Mi Acosador Secreto | PRIMERA PARTE ✔️

EIDER | PARTE 2

—Lo siento, igual no sabía. Mi mamá siempre dice que hay que tener precaución
— Lo sé y me parece que está bien que tengas en cuenta las precauciones que te da tu madre, pero no tengas miedo ¿Si? me pones nervioso
— Está bien, sólo llévame con mi hermana.

Luego de que Eider pasará por el gran grupo de personas quienes se hallaban en el pequeño cuarto, por fin logró entrar al baño. Lo primero que Eider visualizó fue a Allanah con un chaleco rosado alrededor de sus brazos, llevaba un vestido extremadamente corto color blanco pegado al cuerpo con unas botas de cuero negro donde le llegaban hasta la rodilla por ultimo tenía unas orejas de conejo en su cabeza. Abrió los ojos ampliamente y siguió buscando a su hermana pero esta vez encontró a Naiara algo enojada cruzada de brazos, ella no llevaba puesto algo tan... provocativo. Eider no comprendía del por qué Allanah estaba vestida así. Suspiro pesadamente y se adentró al baño y por fin pudo notar la silueta de su hermana. Ella no podía creer lo que estaba viendo, Kimberly llevaba un vestido que apenas cubría su muslo, era de estampado leopardo strapless. Llevaba las mismas botas que Allanah, su rostro estaba cubierto de mucho maquillaje en exceso y su cabello estaba en una coleta de caballo. 

— ¿Qq-Que demonios ocurre aquí? —preguntó Eider sin comprender

Kimberly le sonrío a Eider aunque pareció más una mueca, ella estaba nerviosa de lo que su hermana pudiera decir frente a todo eso.

— ¡Se supone que ella debía estar contigo no aquí! —Kimberly se hace a un lado y le grita a Felix mientras le da un manotazo en el pecho.
—Ella es muy impaciente. —este le contesta
— ¡¿Eres strippter o algo peor?! —Exclamó la rubia
—Nop. —Ella niega con la cabeza—Esto mi querida Eider. —señala su vestuario de puta barata— Es una estúpida apuesta.

— ¿Ah?

—Cada semana se hace un sorteo, apuestas y muchas más entre la fraternidad—explica Naiara—Esta semana nos tocó a nosotras, o bueno a ellas, a mi nadie me puede obligar a hacer algo que no quiero.
— ¿Todo esto por diversión?

Kimberly ladea su cabeza y uno de sus cabellos castaños se cuelan por su rostro. —Algo así.

— ¿Y no se te ocurrió pensar que traerme aquí era una mala idea?
—Tienes que ir acostumbrarte a la universidad.

— ¿Me puedo ir a casa? —pide Eider o mejor dicho suplica.

— Nop.

— Llamaré a mamá. —Avisa ya saliendo y su hermana la detiene bruscamente.

— ¡Ni se te ocurra! —advierte severamente.

— ¿Pero...que se supone que debo hacer mientras que tú haces cosas de putas?

— Divertirte.

— ¿Divertirme? —Eider ríe secamente— Se nota que no me conoces...

— Ya, Eider madura ¿Si?

— ¡Yo no soy la que está vestida como puta! ¿Y me dices que madure?
— Solo... no llames a mamá ¿Sí?

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