Capítulo 4: Recuerdos.

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Narra Luhan.

Mi padre nos abandonó cuando nací pero cuando mi mamá y yo celebrábamos mi onceavo cumpleaños él regresó. Se disculpó y Liu, mi madre, lo aceptó de nuevo en nuestras vidas. Yo estaba feliz, por fin podía ver a mi familia unida. Mi padre me contó que tenia un hermano mayor, Lay. Él era seis años mas grande que yo. Y pidió que lo amara mucho, ambos son las víctimas de mis errores, decía a menudo.

Una semana antes de que cumpla catorce años, conocí a Lay. Él estaba con sus amigos Chen y Kris. Ese día la pasamos genial y desde aquel entonces le pedía que me llevara a visitar a mi hermano. Luego de mi cumpleaños conocí a la mamá de Lay. No me agradó para nada y era mas que evidente que yo a ella tampoco.

Y solo paso. Demasiado rápido para mi gusto. Liu, quien se encontraba en el segundo piso de nuestra casa, cayó por las escaleras, muriendo en el acto. Se negaron a hacerle una autopsia debido a que aseguraban que había sido un accidente. Pero yo no lo creía así. Aquel día dos horas antes de su muerte, yo llegaba de la escuela y ví a la mamá de Lay salir de nuestra casa. Solo rodeó la casa y desapareció, ni se escuchó el ruido de un motor de auto. No me contó que hacia en casa, menos de que hablaron, pero yo presentía que no era nada bueno.

Mi teoría era simple. La señora Zhang fue a pedirle a mi mamá que se alejara de su matrimonio, porque sí, yo era fruto de un amor prohibido, de dos amantes. Sin embargo mi madre se negó, así que la señora Zhang entró por la puerta trasera y esperó el momento adecuado para matarla. Nadie sabia que yo la había visto ese día, por eso ninguno quiso ayudarme a descubrir la verdad.

-Luhan.-miré de reojo y mi padre se encontraba parado al lado de mi cama. Yo le estaba dando la espalda, así que no sabia en el estado que estaba.- Se que estas llorando.

-Solo dí que quieres y vete.- pedí. Lo que mas necesitaba en estos momentos era privacidad y soledad.

-Mañana es el cumpleaños de nuestra querida Liu.- susurró.- ¿Vas a ir a verla?.- quería ir pero no tenia valor para hacer algo como eso.

-No.

-¿Por qué?.- su tono de voz fue duro. Estaba molesto, cada año era lo mismo.- Dime que es lo que te sucede.

-Solo déjame.- no tenia ganas de pelear.

-¿Por que peleas con Lay?.- esta vez su voz salió entrecortada.- Recuerda lo que te pedía siempre. Ámalo mucho, es tu hermano.

-¡No lo es!.- no grité, solo levanté un poco la voz.

-¿Que clase de monstruo eres?.- en definitiva eso me dolió mucho.- ¿Que le has hecho a mi hijo?.- no respondí. Al cabo de unos segundos se escuchó el portazo.

Dejé caer las lágrimas que estaba reteniendo. No sabia muy bien porque es que hoy estaba en ese estado. Quizás saber que Sehun se fue una vez mas de mi vida alteró todo.

**************************

Al despertar sentía mi cabeza punzar, mi ojos ardían. Tome una ducha rápido y salí de casa.
No sabia a donde ir, solo manejé. Después de dos horas de dar vueltas por ahí, llegué a nuestro hogar. El patio seguía teniendo esas hermosas rosas que mi mamá tanto adoraba cuidar. Aún estaba esa cinta amarilla que impedía el paso a personas no autorizadas. Adentro, todo seguía en el lugar en que se quedó. Mi mochila estaba tirada al lado del sofá. La mancha de sangre al pie de la escalera era el recordatorio de porque me fui de aquí y el porque mi madre ya no estaba para mimarme.

