Capitulo 11

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Durante los primeros segundos, mantuvo sus ojos abiertos expectantes ante la sorpresa de aquel movimiento por parte de él. Después, la fuerza de aquella pasión la obligó a cerrarlos para sentir aquella caricia como debía. Jamás había sido besada. Pero ahora comprendía que existieran novelas románticas, donde se pudiera hablar de ello. Era una sensación maravillosa, arrolladora que te sumergía en un remolino de sensaciones que te recorrían todas las terminaciones nerviosas, haciéndote querer más. Concluyó mentalmente, levantando sus brazos hacia el hombre para poder envolverle también la cintura con cierta timidez.

Era completamente nueva en aquel terreno, a pesar de tener veinte y un años. Siempre había estado más pendiente de los coches y estudiar, que de los chicos que sus amigas invitaban cuando quedaban todos juntos. Vaya, su madre tenía al parecer algo de razón pero por nada lo reconocería delante suyo.

¿Todos los hombres besaban así de bien? Oh Santino lo hacía por la práctica cogida con sus fans. Siempre había observado en la pantalla, cuando éste finalizaba una carrera y acababa en el pódium besaba de forma fogosa ante las cámaras a la chica que había allí para darle lo que quisiera o en ocasiones el premio. Pero en aquel momento, los labios del hombre paraban aquel ímpetu para ir dando suaves besos con pequeñas pausas, como si estuviera dándole tiempo...

-Jaimie... -Susurró-. Abre tus labios para mí tesoro... -Le mordisqueó con suavidad el labio inferior-. Déjame besarte como ambos deseamos.

¿Pero qué diantres hacía dejándose llevar por el beso de Santino? Se suponía que tenía que alejarlo un poco de ella, para eso llevaba la insignia con el apellido de su padrastro. Confundirlo, alejarlo y comprobar lo que el destino le imponía. No que a la mínima oportunidad, le decía prácticamente que era suya. Tenía que parar aquello. ¡Pero ya!

-¡No! –Exclamó empujando al hombre con sus manos en el pecho.

-¿Qué? –La miró sin comprender con ojos cargados de deseo-. ¿Jaimie, qué te ocurre?

-¿Por qué hiciste eso? –Lo acusó enfadada.

-Creo que la respuesta es más que obvia –Señaló sonriente y dando un paso hacia ella.

-Pues obviamente yo no lo se –Respondió dando un paso atrás.

-Tú también lo sabes y yo también ahora –Dictaminó con severidad-. Es solo que aquí hay algo que no me cuadra –Frunció el ceño.

-Mira –Alzó las manos-, ya no se cuantas veces te lo habré dicho –Se alzó de hombros-. Pero andas todo el rato muy equivocado conmigo. Espero que no vuelva a repetirse éste asalto –Pidió intentando que no le temblara la voz al decir mentira de tal magnitud. Su cuerpo, aún temblaba por el beso pidiéndole que le diera más. ¿Sucedía aquello por un igual con todo aquel que te besara, o solo por ser tu media naranja?

-No se si podré darte mi palabra en eso –la miró a los ojos fijamente.

Estaba segura que intentaba escarbar en su interior, para rescatar una respuesta ante aquella confusión que llevaba encima el hombre.

-¿Cómo que no? –Lo miró con enfado, tensando la espalda al ver que daba un paso y le volvía agarrar la acreditación del recinto.

-Jaimie Pianott –Susurró soltando un profundo suspiro-. Si éste es tú nombre, creo que tenemos un gran problema.

-¿Qué? –Rió un tanto histérica por el miedo a ser descubierta.

-¡Por fin estas aquí! –Exclamó Henrí apareciendo allí y salvándola-. Pensé que dijiste, que me llamarías –La riñó con cariño y algo nervioso al ver allí al piloto muy cerca de ella.

Ocultándose Al Amor  COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora