-¿Sigue durmiendo? -Dije mirando a Matty que lucía un tanto desconcertado y somnoliento.
Asintió y caminó hacia el baño sin entender muy bien de que iba todo.
Subimos con sigilo, Dani y Marina reprimían las risas mientras sacaban la cámara.
Abrí la puerta y ahí estaba, durmiendo como el angelito que era. En todos nuestros años de amistad su forma de dormir siempre ha sido la misma, sin hacer ruido, sin hablar, ni respirar fuertemente, con los pies a un lado de la cama y la cabeza en otro o a veces, incluso con medio cuerpo en el suelo, normalmente se despertaba con cualquier mínimo ruido o si tenía frío, pero al parecer, nunca le molestó dormir con medio cuerpo en el suelo, era rutina, supongo.Nos quitamos los zapatos antes de entrar a su habitación para no hacer ruido, caminamos con sigilo hasta su cama, la destapé un poco y me miró con una cara de asco tremenda, se giró a mirar a Marina y a Dani un poco desconcertada, para cuando quiso volver la vista a mí y darse cuenta de lo que llevaba en las manos, era demasiado tarde, su cara quedó pegada en el pastel y el chocolate bajaba por todo su pijama de perritos cuando los tres gritamos al unísono.
-¡Felices dieciocho, caraculo! - Reímos y nos apresuramos a meter los dedos en la tarta para probarla.
-Wow, vaya, qué... espera, que aún estoy buscando la palabra... -Dijo mirando aturdidas antes de coger un trozo de pastel y estamparlo contra la cara de la pobre Marina que se la quedó mirando con asombro y soltó un "y yo qué he hecho" con angustia por ver toda su ropa ensuciada.
-Ah, sí, original, esa es la palabra que estaba buscando. -Acabó la frase y probó el pastel.
-¡Lo mejor de todo es que lo he grabado todo y nadie me ha manchado de pastel! -Gritó Dani a modo de burla, a lo que Marina rió malvada y se apresuró a restregar su torso contra su camiseta blanca quedando está oscura y cremosa.
-Hablas demasiado pronto, mi niño. -Dijo ella sonriendo.
-Eso ha sido probablemente lo más sexy que hemos hecho en meses. -Dijo Dani en un susurro, a lo que reímos con fuerza.
-Gracias por haberos acordado, sois geniales, os quiero. -Dijo y a continuación nos abrazamos en grupo. -Y porque os quiero y me queréis, vais a limpiar todo este desastre que habéis causado. -Nos miró con una amplia sonrisa.
Todos callaron.
-¡Vale!, lo limpiaré yo, pero solo porque es tu cumple, ¡y después nos vamos de fiesta! -Grité moviendo las caderas en un falso amago de bailar.
-La verdad es que no me apetece mucho, Steff... -Dijo ella recogiéndose el pelo.
-Vaya, vaya, vaya. -Pronunció las palabras con tono pausado y caminó mordiendo una manzana hasta el centro de la habitación, lucía muy sexy a primeras horas de la mañana a decir verdad... - Con que, es el cumpleaños de mi novia que no me ha mencionado, bien. Nos vamos a desparramar. -Rieron todos.
-De verdad que no me apetece. -Dijo Leila con tono de súplica.
-Venga ya, cariño, son tus 18, déjame celebrar que ya no salgo con una menor de edad y que tengo menos riesgo de ir a la carcel y una relación muy sana con una persona adulta.... -Dijo mirándola de arriba a bajo. -Al menos a ojos de la ley. -Acabó la frase y rió.
-¡Fiesta!, ¡fiesta!, ¡fiesta! -Cantaba Marina.
-Os odio, vale, pero solo un par de copas, ¿sí? -Dijo Leila derrotada.
-Perfecto, os recojo a todos a las 9. Intentar lucir lo más elegante posible. -Miró a Leila y dijo en un susurro que todos pudimos oír- Tú lo más sexy posible, aunque, incluso en ese pijama, y con toda la tarta por encima... -Gruñó.
-Ehh... nosotros creo que nos vamos yendo... -Dijo Dani riendo.