Capítulo 14- Martha Scott, Pov Jake y Pov Aaron.

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Justo cuando Derek dijo que Ethan estaba por llegar el timbre sonó y era Ethan. Se pusieron a hablar sobre chicas y yo me subí arriba. Me puse unos jeans negros, una camisa blanca y unas converse granates. Dejé mi pelo suelto. Dejé las gafas en la mesita de noche y revisé mi celular. Había uno de Aaron.

Tu dios griego favorito:

5min y llego. Hoy vamos andando.

Yo:

Okey. Hasta ahora.

Guardé el celular en mi bolsillo y bajé. Ethan se me quedó mirando.

-¿Qué te pasa?- pregunté riendo.

-Eres igual a Isabella Morgan.- dijo Ethan observándome.

-No lo soy bobo.- dije riendo. El timbre sonó, fui a abrir pero Derek se adelantó.

-La quiero en casa temprano.- empezó Derek. Me acerqué a él y le tapé la boca.

-Derek calla. Volveré cuando quiera, si necesitas algo llámame.- dije sacando mis manos de su boca.- Te amo pequeño, hasta luego.- dije besando su mejilla.

-Te amo pequeña, no vuelvas muy tarde, o si lo haces, avísame por favor.- asentí, lo abracé y nos fuimos.

-¿Y dónde vamos?- pregunté con curiosidad.

-A un sitio, quiero explicarte una cosa.- dijo mirando el suelo. Hoy estaba raro, no lo he visto sonreír en todo el día.

-¿Por qué estás raro?- pregunté mirándole la cara, para ver su expresión, él seguía mirando el suelo.

-No estoy raro.

-Sí lo estás, no sonríes, no haces chistes malos, y cuando respondes no me miras a los ojos o a la cara como siempre.

-Pues porque hoy no encuentro una razón por hacerlo.- respondió él, seco y mirando al suelo.

-Vale, no insisto más. Solo una cosa.- dije y él me miro. ¡Al fin me miró!- ¿Quieres un abrazo?- pregunté, asintió y lo abracé, él me cogió de la cintura y me acercó más a él y no me dejó ir.- ¿Estás bien?- pregunté sin romper el abrazo, él negó con la cabeza.- Todo va a ir bien. ¿Vale? No sé qué mierda te pasa, ni que me pasa a mí, ni al mundo en general, pero todo va a ir bien.- dije acariciándole la espalda. Él no decía nada pero no me dejaba ir. Se veía tierno. Esperen, ¿yo he dicho eso? No, no olvídenlo. Llevábamos ¿media hora? Sí, puede que media hora, abrazados. Él no me dejaba y yo le acariciaba la espalda.- ¿Mejor?- pregunté y él asintió. Me dejó ir y seguimos caminando sin decir nada. Pasamos por delante del cementerio y él se paró en la entrada. Me sorprendí, y mucho. Empezamos a andar entre tumbas.

-¡Aaron! ¡Hijo!- gritó a lo lejos una mujer. Se acercó medio corriendo y abrazó a Aaron.- Tienes que visitarnos más seguido. No sabes cuánto te echo de menos.- se separaron y Aaron se puso a mi lado.

-Yo también mamá. Vendría pero papá me echaría la culpa otra vez y no pienso soportarlo.- respondió Aaron.

-Perdona por la pregunta.- dijo mirándome.- Pero ¿eres Isabella Morgan?- me preguntó la mujer y yo asentí.- ¡No puede ser! ¡Soy súper fan tuyo y de tu madre y tu hermano!- dijo contenta la mujer.- ¿Puedo abrazarte?

-Claro.- dije sonriendo. La abracé y ella a mí. Parecía muy emocionada.

-Y ¿qué son con mi hijo?- preguntó rompiendo el abrazo.

-Amigos mamá.- respondió Aaron molesto.

-Vale, ya los dejo. Espero verte más cariño, y encantada de conocerte Isabella, ¡de verdad!- dijo la mujer emocionada y se fue. Seguimos andando hasta que paró en una tumba, miré el nombre y... Mierda, hubiera preferido no leerlo.

Doble vida, un nombreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora