La hija de la naturaleza

Por fin sabemos a quién nos enfrentamos [NO CORREGIDO]

Estaba tranquilamente sentada en una piedra, sentía el viento en la cara y el sol en la espalda. Detrás mío se extendía un bosque y, en frente una pradera. Me recosté y cerré los ojos. Respiré hondo y... sentí un fuerte golpe en la cabeza. Me froté la frente y vi como el bosque y la predaera se desvanecían frente mío.

Abrí los ojos y vi un suelo de madera. Miré a mi alrededor, estaba oscuro, pero pude distinguir una cama y un revoltijo de mantas en el suelo. Había una ventana y se podía ver que estaba por salir el sol. Me froté otra vez la frente y até cabos. Me había caído de la cama. Desenredé a Tarf de las mantas, se había quedado atrapado, y me levanté. June dormía. Caminé hacia la ventana, el vidrio estaba helado, probablemente hacía frío fuera. Miré mi celular: 06:30. Pensé en volver a dormir, pero soy de las personas si se despiertan no pueden volver a dormir, y si combinamos eso con un sueño muy ligero, no iba a tener mucha posibilidades. Fui al baño y me miré al espejo. Entonces, noté algo raro (además de mi cabello, que parecía un nido de pájaros y mis ojeras). Mis ojos tenían algo distinto. No era nada demasiado notorio, pero me di cuenta. La última vez que me había mirado al espejo mis ojos eran marrón claro, sin nada muy extraño. Pero ahora tenían un círculo naranja alrededor de las pupilas, como un círculo de fuego. Acerqué un poco más la cara al espejo, para asegurarme de que no era un truco de la luz o algo así, pero no. Mis ojos habían cambiado. No tenía idea de por qué, pero había pasado.

Me miré una última vez y prendí la ducha. Esa vez me iba a bañar antes de ir a cualquier lado, no sabía si esa noche iba a estar en otro hotel, acampando en medio de la nada o escapando de monstruos asesinos. 

Cuando terminé me puse una remera manga larga blanca, un jean negro, zapatillas verdes manzana (no me miren así, eran el único calzado que no eran botas que había llevado) y un buzo gris. Enrollé una bufanda azul en mi cuello y me fijé la hora, 06:45. Puse en el celular de June una alarma para las siete y puse la mochila en mi espalda. Estaba por abrir la puerta cuando vi la chaqueta de Michael sobre una silla. Me acerqué y abrí mi mochila para guardarla, se la tenía que devolver, pero me detuve cuando la estaba por meter. Afuera hacía frío, un abrigo más no me venía mal. Además, esa chaqueta sí que era abrigada. Cerré mi mochila y me puse la campera. Esperaba que Michael no me la pidiera. Salí de la habitación con Tarf detrás mío y fui a desayunar. 

Estaba tomando mi café, intentando rodearlo completamente con mi manos para poder pasarme todo el calor posible, cuando alguien chocó con mi silla. Miré hacia atrás y vi a Michael, que venía con una taza de café y un plato con tostadas. El plato se le resbaló de la mano pero me paré y lo agarré. Michael me miró.

-¿Puedo sentarme?-Dijo, señalando la silla vacía en frente mío.

Lo pensé unos segundos.

-Claro.-Dejé sus tostadas en la mesa y me senté en mi silla. 

Él rodeó la mesa y se sentó. Tomé un poco de café y evité su mirada, concentrándome en Tarf, que estaba en el suelo al lado de mi silla, comiendo un pedazo de torta de manzana que yo había dejado. Se hizo un silencio incómodo.

-Veo que te la pusiste.- Dijo Michael, de pronto, señalándome con una tostada.-Mi chaqueta.

-Ah, sí.  Tenía ganas de usarla.-me sonrojé. No tenía que decir eso.  Estúpida Kira ¿qué no piensas antes de hablar? Es verdad, no lo haces.- No, o sea, yo-miré mis manos, intentando controlarme.-Hace frío y es bastante abrigada. Por eso.

Michael me miró, sonriendo divertido. Lo miré amenazadoramente y él miró su café, pero seguía sonriendo. Me concentré en terminar mi café, para evitar decir alguna otra estupidez. En serio que a veces me molesta mi manía de hacer las cosas sin pensar.