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Me acerqué con cuidado a su puerta y la abrí. Le encontré de pié y vestido.

-Ya has llegado. -Suspiró de alivio.

-Sí, George está aparcando. -Contesté.

Se acercó a mi y me envolvió en un cálido abrazo.

-Nos vamos. -Dijo.

-¿A dónde?

-A tu casa. -Sonrió.

-Pero aún no te han dado el alta.

-Y qué más da, quiero conocer a tu madre. -Dijo mientras sus brazos envolvían mi cadera.

-No la vas a gustar. -Reí.

-¿Qué?, ¿por qué no? -Sentí su risa en mi cuello.

-¿A qué madre le gustaría que su pequeña se viese con un chico lleno de tattoos que huele a maría a kilómetros? -Me burlé de él.

-Tienes razón, pero nosotros no nos estamos viendo, estamos saliendo, además, en el fondo sabes qué te encanta.

-No estamos saliendo. -Reí y le pellizqué.

-Ah, ¿no? -Dijo mientras mordía mi labio inferior. -Entonces no tengo permitido hacer esto... -Dijo mientras apretaba sus dedos al rededor de mi trasero. -Ni esto... -Su otra mano subió acariciando despacio toda mi espda hasta mi nuca y tiró de mi pelo, entre abrí un poco la boca y el tacto frío de sus labios se unió a la calidez de los míos. -¿Sigues pensando que no estamos saliendo?

Jadeé y asentí.

-Dame tiempo, te haré cambiar de opinión. -Dijo mientras se daba la vuelta y recogía sus cosas.

-Ya veremos. -Sonreí.

-A mi madre si sé que le gustarás, sé que estará orgullosa de mí. -Dijo en voz baja.

Le besé.

-Te he echado de menos.

-Y yo a ti, no sabes cuánto. -Dijo mientras se daba la vuelta y hundía su cara en mi pecho.

-Matty.

-Dime.

-¿Qué va a pasar con Jack?

Se revolvió y me miró.

-Nada, vamos a estar bien.

-Puede que todo esto sea una estupidez, pero dijo no sé qué de que era inmortal o algo así, le disparé a la cabeza, oí su cráneo crujir... Y después, nadie encontró nada... No lo entiendo. -Noté como un nudo se formaba en mi garganta.

-Ven aquí. -Dijo mientras me envolvía entre sus brazos. -Estas últimas semanas no he tenido noticias ni de Jack ni de Pierre, ni de nadie de ese círculo, ya que me las he pasado buscándote, pero lo último que he sabido de él, es que estaba experimentando con un par de drogas nuevas, algo extraño, y conociendo a Jack, seguramente, el día del cementerio se había metido cualquier mierda y por eso creía que era inmortal, pero esto es la vida real, no una película, y lo del cuerpo, su gente sabe bien lo que se hace, seguro que han limpiado todo, no quieren tener a la policía detrás, no les conviene.

-Le he matado... -Sollocé.

-Fue en defensa propia, eso no te convierte en un monstruo. -Me abrazó y limpió mis lágrimas. -Pronto estaremos muy lejos de aquí, y nada de esto importará del todo.

// por ti, por mi // 2 //Donde viven las historias. Descúbrelo ahora