Capítulo 41.-

795 49 1
                                    

A Andrés le costó muchísimo dormirse pero al fin lo conseguí. Me sabía muy mal porque él lo estaba pasando fatal y yo ya no sabía qué decirle. Me desperté y él seguía dormido, acurrucado en mi pecho i abrazándome. Le acaricié el pelo y bajé por su mejilla.¿Y yo qué haría sin este hombre que me alegra los malos días? Vivir sin él puedo pero me hubiera gustado que lo nuestro siguiera en pie, que contara con él toda mi vida, pero eso no era posible y yo lo sabía. Quedaba muy poco para volver al instituto y muy poco para que se fuera. Estaba rota. Andrés se removió en la cama y abrió sus ojos, observándome con su hermosa sonrisa y sus hoyuelos.

-¿Cómo estàs?-susurré.

-Mal... Ayer pasó lo de mis abuelos y luego Aaron...

-¿Quieres que hable con él?

-No... Da igual...

-Vale... ¿Qué quieres hacer?

-Tenemos que ir a la casa de mis tíos...-dijo y asentí.-Joder Isabella... Los echo de menos.-susurró abrazándome.

-Tranquilo... Me tienes aquí...-susurré besando su cabeza.-Pero tienes que empezar el día con una sonrisa. Tienes que lucir esa hermosa sonrisa que tienes.

-Te amo.-dijo mirándome con una sonrisa i le saqué las lágrimas de la cara.

-Y yo...-susurré con una sonrisa. Bajamos ya vestidos a la cocina y al entrar había una mujer mayor.-Hola?

-Tu debes ser Isabella, y él Andrés!!-chilló esta y se lanzó encima mío, abrazándome.-Soy Angelina, la abuela de Kyle. Pero llamadme Lina.-explicó y asentí.

Andrés, día tras día se iba recomponiendo un poco después de lo de sus abuelos. El problema era que se acercaba la fecha en que él debía irse y eso me destrozaba. No volví a ver a Aaron des de el día que discutió con Andrés, ni supe nada de él. No me esperaba que se drogava pero todos tenemos un lado oscuro. Lina era muy cariñosa y nos cuidava mucho. Kyle estaba como siempre, desaparecía alguna noche y hacía rabiar a mi hermano y a mí. Derek estaba mejor de lo de Kate pero lo veía caído y sin muchas ganas de hacer cosas. La primera semana de clases pasó como si nada. Aaron no me habló, ni me vino a buscar para la tutoría, ni siquiera se cruzaba en mi camino y no sabía por qué. Andrés se iba el domingo. Hoy era sábado y estaba fatal. Bueno, los dos estábamos fatal, sumado con Derek nuestra casa parecía un tanatorio. El timbre de casa sonó y gruñí. Me levanté a regañadientes y abrí. Era Carla.

-Morgan...-dijo mirándome con pena y me abrazó. La abracé y me empezaron a caer lágrimas.-Tranquila bonita...-susurró.

-No quiero que se vaya...

-Lo sé... Lo sé... Y le echarás mucho de menos, eso también lo sé pero saldrás adelante porque eres fuerte... No llores pequeña...-dijo abrazándome más fuerte.-¿Me dejas pasar?

-Sí... Pero está todo echo una mierda.-dije separándome de ella. Ella entró y observó la casa.

-Eso se tiene que cambiar. Llamaré a...

-Carla, no es necesario... De verdad.

-Vale...-dijo sentándose en el sofá y acariciándose el vientre.-¡Andrés y Derek! ¡A bajo los dos!-chilló mi amiga.

-¿¡Pero qué haces!?

-Distrareos un poco.-dijo con una sonrisa, eso no tenía buena pinta. Los dos bajaron. Tenían ojeras bajo los ojos y estos estaban rojos e hinchados.-¿Qué les parece si ponemos una peli para reirnos un rato?

-Yo tengo sueño...-dijo Derek volviendo a subir.

-Yo no tengo ganas de reír.-dijo Andrés y subió.

Doble vida, un nombreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora