Mi Acosador Secreto | PRIMERA PARTE ✔️

Nota #53

[SCARLETT Y RYDER EN MULTIMEDIA]  

24 julio 2015.

—Las odio, ¿Como se les ocurre hacerme levantar tan temprano y más un viernes?  Están locas.
—Mírale el lado bueno, al que madruga Dios le...
— Ajá sí.
—Se supone que debería estar en mi cama, durmiendo... ¡No aquí! Ya les dije que no quería tener ninguna relación con R.
—Shhh.
— Yo debería estar con mis cobijas.
— Calla.
— Calientita y arrunchada.
—¡Eider! ¡Qué cierres la boca!
—No. — se cruza de brazos— No pienso hacerlo
—¡Joder, solo haz silencio acabo de escuchar algo!
—Bien.
—¡Ahí, mira! — Joe toscamente le hace una seña a Eider provocando un golpe intencional en su ojo.
—¡Sin quitarme un ojo! —Exclama sobándose el ojo la rubia. Eider parpadea y guía su mirada donde Joe está señalando.
— Acabo de ver algo. —Susurra Joe a través del Walkie-talkie — Un chico, lleva una chamarra azul... Pantalón oscuro, botas negras y una gorra de los Yankees. Repito un chico que lleva...
—Eso ya lo escuche torpe.— Se escucha la voz de Scarlett al otro lado, parece que a ella tampoco le agradó la idea de levantarse muy temprano.
—¿Lo ves? — Pregunta Eider ansiosa.
—¡Sí! —murmura Scarlett. — Pero no quiere dejar ver su rostro.
—¡Las cámaras, míralas!
—Oh mierda...
—¿Qué? ¿Qué pasó? —preguntó Eider alarmada.
— ¿Scarlett, sigues ahí? - Joe repitió la misma pregunta cinco veces, desafortunamente ella no respondió.

Eider se levanta y corre en dirección hacia su casillero. Pues esta se hallaba escondida detrás de las canecas de reciclaje. Eider corre tan rápido que la falta de aire hace su cuerpo se sienta débil. Jadeante llega después de unos largos minutos.

—¿Ryder? — Eider casi ahoga un grito al ver encontrado al chico de intercambio en frente de su casillero con un ramo de flores y aun lado un cartel llamativo y muy cursi donde decía cuatro palabras resaltadas en purpurina hicieron poner los pelos de punta a la rubia.

¿Quieres ser mi novia?

— ¿Qué hay Eider? — Ryder la saluda con su acento francés.
—Nada. — Le responde vagamente. Tarda unos minutos en hablar hasta que por fin decide preguntarle que hacía ahí tan temprano allí— ¿Se puede saber que pretendes con eso? —señala con su dedo índice el ramo de margaritas junto al cartel.
— ¿Qué no es obvio?

  —   ¿Te puedo preguntar para quien es... eso?
—No será para mi mamá.—le responde este burlesco. Eider no se le hace gracia, Ryder lo nota y decide continuar hablando. —Para...
—¡Eider!—alguien grita a las espaldas de la rubia. Los dos se giran para ver de quien se trata y es nada menos que Joe. —Se supone que debías espe... Oh, mierda ¿Ryder?
— Hola Joelyn. —saludó confundido. 
—¡¿Tu eres R?!
— Eh... ¿Cómo sabes eso?
—Estoy shockeada. —confiesa Eider. Todo este tiempo, aquellas notas provenían de aquel chico rubio con tonalidades castañas, cejas pobladas, mandíbula cuadrada, estatura alta y ojos color miel era aquel admirador cursi.
—   ¡Por supuesto que eras tú! —Joe lo apunta con su dedo indice — Debí saberlo...
— ¿Por qué?
— ¡Porque eres tu quien le estas enviando las notas a Eider! —le responde eufóricamente.
—¿Qué? Yo no le he enviado notas a Eider
— Si, idiota. Yo soy testigo de ello, tenemos tus notas 
— Debe ser un error...
— ¿Ah? —dicen las dos rubias al mismo tiempo.
— Las notas no eran para ti. Iban para Scar... -hace una pausa y frustradamente vuelve a hablar. -Scarl...
—¿Scarlett? -completa Joe.
— Sí, es que todavía no sé pronunciar bien su nombre. —Hace una mueca.
— ¿Hablas de mi amiga Scarlett?
— La verdad no lo sé, sé que llegó hace unos meses atrás y cuando la vi me flechó, no quería que pensara que yo tenía malas intensiones así que decidí acercarme a ella del modo antiguo.
—Ahora todo tiene sentido... —Asienten ambas rubias.
—Yo pensé que era su casillero... La vi varias veces aquí, por algo lo pensé.
—Nop, ese casillero amigo mío es el de Eider.
—Debí saberlo...
—Sí que sí, no más mira el malentendido que hubo.
—Lo sé, me disculpo por ello.
— ¿Y ahora?
—Bueno, no lo sé, ella no sabe de mi existencia así que esto sería muy apresurado.
—Ella sabe de ti, sabe de tus notas pero no sabe que las notas eran para ella. Apuesto a que gritaría de la emoción al saber que son para ella. —alienta Eider luego de haber estado callada.
— ¿Será?
— No lo sabrás si no te arriesgas Rupenski. —Joe palmea la espalda de Ryder y él la mira confundido.
— ¿Ru... que?
—Nada, Ryder. Ve por tu chica.
—Pero ella...
— Se encuentra en la cafetería, me lo acaba de decir, ya te explicaré después.
—Gracias... —les dice a ambas. —Supongo que esta nota ya no es necesaria.

Ryder va hacia una caneca de reciclaje cercana y la bota. Toma sus cosas y corre en dirección a la cafetería en busca de su amor...

—Vaya, quien lo diría...
— ¿Sería muy perra decir que me siento aliviada de que las notas no correspondieran para mí?——Nah, todos sabemos aquí que las únicas notas que te pueden mover el cielo y la tierra son las de las de Nathan. Ahora vamos, antes de que nos perdamos la declaración. Quiero ver la reacción de Scarlett.

—Hay que avisarle a Connie. —le recuerda Eider.
—Connie está con ella.
— ¡Oh, pues que esperamos!
—Pero antes...—Joe hace una pausa. Cuando menos lo piensa mete su mano en la caneca y saca el papelito después de escarbar
— Ewww.

— << ¿Valió la pena? >> —Joe recita la frase con tono masculino y coqueto.

— Yo sí creo.—contesta Eider entre risas.

xx

No hay triangulo amoroso.
Nathan no era el de las notas.
Y las notas eran para Scarlett, no para Eider.

Rupenski o mejor dicho Ryder se equivocó de casillero.
Fin del comunicado.