En el segundo piso, solo habían dos habitaciones, la de ella y la mía. Su cuarto seguía igual de ordenado. Me arrecosté en la cama, en su lado tratando de sentir su esencia. Pero ya no quedaba nada. Solo el olor a guardado. Oí un ruido en la planta baja y fui al encuentro de el. La puerta estaba abierta pero no había nadie. Baje, evitando pisar la mancha de sangre seca, me acerque a la puerta, pero alguien me detuvo. La persona estaba vestida de negro, por el tamaño era hombre, en una de sus manos traía un bate de béisbol. Golpeó fuertemente en mi estómago dejandome sin aire por unos unos segundos. Su objetivo era mi cabeza, pero logré esquivarlo. Salí corriendo, subí a mi auto y manejé lejos de ahí. Estaba asustado, alguien me quiere muerto, y me sentía desprotegido. Compré rosas color melon, sus favoritas. Llegué hasta el cementerio, donde mi madre.

-Feliz cumpleaños.- dije poniendo las rosas en sima de su lápida.- Quiero disculparme por no haber venido en estos cinco años, pero no podía. Yo me arrepiento de todo, desde que te fuiste lleve mi vida por un mal camino y estaba avergonzado, se que tú me vez desde arriba y sabes todo lo malo que he hecho, perdón.- una vez mas mis lágrimas caían.- No es escusa pero el tipo de vida que tenía me hacia olvidarme de todo el dolor. Me dejaste muy rápido y no supe manejar las cosas. Por eso hice todo lo que he hecho. Sin embargo, hace poco conocí a alguien, esa persona me hace sentir especial, como me sentía contigo. Se que es pronto para decirlo pero creo que me a enamorado. Me recuerda a papá y a ti. Él es casado, tengo miedo de meterme en su matrimonio, y que su esposa trate de hacerme algo malo. Pero cuando estoy con él soy otro, lo necesito. ¿Que hago?. Quisiera que me des una señal, necesito tu ayuda. Por favor.

-¿Luhan?.- preguntó mi padre. Rápidamente seque mis lágrimas.- Me alegra que estés aquí. Ella también lo debe estar.

-¿Hace cuanto estas aquí?

-Acabo de llegar, no oí nada, si es lo que te preocupa.- dijo. También traía las rosas melones y las colocó al lado de las mías.- Liu es la mujer que amo. Lamentablemente la encontré tarde. Pero a ella no le importó que estuviera casado, quiso amarme a pesar de todo. Luchó contra mi pasado y me conquistó. Hay veces nuestro verdadero amor llega después. No siempre amamos a la persona que creíamos amar.

-¿Ella no tenia miedo de meterse en tu matrimonio?

-Lo tuvo al principio.- suspiró fuertemente como si estuviera cansado.- Pero ella me aseguró que hacia todo eso porque me veía infeliz. Y era cierto, solo Lay era felicidad. Hasta que llegó tu mamá y luego de un tiempo, tú.

-¿Asi que los tres somos tu felicidad?

-Si.- el celular sonó. Comenzó a hablar en términos extraños, así que supuse era uno de sus socios.- Hasta luego señor Oh.

-¿Señor Oh?.- pregunté. ¿Era mi señor Oh Sehun?

-Si, el joven que te presenté en la fiesta.- si. Hablábamos del mismo señor.

-¿Hablan a menudo?

-No mucho.

-Ya me voy.- tenia que verlo.- Necesitas privacidad con ella.

-Gracias.

-De casualidad, podrías prestarme tu celular, quiero avisarle a un amigo que voy a verlo.- mentí.

-Claro.- me entregó el aparato y rápidamente mandé el número de Sehun a mi celular.- Gracias. Nos vemos.

-Ten cuidado.

Entré de nuevo a mi auto. Revisé mi teléfono y efectivamente había un mensaje. Marqué el número y al segundo tono respondió.

-Oh Sehun.- dijo serio.

-Soy Luhan.- si hubiese sido otra persona no me rebajaría a yo llamar, pero necesitaba verlo.

-¿Como conseguiste mi número?.

-Eso no importa. Necesito verte.

-Escucha, yo no creo...

-Por favor.

-Luhan....- susurró.

-No quiero verte para tener sexo, solo quiero compañía de alguien.

-¿Por que yo? ¿Acaso no tienes amigos?

-Tengo, pero ellos no me entienden como tú lo haces.

-De acuerdo.- suspiró fuerte.- Donde siempre.



Él. (HunHan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora