Judas

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Contemplando el agridulce sabor de la traición, simplemente saboriando el placer del estirar de mi soga. Mi vida, un acto de tristeza, lleno de penas, ricura y el maldito humo, plagandome y oscureciendo mi depresiones. Tiernamente al borde del suicidio, me agarro del tronco que sostiene el cadaver de la putrificación, el sentimiento, presiento que mi juzgamiento será uno cruel, el presente traicionado está, esperando de vuelta el beso de una placentera muerte. Nombre de pila Judas, aquí estoy, nombreme pecador, hagalo con cautela, criticalmente suspirando vuelvo a mi lugar, todo un espejísmo, el troco, la dulce soga, mi cuello sosteniendose de la soga, recuerdo quien verdaderamente soy, mi don, yo soy Judas, el traicionero.

Poemas para el AlmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora