Nota #66

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09 septiembre 2015.

— ¿Ya has hablado con él?
—Desearía hacerlo, pero yo... ¡Diablos, Scarlett! no sé, ni que decirle luego de tan sorprendente declaración y sin contar aquella pelea en el restaurante.

—No te centres en que el que hubo y sucedió. Enfócate en que el chico se armó de valor y te reveló sus sentimientos hacia ti. Eso es bueno ¿no?
—No lo sé...

—¿En serio tengo que golpearte con mi carpeta hasta que por la obra del señor y espíritu santo te ilumine?

—¡Que Dios se apiade de mí!

—Eider, por favor ya deja de darle tantas vueltas a la situación y soluciónalo de una vez por toda.

—Lo haré, lo haré. Pero por favor no me presiones ¿Quieres?

—Nathan debe estar peor que tú. Lo estas torturando, puede que el chico llegue a una conclusión en la cual se suicide emocionalmente.
—Que exagerada. —vocifera mientras rueda sus ojos.

—Que rogada. —Scarlett le saca la lengua como gesto infantil. Se despide de su amiga y corre en dirección al gimnasio mientras que Eider camina hasta el aula de Ingles.

El transcurso del día, Eider nuevamente, ignoró al mundo —más de lo normal—y se hundió entre sus pensamientos. Una holeada de preguntas vinieron a ella, cada vez se multiplicaban más y sabía que la única respuesta que respondería a todas sus dudas era preguntarle a su corazón si ella estaba dispuesta a salir de su zona de confort y dejar que sus sentimientos rompan la barrera que ella misma construyó durante los años en el que a ella por primera vez, Frederick Donnovan le rompió de una manera tan brutal su corazón y también arruinó su vela romántica con el chico que ella alguna vez le llamó acosador.

—Tierra llamando a Eider. —Connie chasqueó sus dedos nuevamente. Eider alejó todas esas preguntas las cuales la estaban torturando y prestó atención a su pequeña amiga.
—Uh, hola Connie. No me había dado cuenta de que estabas ahí. —dijo sobresaltada Eider.
—Y yo no sabía que te saltaste las tres últimas horas. —ella cruzó sus brazos alzando sus cejas esperando una explicación.
—¡¿Qué?!

—Pues mira que sí. Fui a buscarte en Literatura y no estabas, luego tuve que rogar para que me dejaran salir en Matemáticas para poder ir a entregarte algo. Ya para llegué al aula de Historia, tampoco estabas así que te busqué un largo rato hasta que te vi aquí.

—Dios, es imposible. Solo me senté aquí hace unos diez minutos y... —Connie enarcó una de sus cejas. Eider impactada tomó su teléfono y al ver la hora tragó en seco. —Yo...

—Bah, ya no importa. Solo quería darte esto. — Connie agitó la caja que tenía en sus manos—Tengo una excursión el viernes y lo más probable es que no te vea hasta por el domingo así que decidí adelantarte el regalo de cumpleaños.
— ¡Oh! Connie no tenías por qué hacerlo, pero gracias es un lindo gesto de tu parte. —le da un abrazo de oso a su amiga en forma de agradecimiento. —No debiste
—No hay de qué, igual disculpa lo poco, no es la gran cosa, pero espero que te guste. Ahora, vamos o ¿quieres quedarte aquí haciendo lo que estabas haciendo hace cinco minutos atrás?
—Te juro que se me perdió la noción del tiempo. Mamá me mataría, si se entera que evadí clase.


Connie ríe en respuesta y Eider también. Juntas toman el auto bus. Joe había tenido que quedarse hasta las cuatro de la tarde ayudando a organizar la biblioteca. Últimamente la rubia había estado generando muchos conflictos, sin justificación y las consecuencias eran castigos colectivos.

Cuando Eider llega a su casa, lo primero que ve es un hermoso ramo de margaritas en el comedor. Se acerca curiosamente y toma la tarjeta. Cuando ella la leyó supo que su decisión ya estaba tomada.

<< ¡Para: Mi niña hermosa

¡Disfrútalas, sé que te encantan y me pone sentimental saber que casi tienes diecisiete y, por cierto, usa protección Eidy, no es que no me guste la idea de ser abuelo, pero trata de prevenir! Aun estás joven y te queda mucho por vivir
Nos vemos pronto cariño
Con amor,

Papá. >>


Eider tomó su celular y escribió torpemente mientras impacientemente esperaba a que el mensaje se enviara cuanto antes. No le tomó minutos en recibir su respuesta. Ella estaba nerviosa, muy nerviosa. Su padre volvía a casa y esta vez, ella estaba decidida en presentar a su familia a alguien que hace unos meses atrás, se ganó su cariño, afecto, amor y, por último, su corazón.

Era la primera vez que Eider oficialmente presentaba ante su familia un chico. 







Mi Acosador Secreto | PRIMERA PARTE ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora