Son las once de la noche cuando llegamos a la discoteca. Miro desde la ventana al conglomerado de personas que hacen fila y todos miran expectantes al coche esperando ver a Justin bieber saliendo por la puerta y se llevan una decepción enorme al ver a Marina y Dani salir abrazados.
Matty y yo salimos los últimos riendo y susurrándonos estupideces.
-Así que... ¿Siempre mío?, ¿mío para siempre? -Digo ronroneando en su cuello.
-No quiero nada que no seas tú, siempre tú. -Me besa tiernamente en la sien.
-¡Matty!, ¡Dios mío es Matty Healy!, ¿me firmas un autógrafo?, ¿es tu novia? -Una chica de al parecer unos dieciséis años de edad se nos acerca con brillo en la mirada y hablando atropelladamente.
Matty accede a firmarle y le da un abrazo y un beso en la mejilla al hacerse un par de fotos, lo cual me resulta muy tierno.
-¿Puedo hacerme una foto con tu novia? -Pregunta ella emocionada.
Matty parece dudar, me mira como preguntándome y yo asiento con una sonrisa.
-Claro, ahora viene, y no es mi novia, es mi prometida. -Dice el sonriendo, la chica pone una expresión de sorpresa y Matty pone su brazo sobre mi cintura a medida que me acerco.
-¿Cómo te llamas?, ¿podemos sacarnos una foto abrazadas?
-Me llamo Leila, ¿y tú?, por supuesto que sí cielo.
-¡Que nombre tan hermoso!, yo me llamo Rebecca.
Nos sacamos un par de fotos y se despide agradecida y sonriendo.
-¡Que tiernos os veíais con ella!, parecíais sus padres y todo. -Dice Steph uniéndose a nosotros.
-Ehm... Le sacas a la pobre chica dos años como mucho, si mal no me equivoco. -Digo riendo.
-Siempre he odiado hacer cola. -Gruñe Marina a mi lado.
-Me conoces muy poco como para creer que haría cola por entrar a cualquier antro. - Sonríe arrogantemente Matty mientras caminamos hasta la puerta.
Dos guardias como gorilas nos dejan entrar después de que Matty hable con ellos por dos segundos.
Matty me coge de la mano antes de que nos abran las puertas, entramos y el humo hace que me piquen los ojos, las luces van cambiando de colores y a medida que mis ojos se acostumbran a la oscuridad logró visualizar una barra a lo lejos.
-¿Me acompañas a por una copa? -Le grito en el odio a Matty para que me escuche.
-No, nosotros tenemos nuestra propia sala reservada. -Mira hacia arriba donde se encuentra una pequeña sala privada la cual pasa de ser morado a fucsia a los pocos segundos.
Logramos pasar mágicamente entre tantos cuerpos sudorosos y adolescentes hormonales y bastante drogados a decir verdad.
Llegamos a nuestra sala y me tiro encima de uno de los cómodos sofás blancos de piel mientras los chicos van a por bebidas a la pequeña barra que queda situada a mis espaldas.-Te ves muy sexy con tus largas piernas esparcidas a los lados y ese vestido tan apretado. -Me guiña un ojo Matty mientras se empieza a sacar algo de la chaqueta.
-Se llama ser un desastre, pero lo tomaré como un cumplido, gracias. -Sonrio y le lanzo un beso en el aire. -¿Qué es eso? -Pregunto mirando todas las pequeñas bolsas que ha puesto sobre la mesa.
-Mdma, anfetaminas, lsd, y marihuana.
Ruedo los ojos.
-¡Es tu cumpleaños! -exclama. -Tiene que ser inolvidable, además controlaré que tus amigos no tomen demasiado, no te preocupes.