MÁS DE MIL SUEÑOS

Capítulo 10

Narra Abraham

Oí el timbre desde la puerta dónde la esperaba. Empezaron a salir todos poco a poco, hasta que la ví a ella, rodeada de sus amigas, viniendo hacia mí con una sonrisa.

Narra Gabi

Fui andando deprisa hasta la puerta, seguida de mis amigas, hasta que le ví, apoyado en un árbol, con gafas de sol. Creo que me ha visto.
Yo: Mirad, es ese que está apoyado en el árbol - dije señalándole.
Bea: Qué guapo es -dijo alucinada.
Cloe: ¡Ala! Qué bueno está - se rió.
Decidí dejarlas atrás e ir hasta él, el cual me recibió con los brazos abiertos.
Yo: ¡Hola!
AM: ¿Qué tal? -dijo mientras me daba un abrazo.
Yo: Genial, gracias por venir - le dí un beso en la mejilla.
AM: ¿Gracias? No seas tonta. Y... esas de ahí detrás que no paran de mirar supongo que son tus amigas, ¿no? - dijo mirándolas.
Yo: Sí - reí - ¡Chicas, venid! - las hice un gesto con la mano invitándolas a que vinieran, y así hicieron. Las presenté a todas, se cayeron muy bien.
AM: Bueno pues un placer conoceros - dijo sonriendo.
Todas: ¡Igualmente!
Yo: Mañana nos vemos - me despedí de ellas - Abraham, ¿nos vamos?
AM: Vamos - dijo cojiéndome de la mano. En ese momento no sentí mariposas en el estómago, sentí el zoológico entero. Me puse colorada, lo que hizo que mis amigas rieran.
Bea: Oh... qué monos... -dijo mirándonos. Bea era la más "ñoña" del grupo.
Yo: Em... Bueno, ¡Chao! - nos marchamos.
AM: ¿Te ha molestado? - me preguntó preocupado.
Yo: ¿Estás loco? Todo lo contrario... - reí tímidamente.
AM: Ah, vale, qué susto - rió.
Fuimos hasta casa cojidos de la mano, cualquiera que nos viese diría que somos novios ...
Yo: ¡Ay! - exclamé - ¡Casi se me olvida! - dije sacando su chaqueta de mi mochila.
AM: Ostras, es verdad, la chaqueta - dijo riéndose - ¿Ya te la querías quedar? - bromeó.
Yo: ¿Perdona? Fuiste tú el que te la dejaste en mi casa...
AM: Ya lo sé, boba - dijo mientras me cojía de las dos manos. Se paró en frente del portal - Gabi, yo ...
Yo: ¿Tú ... ?
AM: Yo quiero ser tu amigo, p...
Yo: Si ya lo eres - interrumpí.
AM: Sí, ya. Vale - dijo algo extraño.
Yo: ¿Qué ibas a decir?
AM: Nada, nada.
Yo: Sí claro, ahora me lo dices ...
AM: No, nada, sólo que... - pensó una excusa - que nos apostamos una cosa, ¿recuerdas?
Noté cómo mentía, pero no quise presionarle, así que le seguí el rollo.
Yo: Ah,sí, cierto. Tienes que demostrarme tu talento, ¿no?
AM: Talento, talento... no es que tenga - dijo.
Yo: Ay, qué pesimista eres Abe.
Cuando dije "Abe" noté como sonrió, le gustaba ese apodo.
AM: ¿Qué te parece si lo comprobamos?
Yo: ¿Me estás invitando a tu casa? - dije con una sonrisa burlesca.
AM: Veo que lo has pillado.
Yo: De acuerdo, pero ahora no puedo, tengo que comer y quedarme con mi hermana.
AM: Vale, esta tarde, no hay problema...
Yo: Vale, adiós feo - le di dos besos.
AM: ¿Me has llamado feo? - bromeó ofendido.
Yo: En realidad, eres guapo, y lo sabes - dije guiñándole un ojo mientras me marchaba.

Narra Abraham

Qué mona es. Se acaba de marchar y ya la echo de menos. Al llegar a casa, estaba sólo. Mis padres estaban trabajando y mi hermano en la universidad estudiando.
Yo: ¡Macareno! ¿Qué tal machote? - mi perro vino corriendo hacia mí nada más entré por la puerta. Fui a la cocina a ver si por casualidad me habían dejado la comida hecha, pero no. Miré a Macareno.
Yo: ¿Y ahora qué hacemos? - suspiré. Él no hacía más que mover el rabito - Tendré que cocinar yo...

Narra Gabi

Subí a casa. Estaban mi madre y mi hermana. Mi madre me estaba esperando para que me quedara con mi hermana y ella pudiera irse a trabajar.
Yo: Hola mamá
Mamá: Hola hija - me dió un beso - bueno, más bien adiós. Me voy a trabajar - dió un beso a mi hermana y otro a mí.
Yo: Que prisa hoy, ¿no?
Mamá: Sí hija, esque me ha llamado mi jefe para ver si podía estar 10 minutos antes, no me ha dado explicaciones así que mejor será que me dé prisa.
Yo: Ah vale, chao mami.
Salió por la puerta y yo me quedé con mi hermana.
Sara: ¿Has estado con Abraham? - preguntó inocente. ¿Cómo lo sabe? Es pequeña, pero muy lista.
Yo: ¿Cómo lo sabes, enana?
Sara: Hueles a niño - dijo señalando mi cuello.
Yo: ¿Y por qué ha tenido que ser Abraham? - pregunté riéndome.
Sara: Porque te gusta, creo - dijo encojiéndose de hombos.
Yo: No sabes nada... ven aquí - dije cojiéndola en brazos - ¿tienes hambre?
Sara: Sí, mucha.
Miré si mi madre había dejado algo preparado, pero no. Tendría que hacerlo yo.
Yo: Tengo que hacer la comida.
Sara: Vale, ¿te ayudo? Yo sé cocinar muy bien - dijo orgullosa.
Yo: ¿Ah si?
Sara: Claro, tengo una cocinita en la habitación y todo lo que hago esta riquísimo.
Yo: ¿Qué te parece si me esperas viendo los dibujos?
Sara: Vale.
Me iba a poner a cocinar, cuando recibí un mensaje de Abraham.

AM: ¿estás sola?
Yo: Con mi hermana, ¿por?
AM: Es que, estoy sólo en casa, ahora iba a hacer mi especialidad cocinando, y claro, sería una pena que sólo lo comparta con Macareno...
Yo: y... ¿qué especialidad exactamente?
AM: Tortilla de patata.
Yo: ¡No! ¿Tortilla de patata? ¿Sabes hacer eso? Wow, eres un gran chef.
AM: Anda... si sabes que te apetece probarla...
Yo: Está bien... Vamos para allá.

Abraham me había invitado a mi y a Sara a comer a su casa. Acepté, por qué así no tenía que cocinar yo.
Yo: ¡Sara! - la llamé desde la cocina y en seguida vino - nos vamos a comer a casa de Abraham.
Sara: Ala... ¿de verdad? - preguntó sorprendida, no sé por qué.
Yo: ¿No quieres?
Sara: Sí, sí.
Yo: Ah... Vale. Pues vamos, ve llamando al ascensor.
Sara: Vale.
Subimos a casa de Abraham, llamé al timbre. Antes de que abriera, la dije que no dijera nada ni a papá ni a mamá.