo: Ui, qué creído - me reí.
Abraham: Bueno Gabi, ya sabes, mándame un mensaje cuando sepas algo... Adiós guapa - me dió dos besos.
Yo: Adiós Abraham.
Cerré la puerta, salió un suspiro de mí. ¿Estaré enamorada?

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