Capítulo 15

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-¿Tienes idea de donde puedo mandar una reclamación al destino dorado? –Preguntó Santino pensativo aquella mañana a su compañero, mientras se dirigían al circuito antes de tiempo para el entrenamiento.

-Ni idea... -Soltó un enorme bostezo-. Me has sacado antes de lo normal de la cama. Es imposible que piense al cien por cien... -Se desperezó para salir de su letargo-. ¿Podríamos probar en el buzón de papa nöel? –Soltó riéndose por lo bajo ante la cara de fastidio de su amigo.

-Muy gracioso –Chascó la lengua.

-Perdona –Habló Sandro tornándose un tanto serio-. Solo quería castigarte por hacerme levantar antes de tiempo. Pero tienes razón en tus sospechas. También comienzo a creer que ésta Jaimie, es tú destino dorado. Hacéis muy buena pareja. Y es obvio, que no le eres indiferente a mí sirenita... -Volvió a sonreír-. Y respecto a que es como si ella huyera de algo, es posible que también tengas razón en ello. Pero no tengo ni idea de donde comenzar a investigar sobre todo esto... Simplemente la humanidad aceptamos ésta forma de magia dorada, por así llamarla en nuestras vidas como algo más. Después de muchos años hallando fracasos, desistimos y aceptamos que había algo más por ahí... Estamos igual que los ovnis –Señaló con cierta ironía-. Pero tranquilo, que algo lograremos averiguar.

-¿Lograremos? –Preguntó mirándolo con aprecio.

-Por supuesto, voy ayudarte en éste largo sufrimiento que tienes. Por si acaso, a mí me sucede algo parecido –Confesó riéndose.

-Interesado –Volteó los ojos al cielo y aflojando la presión en el acelerador, al coger la curva que llevaba enfrente del gran circuito.

Una vez allí, comprobaron que aquello aún seguía casi desierto. Cosa, que en dos horas cambiaría por la locura de conductores, mecánicos y demás gente. Se dirigieron con Sandro arrastrando sus pies a los vestuarios. Una vez allí se cambiaron de ropa y salieron en busca del entrenador, que se hallaba cerca de una de las pistas hablando con Jeremy y alguien más.

-Buenos días –Los saludó su entrenador-. ¿Cómo qué ya estáis aquí? –Miró el reloj de pulsera.

-Santino no podía dormir más y me arrastró de la cama –Masculló Sandro no muy contento por hallarse allí a las ocho de la mañana.

-Tampoco te quejes –Lo empujó el otro piloto sonriente-. No es bueno dormir como una marmota, luego vas muy empanado para poder marcarme.

-Que nos apostamos que ésta vez tu verás constantemente mi trasero –Rió ante la broma de su amigo.

Que aún te quedan muchas vueltas que dar, para que te vea tu trasero –Soltó con cierta mofa Santino, causando que rieran todos.

-Ahora, si queréis os pongo los primeros en la pista principal –Habló el entrenador consultando la carpeta de horarios-. Ahora cuando acaben de probar el coche que hay corriendo en ella ¿Os venís a tomar un café?

-Yo no –Dijo Sandro-. Aún no estoy despierto del todo, para llevarme algo al estomago.

-No es mí culpa, que seas tan delicado –Se alzó de hombros Santino divertido por las quejas de su compañero.

-Muy bien –Comentó el entrenador-, quedaos por aquí y os busco en un rato.

Se quedaron solos, observando su alrededor. Aún reinaba la calma por allí, pero en un par de horas aquello sería toda una locura. Santino miraba hacia los bóxers, cuando su amigo le propinó un codazo en las costillas para llamar su atención.

-Mira, en la pista sale un Aston Martin –Señaló Sandro sin saber que aquel coche estaba vinculado con Jaimie-. ¿De quién será?

-Ayer lo estaba arreglando Sergei acompañado de Jaimie –Dijo mirando fijamente hacia la pista-. Es el que traía ella, cuando pinchó rueda y la ayudé –Recordó observando como dos figuras con casco y mono, se subían al vehículo-. Supongo que lo va ha probar el dueño y Sergei, va al lado por ver si falla algo o se queja el propietario.

Ocultándose Al Amor  COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora