Hasta la partícula más minúscula de mi cuerpo está temblando en este momento, por mucho que intento respirar el aire parece no querer entrar a mis pulmones, las lágrimas se descontrolan, todo me da vueltas, no puedo controlar mi respiración ni reconocer mi entorno, mi pecho sube y baja varias veces con rapidez, no puedo respirar.
Me está dando un ataque de ansiedad.Mi piel quema, un dolor agudo invade mi pecho y mi vida se desmorona delante de mis ojos.
Me ha arrancado el alma y se la ha tragado.
Dylan me abraza e intenta calmarme pero lo aparto y comienzo a caminar intentando calmarme.
Después de un par de cuadras me tiro al suelo con las piernas ensangrentadas haciéndome una bola, intentando opacar el dolor, el cual solo parece aumentar.
Siento a Dylan posar su chaqueta sobre mis hombros, me ha seguido todo el rato.
-Deberías irte, no me conoces de nada. -Digo yo agitada.
-No puedo dejarte aquí, y menos en tu estado...
-Me pidió matrimonio. Hoy. En mi cumpleaños. Alquilo una limusina. Y hasta se folló a mi mejor amiga. -Jadeo e intento respirar pero todo me da vueltas y siento que mi cabeza va a estallar.
Las palabras queman al salir y me acaban rompiendo un poco más.
-Necesito que respires e intentes calmarte, volvamos a la disco, tengo mi coche aparcado ahí, puedo llevarte a un hospital para que te den algo o no sé... Siento mucho que te encuentres en esta situación, de verdad. -Dice el con tono calmado y cálido.
Puedo sentir el dolor en sus ojos.
-Yo.. Yo solo, solo necesito respirar, dame un momento... por favor... -Sollozo.
Las lágrimas no paran de salir y me queman la piel, me quema el alma y el corazón.
El se sienta a mi lado y envuelve en sus brazos cálidos mientras me acaricia la espalda para calmarme.
-Todo se ha ido a la mierda... Todo -Digo entre sollozos.
Siento mil y una punzadas en mi estómago, mis entrañas abrasan, mis labios están secos y a penas puedo tragar, la vista se me nubla y me duelen los ojos de tanto llorar, mi cabeza me ametralla y mi cuerpo lucha por levantarse, pero tambaleo.
-Todo va a estar bien. -Susurra Dylan abrazándome. -No voy a dejarte sola, intenta calmarte y vayamos al coche, voy a llevarte a algún hospital.
-¿Cómo ha podido hacerme esto? -Masculló casi sin voz, me estoy volviendo loca.
Camino agarrada a Dylan con miedo a tropezar y desgarrarme más las piernas, están sucias? llenas de moretones y sangre. No me quiero imaginar el estado en el que está mi vestido, mi cara o mi pelo...
Llegamos a la discoteca en díez eternos minutos, las hermosas chicas coquetean con sus parejas y ríen en la cola. El ambiente sigue igual que hace media hora, intacto.
No hay nadie que reconozca fuera. Él salió tras de mí, nunca lo hizo, no me buscó.
Y no sé si lo que me hierve la sangre por dentro es la decepción o pensar que en el fondo sabía que nunca lo haría.
-Mi coche está al otro lado, no falta nada. -Comenta Dylan a mi lado.
-De verdad... que no... no quiero entrar ahí... ni acercarme en lo más mínimo.... no quiero... -Susurro con la voz rota y un nudo en mi garganta cada vez haciéndose más grande, ahogándome.