Capítulo 1 | Bonita coincidencia

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"Ser tímido apesta", fue el pensamiento que cruzó por la mente de Anthuan. Llevaba meses intentando reunir el valor suficiente para acercarse a Ally, pero cuando lo intentaba, sus piernas dejaban de funcionar, su corazón latía frenéticamente y todas las frases con las que había planeado presentarse, desaparecían.

Odiaba tener que retroceder los pasos que había avanzado cuando la bonita mirada de ojos café de la chica se posaba en él. Y eso era algo realmente extraño, porque pasaba horas ideando qué haría para que ella lo notara, y en el momento en que sucedía, él abandonaba todas sus ideas y se largaba de allí.

Además, le daba un poco de temor: Ally siempre estaba con un par de amigas, y una de ellas parecía inspeccionarlo con la mirada cada vez que lo encontraba viendo a la chica.

Sin embargo, nada de eso disminuía el deseo de hablarle. Siempre recordaba con una sonrisa la primera vez que la había visto. La muchacha se encontraba en la biblioteca, escribiendo en una agenda azul, mientras fruncía el ceño. Estaba tan ensimismada, escribiendo con tal ahínco y devoción, que a Anthuan le resultó adorable.

Supo por sus gestos —las sonrisas, el ceño fruncido, la forma en que a veces miraba hacia la hoja, como a la espera de que ésta revelara lo que debía escribir a continuación—, que no se trataba de algún trabajo, sino de algo que hacía por puro placer.

Una escritora, había adivinado aquel día.

A él siempre le había gustado la idea de alguien capaz de encantar con las palabras.

~*~

El codo de Adria chocó de manera intencional contra el brazo de Elisa.

—Otra vez la estaba mirando —susurró la primera.

Elisa sonrió y buscó con la mirada al chico que parecía encantado con Ally. Las dos amigas llevaban meses notando los fallidos intentos del muchacho por acercarse.

—¿Crees que algún día se atreverá a hablarle? —preguntó Elisa.

—No sé, pero estoy a punto de sacudirlo por los hombros y sentarlo frente a Ally.

—¿Bromeas? —preguntó la chica—. Nos asesinaría.

Adria miró a Ally, quién no se había enterado de la conversación de su amiga. Al parecer, se encontraba bastante ocupada en el análisis de la blanca pared frente a ella.

—No se percataría de nada.

Elisa sonrió y chasqueó los dedos frente a los ojos de Ally.

—Tierra llamando a Allyson.

La muchacha espabiló y sonrió hacia sus amigas.

—¿Qué pasa? —preguntó.

—Pasa que tenemos examen en menos de una hora, y aún no hemos estudiado.

La pequeña sonrisa de Ally desapareció de golpe, y su mirada cayó al suelo.

—No me servirá de nada —declaró—. Los números y yo somos rivales, jamás coexistiremos. Nunca me entero de nada con ellos.

—Pues algo tendrás que hacer, o perderás Cálculo.

Ally dejó caer su cabeza hacia atrás.

—¡¿Por qué no todo pueden ser letras?!

Adria rió.

—Vamos —la instó su amiga—. Estudiemos un poco por allí. Cualquier nota es mejor que cero, ¿no?

Sólo por ti ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora