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Me desperté con la espalda algo dolorida por haber dormido en el suelo, Matty me rodeaba con los brazos.

Él dormía con la boca entre abierta.

Sus rizos caían en perfecta armonía uno tras otro por su cara.

Intenté levantarme sin hacer ruido para despertarle, pero al deshacerme de sus brazos abrió los ojos con cautela.

-Creía que era más que un rollo de una noche... -Dijo mientras se rascaba los ojos.

-Y lo eres, no te confundas. - Dije divertida.

Me tiró un cojín y rió al ver que me dió en la cabeza.

-¿A dónde vas?

-Quería darme una ducha y vestirme.

-¿Sin mí? - Dijo con cara de cachorrito.

-Sin ti.

Me levanté y recogí la ropa de ambos del suelo, la doblé y la puse en la cama.

Me recogí el pelo en una coleta mal hecha y me puse su camisa mientras buscaba mi móvil.

-Sabes... Estas mucho más guapa así. -Dijo él.

-Así, ¿cómo?, ¿te refieres siendo no virgen?

-No gilipollas. - Rió. -Me refiero a que me gustas más así, sin maquillaje, con el pelo hecho una mierda, sudada de tanto follar, con los ojos más brillantes y sonriéndome como nunca.
Te hace ser más real, y me gusta lo real.
-Dijo esto último en voz baja.

Reí a carcajadas.

-Yo es que a mi misma me gusto todos los dias de la semana, quiero decir a quien no le gustaría, tengo un pedazo de culo y se maquillarme, por dios soy un partidazo, deberías pedirme matrimonio.
Aunque te diría que no, pero deberías intentarlo.

-A mí también me gustas todos los días de la semana.
Con o sin maquillaje.
Es verdad que te maquillas genial, pero en mis ojos estás igual de preciosa sea como sea.
Y deja de hacer comentarios sarcásticos cuando te estoy alagando. -Dijo él exasperante.

Me acerqué a él y le besé.

-¿Así mejor?

-Un poco...

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Era preciosa, había sido preciosa desde el primer día en el que la vi.
Pero, saber que podía amarla y que ella me amaba también simplemente era hermoso.
Jamás pensé que podría experimentar tal grado de felicidad y mucho menos que la causa sería ella.
Era maravillosa, sus manos, sus labios, sus ojos, la forma en la que siempre intentaba hablar más bajo que los demás porque no le gustaba el ruido y cómo no podía controlar su tono de voz cuando reía a carcajadas, las cosquillas que me producía su largo pelo en mi cuello cuando se recostaba en mi hombro...
Era el ser humano más fascinante que había conocido.
Puede que no haya hablado de esto porque prefería guardármelo para mí mismo, pero, su inteligencia igualaba su belleza.
Su forma de pensar, la forma en la que habla sobre el universo, lo feliz que la hacen los atardeceres y el cielo, su forma de razonar y no actuar por odio cuando la hacen daño, su fuerza, su amor por la naturaleza y los animales.
Su corazón era el mas hermoso de todos y yo casi lo rompo...

-¿Qué piensas? -Su voz interrumpió mis pensamientos.

-Nada.

-¿Qué piensas?

-En lo preciosa que estás cuando lees libros y desearías poder haber estado en esa historia para ayudar a los personajes y en que tengo mucha suerte de que estés en mi historia. -Dije en voz baja mirando sus manos.

-Te quiero. No hagas que me arrepienta. -Dijo sosteniendo las mías mientras desviaba la mirada.

-No creo que nadie pueda hacerme sentir como tú me haces sentir jamás, y no voy a estropear eso.

"No tienes ni idea de cómo te quiero yo" -Pensé.

-Vamos a darte esa ducha. -Dije cogiéndola de la mano y arrastrándola al baño.

-Desnúdate.

-No.

-Vamos que más te da, ya he visto todo lo que escondes. -Reí.

-Sé ducharme solita, no tengo cinco años.

-¿Te la quitas o te la quito yo?

-Mmm... Esa es una propuesta bastante tentadora... Pero, no.

Salió corriendo del baño, la perseguí y la tiré sobre la cama haciéndola cosquillas.

-Déjame en paz. -Decía riendo. -Sé ducharme sola.

-Hazme caso. -Dije suplicante.

Ella reía y me sujetaba las manos.
Me besó y puso sus manos sobre mi cara, la sujete y no podía moverse, la levanté y se puso encima mía, me sujetó las manos y comenzó a acariciarme.

-¿Vas a dejarme en paz o no? -Dijo en voz baja.

-No. -Respondí riendo.

Comenzó a moverse encima mía, soltó mis manos y nuestros labios se encontraron en un cálido beso, mis manos bajaron a su cadera y le quité la poca ropa que llevaba.

-Nadie tiene suficiente del Mr. Healy, siempre vuelven a por más. - Dije riéndo.

-Cállate. -Rió y volvió a besarme.

// por ti, por mi // 2 //Donde viven las historias. Descúbrelo ahora