La hija de la naturaleza

Queeeeee???!!! [NO CORREGIDO]

Desperté en un lugar que parecía un hospital, había camillas, medicamentos y toda clase de instrumentos médicos. Me dolía un poco la cabeza, pero eso era todo. Al lado mío estaba Lara, ella seguía durmiendo. En una mesa al lado de mi camilla había un vaso con un líquido con hielo y unos pedazos como de masa. Probé los pedazos de masa y me extrañé, tenían sabor a sushi, mi comida favorita. Me las quedé mirando un rato, cómo podían ser que esas galletas tuvieran sabor a comida japonesa. Estaba pensando en esto, cuando me percaté de algo. ¡Vicky no estaba! Me estaba por levantar, cuando alguien desde algún lugar de la habitación me gritó:

-¡Ni lo pienses! 

-¿Perdón? - Simplemente era demasiado, así que exploté-¡Salgo de un mal día de colegio y, cuando pensaba que podía mejorar, literalmente explota el café y aparece un mesero-león-escorpión-tira flechas que me quiere matar!¡Y por si fuera poco el chico de las muletas y su amiga lo hacen polvo, que me cae encima!¡Y ahora estoy en no-se-dónde como si estuviera enferma, sin ni siquiera saber como llegué y sin Vicky!¡¿Cómo pensás que me voy a quedar aquí?!-Tomé aire, me había desahogado, pero me faltaba el aliento.

-Ok, ok. ¿Terminaste de gritar? Solo lo decía porque no creo que tu tobillo te aguante.-Me respondió el chico misterioso.

-¡No pienso hablar sin verte la cara!-Ya me estaba desesperando, hablar con una pared no era lo mío.

En ese momento salió, estaba detrás de una de las cortinas que separaban las camillas. Era rubio, demasiado (yo soy rubia, pero no a ese extremo, dolía verlo... okno, pero casi) tenía los ojos celestes y una sonrisa que dolía verla de lo blanca que era, de nuevo exagero pero bueno... Llevaba uno de esos guardapolvos verdes de los doctores, jeans y un estetoscopio al cuello. 

-¡Por fin!-Le dije, ya saben, no soy de las que les hablan a las paredes.-¿Qué tiene mi tobillo?- No recordaba habérmelo golpeado.

-Cuando te desmayaste caíste sobre él, y se torció. En unos días estará curado- Dijo mientras revisaba a Lara

Me resultó extraño que fuera doctor, no tenía más de 18 años.

-¿Ella que tiene? - Pregunté

-Solo se desmayó, pero parece que tiene sueño. Nada grave.- Se dio vuelta y buscó unas cosas en una cómoda.

-¿Y Vicky?- No sabía dónde estaba y eso me preocupaba.

-¿Vicky? No sé quién es.-Me dijo,  confundido.

-La otra chica, la ruluda.- Le contesté.

-Ahh, ella. Está en un hospital mortal, ya se pondrá bien.-Eso me alivió un poco.

-Ahh, gracias... ¿Dijiste mortal?- Mi cara de desconcierto fue muy evidente.

-Sí, mortal. De personas comunes y corrientes.-Lo decía como si fuera lo mas obvio del mundo.

-Espera, ¿en dónde estoy?- Pregunté, alarmada. Dependiendo que me contestara iba a decidir si salir corriendo, no importaba mi tobillo.

-Eso, eso es lo que te tengo que explicar- Respondió un centauro. Sí, un centauro, un ser mitad hombre mitad caballo. No sabía de dónde había aparecido, pero allí estaba.

Lamenté mucho lo que sucedió a continuación, pero ya era demasiado para mi pobre cerebro. Así que me volví a desmayar.

Cuando volví a estar consciente estaba en la misma camilla. El chico brillante estaba revisando a Lara, que seguía durmiendo. Ese es uno de los rasgos de mi amiga, no se despierta ni aunque un elefante se ponga a tocar la trompeta en su oído.

-¡Hey!-Dije-¿Cuánto tiempo estuve desmayada?

-Unos minutos, no mucho.-Me contestó.

-Ahora que me doy cuenta, no sé tu nombre.-Ese chico no me caía de maravilla, pero me había curado.

-Will Solace, ¿Y el tuyo?- Me dijo.

-Kira Anderson.

- Muy bien, Kira, Quirón te está esperando afuera-Me dijo, señalando hacia la puerta.

-¿Quirón?- Vi como abría la boca para contestarme, pero no lo dejé-¡Espera! Me suena conocido el nombre- Intentaba hacer memoria- Espeeeraaa- Ahí me acordé.- Ahh, el centauro, ¿no? Ese que entrenó a Perseo, Hércules y todos esos.

-Sí, pero es Heracles- Me dijo, hasta parecía ofendido.

-Solo una duda, ¿Quirón no es solo un personaje imaginario?- Ya estaba dudando de su salud mental. 

-Exactamente eso es lo que te tiene que explicar.-Dijo Will.

Luego me ayudó a bajar de la camilla, el tobillo dolía en serio, me despedí y fui hacia la persona que no debería existir.