Capítulo 2

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Llegué a clase. Me repartieron el examen y, como no, me salió bastante mal. Genial... ¿Ahora cómo se lo digo a mis padres? Me van a matar. Llegó la hora del recreo.
María: ¡Gabi! ¿Qué tal el examen?
María es mi mejor amiga desde que éramos pequeñas.
Yo: Bueno... - miré hacia otra parte.
María: ¿Apruebas?
Yo: No.
María: Si necesitas ayuda pídemela, que a mi se me da bastante bien.
Yo: Gracias - consiguió sacarme una sonrisa. Siempre lo consigue.
Pasaron las horas hasta que por fin nos fuimos a casa.
Yo: ¿Dónde habré metido las llaves? - dije parada en frente del portal, rebuscando en mi mochila.
Abraham: Espera, ya abro yo - dijo sonriendo.
Me giré, era Abraham, un vecino mío. No solemos coincidir mucho, pero por lo poco que le he visto, podría decir que es bastante mono.
Yo: Gracias Abraham - dije tímidamente. Subimos al ascensor.
Abraham: Al 6°, ¿no?
Yo: Sí.
Pulsó el botón de mi piso, él vivía uno más arriba. Odio ese momento de silencio incómodo en el ascensor, quería decir algo pero no sabía el qué, así que solté lo primero que se me pasó por la cabeza.
Yo: Pues han dicho que van a bajar las temperaturas - ¿¡cómo he podido decir esa estupidez?!
Abraham: ¿Sí? - se rió. Se ve que le hizo bastante gracia. Por fin llegó el ascensor a mi piso - adiós Gabi.
Yo: Chao Abraham...

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