Capítulo 40-Ellos ya no están...

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-¡Está aquí!-escuché a alguien gritar y me levanté de la cama. Seguía en la habitación de Kyle y Landon estaba mirándome. Derek llegó en nada y entró alterado, detrás estaban Aaron y Ethan.

-¿Qué mierda hacen?-espeté. Me sabía mal por Landon.

-Son las cuatro de la tarde.-espetó Derek.- Pueden salir, por favor.-espetó mirando a Landon y los otros dos, asintieron y se fueron. Derek se sentó a mi lado y me miró preocupado.-¿Qué te pasa? ¿Por qué te enojas conmigo? ¿Qué hice?-preguntó.

-Tengo un mal día... Y yo... Lo siento...

-Yo también tengo días malos y no te trato así...-susurró él y me rompió el corazón.

-Lo siento...-susurré abrazándolo y él me abrazó.-¿Ya se fueron esas zorras?-pregunté.

-No son zorras y sí, se fueron.

-Claro... Y yo soy virgen.-dije y él rió. Escuché mi celular sonar des de mi habitación, me levanté y fui a cogerlo.

I: ¿Sí?

A: Isabella... ¿Puedes venir a buscarme al hospital?-preguntó sollozando.

I: Claro, ahora salgo para allá. ¿Por qué lloras?

A: Ellos... Ya no están...-susurró llorando.

I: Vengo lo más rápido que pueda, no llores por favor...

A: Te amo.

I: Te amo.-repetí, cogí las llaves del auto y sin decir nada a nadie, salí corriendo con el auto. En diez minutos llegué, estacioné, salí corriendo, llegué a la sala de espera y estaba Andrés con su tío llorando.

-¡Andrés!-chillé, él me miró y sonrió. Me acerqué a él, me abrazó y rompió a llorar.-No pasa nada...-susurré.-No llores va... Ya está...-susurré acariciándole la espalda, su tío, abrazó a su mujer y se quedaron así.-¿Quieres contarme que pasó?-pregunté y él asintió.-Vale... Pero para eso tienes que dejar de llorar ¿vale?-asintió y lo hice sentarse en una silla, conmigo encima, pero estaba sentada de lado.-Venga, ¿qué paso?-pregunté sacando las lágrimas de su cara y cogiéndole la mano.

-Ellos... Tuvieron un accidente y... Solo era una pierna rota... Y...-no pudo seguir que rompió a llorar otra vez. Lo abracé y él me estrujó contra él pero no me quejé, si era lo que necesitaba no me iba a quejar.

-Tranquilo... No sigas... Ya está...-susurré. Cogí la llamada entrante sin dejar de abrazar a Andrés.

D: ¡Se puede saber donde coño te has metido!

I: No chilles por favor, estoy en el hospital...

D: ¿Qué? ¿Por qué?

I: Ahora no puedo hablar Derek. Se murió un familiar de Andrés. Luego te cuento.

D: Si te vas, avísame, por favor. Me das cada susto...

I: Lo siento... Te cuelgo que me miran mal...

D: Vale, te amo.

I: Y yo.-colgué y volví la vista a Andrés, que había dejado de llorar.

-¿Quieres ir con tu madre hoy y dormir con ella?-pregunté y negó con la cabeza.

-Te necesito a ti...-susurró.

-Pues me tienes aquí...-susurré y noté una débil sonrisa por su parte.

-Andrés, ve a descansar. Llevas todo el día aquí, date un respiro.-dijo su tío y Andrés asintió.

Doble vida, un nombreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora