Buscando el Quimera de mi vida, encuentro a un solitario vagabundo, le pido el nombre de aquella musa, riendo, me pide el nombre. Desde el lejano, lejano oriente, el viejo mundo, realizo mi ultimatum, su musa siendo simplemente la aclaritud de vida en el recuerdo de aquel solo hombre, creo haber perdido el sentido, creo haber perdido el Quimera, delirando el alma y pensando en ella. La Musa, una pequeñísima gota en el mar del amor, tu amor, mi musa, el sueño valiente, controlarnos, tú el Quimera deseado, la máxima expresión encubierta de pudor y sentido, concediendo a La Musa que es la vida en nuestro capital magistral.
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Poemas para el Alma
PoesiaMetáforas mágicas para el buen entendedor de ellas, suerte y éxito.