Aterrizamos en la la terminal de colectivos para tomar uno hacia a Córdoba. Me despedí de mi pegaso y subimos al vehículo. Cuando estuve en mi asiento solo me quedé mirando por la ventanilla, escuchaba que June y Michael hablaban, pero sonaba como si estuvieran a kilómetros de mí. En algún momento me quedé dormida.
Estaba en una especie de bosque nevado. Mi sueter no me abrigaba lo suficiente y estaba temblando. Tarf no estaba, según lo recordaba, había estado en mi mochila hasta ese momento. Pero, claro, mi mochila había desaparecido. Escuché unos ruidos a mi derecha y me escondí detrás de un árbol. Apareció un hombre alto, fornido, pálido y con el cabello negro. Lo extraño eran sus ojos, eran de un color verde oscuro, como si dentro hubiera una especie de líquido tóxico. Desprendía un olor extraño, como plástico quemado. Donde pisaba, la nieve se derretía. Paró de caminar justo enfrente del árbol en el que me escondía. Rápidamente, escondí mi cabeza detrás y me quedé muy quieta. Lo escuchaba respirar del otro lado. Sentí que me mareaba, el tipo emanaba algo que me enfermaba, literalmente. Las rodillas me fallaron y caí a los pies del árbol. El hombre se rió y caminó hasta quedarse enfrente mío.
-Lo sientes, ¿no?.- Tenía la vista nublada, así que lo veía como una gran mancha gris.-Frágil hija de la naturaleza.-Supuse que estaba sonriendo.- No puedes detenerme.
Me desperté, sobresaltada. Tarf, que había estado en mi regazo todo el tiempo, me miró. Lo escuché dentro de mi cabeza preguntando qué pasaba.
-Solo un sueño.-Murmuré, más para mí misma que para mi lobo.
Miré a mi alrededor, estaba atardeciendo y Michael y June dormían. Por la ventanilla se veían grandes extensiones de campo y una pequeñas montañas (en ese momento no lo sabía, pero se llaman sierras). Michael se veía muy tranquilo, muy diferente a cuando estaba despierto, que se pasaba preocupándose. Su ceño no estaba fruncido, la única vez que lo vi en un estado parecido fue cuando estábamos en el jardín del hotel. Sonreí al recordarlo.
De repente sonó un golpe en el techo, como si algo muy grande hubiera caído encima del autobús. Miré hacia arriba, pero como no sonó nada más me relajé. Pasaron unos minutos y sonó otro golpe. Y luego otro. Con el tercero me levanté del asiento y sin querer golpeé a Michael.
-Mhñfg.-Abrió sus grandes ojos verdes.-¿Qué pasa?-Sonó otro golpe y su cara volvió a su aspecto habitual, con el ceño fruncido.-¿Qué fue eso?
-Me gustaría saberlo.-Miré al techo y me paré en el pasillo que separaba las dos filas de asientos.
Sonó otro golpe y pude ver como se formaba una abolladura en el techo.
-No se ve como algo bueno.-Michael me miró.-Tú despierta a June, yo voy a pedirle al chofer que pare el colectivo.
Vi como iba al frente del vehículo y hablaba con el chofer. Sonó otro golpe. Los otros pasajeros comenzaron a despertarse, confundidos por el ruido. Puse a Tarf en mi mochila, la agarré y fui a despertar a June.
-June.-Se movió para el otro lado.-June.-Seguía sin despertar.-¡June!-Grité.
-¿Qué quieres?-Se sentó.
Sonó otro golpe y la abolladura del techo se hizo más profunda. Para este punto, toda la gente estaba despierta y hablaban, inquietos.
-¿Qué es eso?.-June me miró y entendió.-Dioses, ¿qué no podemos tener un día tranquilo?.-Agarró su mochila y me siguió hasta donde estaban Michael y el chofer.
-Escuchá nene, no puedo parar el colectivo, son las reglas. Solo quedan dos...-Sonó otro golpe, mucho más fuerte que los anteriores y se abrió un hueco en el techo. Un rostro horrible de un solo ojo apareció y los pasajeros comenzaron a gritar, aterrorizados. No sé que veían a través de la niebla, pero no debía ser algo bonito.-¿Saben? Creo que puedo hacer una excepción.-El chofer dijo, temblando, y frenó.
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La hija de la naturaleza
Fanfiction¿Qué pasaría si la hija de un dios perdido aparece? Kira parece ser bastante normal, para ser semidiosa: Se enteró gracias a que un monstruo la atacó. Fue al campamento mestizo, donde le entregaron armas mortales aún siendo menor de edad. Y casi mue...