Capítulo 16

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Narra Gabi
Bajé a mi casa, estaban mis padres y mi hermana.
Yo: Hola familia.
Papá: Hola Gabi.
Mamá: Hola, ¿qué tal la cena?
Yo: Eh... bien - dije mirando a mi padre. No sabía si mi madre había haablado ya con él o no.
Mamá: Me alegro, ¿qué has cenado? - preguntó. La miré dudosa, pero ella me hizo un gesto referente a que ya había hablado con mi padre.
Mamá: ¿Qué has cenado?
Yo: Espaguetis a la boloñesa. Papá, tengo que hablar contigo.
Mi madre se extrañó.
Papá: Hija, ya he hablado con tu madre y me parece bien que vayas con ese chico, no voy a impedírt..
Yo: No, -interrumpí- no es eso.
Mamá: ¿No? - preguntó confusa.
Yo: No, papá, escúchame...
Le expliqué todo lo del talento de Abraham para cantar y le propuse lo de que se presentara a Sony.
Papá: ¿A Sony? Es difícil que te acepten, es una gran discográfica.
Yo: Pero papá, tiene una voz increíble, en serio, estoy segura de que sí le aceptarían.
Papá: Bueno, por intentarlo no pierdes nada pero, ¿puedo escuchar yo esa voz antes?
Mi madre estaba alucinando.
Yo: Claro que sí, cuando quieras subimos a su casa y te canta alguna canción suya, ya verás...
Mamá: ¿¡Compone sus propias canciones!? - preguntó sorprendida.
Yo: ¡Sí!
Papá: ¿Cuántos años tiene?
Yo: Dieciséis.
Mis padres abrieron los ojos de par en par.
Papá: Madre mía, ¿dieciséis años?
Yo: ¿No es íncreíble? Pues canta cómo los ángeles. De hecho, si se hubiera presentado antes seguro que ahora tendría hasta fans y todo. Sería un ídolo adolescente.
Papá: Bueno, bueno, habla con él para ver cuando puedo escucharle.
Yo: ¡Vale!
Mamá: Pero mañana eh, que hoy ya es tarde.
Yo: ¡Gracias! - les dí un beso a los dos, dí las buenas noches y subí a mi cuarto. Sabía de sobra que Abraham aún no estaba durmiendo, así que le mandé un mensaje.

Yo: Abraham?
AM: Dime
Yo: He hablado con mi padre.
AM: ¿Sí? ¿Y qué dice?
Yo: Que quiere escucharte.
AM: ¿Cómo tú esta tarde?
Yo: Sí. Le he contado que componías y eso, y se ha quedado alucinando.
AM: Wow, pues cuando él quiera. Muchas gracias Gabi, ¡eres la mejor!♡
Gabi: Mañana hablo con él y te digo algo.
AM: ¡Ok!
Yo: Buenas noches Abe♡
AM: Hasta mañana Gabi♡

Al día siguiente por la mañana me despertó mi madre. Me preparé, fui al insti... la misma aburrida rutina de siempre. Por suerte, los viernes mi padre salía de trabajar antes, y tenía la tarde libre. Perfecto para ir a casa de Abraham. Llegué a mi casa, estaba sóla. Llamé a Abraham.
AM: ¿Si?
Yo: ¡Hola!
AM: ¡Hola Gabi!
Yo: ¿Te va bien si esta tarde subimos mi padre y yo a tu casa? Ya sabes, quiere escuchar tu voz...
AM: Vale, pero tendría que ser a partir de las seis.
Yo: Vale, cuando llegue a casa hablo con él.
AM: Vale.
Yo: Pues luego hablamos, adiós feo.
AM: Adiós guapa.

Esperé a mi padre hasta que llegó.
Yo: ¡Por fin! - dije levantándome del sofá.
Papá: He pillado un atasco de tres pares de narices - dijo quejándose mientras se quitaba la chaqueta - ¿Y tu hermana?
Yo: Hoy se queda a dormir a casa de su amiga, Laura.
Papá: Ah sí, es verdad.
Yo: ¿Podemos ir hoy a casa de Abraham?
Papá: ¿Hoy?
Yo: Cuanto antes mejor, ¿no?
Papá: Pues... vale. Pero, ¿a qué hora sería?
Yo: A partir de las seis, cuándo quieras.
Papá: Vale. Tengo que hacer algunas cosas esta tarde, pero si no tardamos mucho puedo subir unos minutos.
Yo: Vale.
Papá: ¿Has comido?
Yo: Sí. Mamá ha dejado comida en la nevera.
Papá: Vale, bueno, voy a comer.
Yo: Vale.

