Domingo por la mañana, aunque no quisiera ya estaba despierto y arreglado, listo para salir; se arrepentía totalmente de no haberle especificado a Takao con qué le recompensaría, pero él ya estaba haciendo planes moviendo sus labios tan rápido que apenas y pudo seguirle el ritmo.
Aquel día tenía una salida con sus amigos, a la cual no podría asistir por culpa de cierto chico que ha decidido arrastrarlo por toda la ciudad, no es que no le agradara la idea, todo lo contrario, lo que no quería era explicarle a sus amigos el por qué dejarlos a medio camino y la razón por la cual se iba con cierto pelinegro "innombrable".
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—¡Ey Midorimacchiii~! —Agita Kise su mano, su sonrisa es tan larga que casi deforma su rostro, era raro que estuviese tan contento.
Aomine bosteza, tan ensimismado en su propio mundo como para notar su presencia, Murasakibara escarba entre una gran bolsa de pequeñas bolitas de colores escogiendo la indicada para él mientras Akashi le mira expectante, analizándole como un felino a punto de cazar a su presa. Kuroko le mira con su misma expresión de siempre, Shintaro se pregunta si pensará siquiera, ese tipo de frialdad no era digna de un adolecente de su edad, pensándolo bien... ninguno de ellos parecía pensar como alguien de su edad, era tan extraño, ni si quiera sabía por qué se juntaba con ellos.
Verdad.
Nadie más quiere juntarse con él, a lo que recordaba ellos eran algo así como "Los Fenómenos" cada uno tiene su propia personalidad extraña, y es por eso que al parecer repelen a sus compañeros.
Kise podría tener amigos, pero es un súper modelo súper escandaloso; Aomine... mejor ni hablar de él, es tan frío y se siente tan superior que no las moscas lo soportan, aunque conociéndolo bien es un buen chico, pero para eso necesitas la paciencia de un glaciar. Akashi tiene amigos, que solo se acercan a él por conveniencia, vamos, ¿Quién no quisiera de amigo al heredero de un gran imperio? Tan poderoso como un león en una manada. Murasakibara... con cualquier dulce podría acceder a ser tu amigo, pero él se llevaría mejor con niños de kínder y no con adolecentes, aunque los infantes le quiten sus dulces en vez de compartirle o regalarle. Kuroko... bueno, Kuroko es Kuroko y es un buen chico, aunque para la mayoría sea invisible.
Vaya, sí. Ellos seis se merecen ser amigos, no lo había analizado tan a fondo, pero con esto se ha dado cuenta que son más que raros, ahora entendía el por qué de el alejamiento de sus compañeros.
—...entonces le dije que no usaría ese traje a menos que dejarán entrar a Aominecchi de nuevo al set —Kuroko asiente pues al parecer es el único que ha escuchado aquel relato.
A lo lejos nota una cabellera azabache, siendo sostenida por una linda y llamativa tiara rosa; entre sus labios hay un cigarrillo el cual expulsa una delicada línea de humo zigzagueante.
Internamente sonríe, cada vez que lo ve siente esa inexplicable emoción, ese día tendrían la ciudad solo para ellos, era tan increíble que no podía ni creerlo.
—¡Alto! —Kise extiende los brazos, todos acatan la orden con tal rapidez que casi chocan unos con otros, a Midorima se le detiene el corazón, si Kise hacía un escándalo estaría perdido —. Mira Aominecchi esa chaqueta es TAN mona que te quedaría de maravilla.
Por el rabillo del ojo puede ver como Akashi entorna los ojos, tratando de matar a Kise con la mirada por el reflejo del cristal, le divertía de sobremanera el comportamiento de ambos.
—Muy bien, coninue... ¡esperen!
—¡Por Dios Kise ¿quieres callarte?! Maldición eres peor que una adolecente precoz.
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"Daяe MØ βetā" (PremiosKnB2017)
FanficShintaro es un joven fanático de "Daяe MØ βetā", una banda de talla mundial, es un estudiante común y corriente aunque su admiración llegue a extremos inhóspitos. Algo bueno sucede en uno de los tantos conciertos a los que asiste. ¿Eso podrá cambiar...