Dormí la siesta un rato hasta las cinco y algo, cuando me despertó mi padre.
Papá: Gabi, son las seis menos cuarto. ¿Vamos a casa de Abraham o voy a hacer los recados que tengo pendientes?
Yo: No, no, vamos a casa de Abe - dije con los ojos entrecerrados.
Papá: ¿Abe? - preguntó extrañado
Yo: Nada - dije mientras bostezaba - Voy a vestirme.
Papá: Vale... Te espero abajo.
Me vestí y le mandé un mensaje a Abe preguntando si le venía bien, y me dijo que sí. Me puse colonia y bajé a dónde estaba mi padre.
Papá: ¿Vamos?
Yo: Vamos.
Subimos a casa de Abraham.
AM: ¡Hola! Yo soy Abraham, encantado - dijo estrechando la mano con mi padre.
Papá: Yo soy Jaime. Un placer.
AM: Hola Gabi - me dió dos besos, cosa que no me gustaba mucho delante de mi padre.
Yo: Hola Abe.
AM: ¿Pasáis?
Entramos a su casa, Abraham nos acomodó en el sofá.
AM: Voy por mi guitarra - dijo yendo a su habitación.
Yo: Ya verás que bien lo hace papá.
Papá: A ver si es verdad.
Abraham vino, se sentó en una silla y comenzó a tocar con su guitarra una de sus canciones compuestas por él.
Lo hizo genial, para variar. Mi padre se quedó flipando.
Papá: ¿La has escrito tú? - preguntó sorprendido.
AM: ¡Sí! ¿Qué le parece?
Papá: Me parece que tienes que ir ya para allá - dijo con los ojos abiertos como platos.
AM: ¿Ir a dónde? - preguntó confuso.
Papá: Ir a Sony, bueno, puedes a ir a la discográfica que quieras, pero me gustaría que vinieras a la mía.
Yo: ¿Crees que lo cojerían?
Papá: Estoy más que seguro. Chico, tienes talento.
Yo: ¡Sí, sí, sí! ¡Ves! ¡Te lo dije! - exclamé emocionada.
AM: ¿¡En serio?! ¡Wow! ¡Qué fuerte! ¡No me lo creo ni yo! - exclamó levantándose del sofá.
Papá: Entonces... ¿Te veo allí algún día de estos?
AM: ¡Sí, sí y sí! ¡Muchas gracias! - dijo dándole un abrazo.
Mi padre se rió al ver su reacción.
Papá: Bueno, me tengo que ir... Y felicidades Abraham. Gabi, ¿te quedas aquí?
Yo: Sí papá.
Papá: Vale, pero a las nueve en casa para cenar.
Yo: Vale, ¡Chao! -le dí un beso.
Papá: Adiós hija, chao Abraham.
AM y Yo: ¡Chao!
Mi padre se fue, y nada más cerrar la puerta, me lancé a los brazos de Abraham. Los dos lo estábamos deseando. Me cogió de la cintura y yo me agarré a él con las piernas y abrazos, en plan koala. Mientras me tenía cogida, aproveché para decirle algo.
Yo: Te lo dije.
AM: Eres la mejor.
Yo: Vamos a ir a Sony y te van a coger, ya lo verás. Vas a llegar muy lejos Abe - dije sonriéndole. Tenía mis brazos pasados por su cuello y él me sujetaba por la cintura. Estábamos cerquísima.
AM: Sin ti no hubiera dado nunca este paso. ¿Sabes? Nunca sabré cómo agradecértelo.
Pensé que era el momento perfecto para dar un paso más. Quizás me estaba precipitando, pero lo necesitaba.
Yo: ¿Eso crees?
AM: Sí.
Yo: Bésame.
Abraham abrió los ojos de par en par, y un instante después, tenía dibujada en su cara una sonrisa llena de ternura, y yo también. Se acercó a mí, y juntó sus labios con los míos. Los dos nos dejamos llevar. Lo necesitábamos ambos. Se separó un instante de mí.
AM: Te quiero mucho.
Yo: Yo más... - Hundí mi cabeza en su hombro, mientras él acariciaba mi pelo con dulzura - Me debes un helado...
AM: Cómo eres... - dijo sonriendo - necesitaba mucho esto...

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