Desperté cuando sentí algo húmedo en mi cara. Tarf estaba lamiendo mi nariz. Me senté y lo empujé ligeramente hacia un costado. Miré al cielo. El sol estaba saliendo. En el campamento June guardaba las carpas, mientras Michael borraba todo rastro de nuestro paso por allí. Cuando lo vi quise volver a acostarme y quedarme hecha un ovillo en mi saco de dormir por toda la eternidad. Él levantó la cabeza y me vio. Esbozó una sonrisa triste y siguió con su trabajo. June, que lo había visto, suspiró y sacudió la cabeza. Yo sólo pude quedarme mirándolo. Definitivamente, era una estúpida ¿que no pensé en lo que estaba haciendo?
Sacudi la cabeza. Ya lo había hecho y lamentarse no iba a cambiar las cosas. Michael estaba enamorado de mí y yo... yo... yo no sabía. Y aunque estuviera segura a de que él me gustaba, eso no volvería el tiempo atrás. Decidí que, por una vez en mi vida, iba a pensar antes de hacer cualquier estupidez (como correr a sus brazos). Tenía que controlarme. Michael ya no era una opción, ya lo había perdido.
Recogí mis cosas y las guardé en la mochila. Bajé de un salto de la piedra y me acerqué a los caballos, con Tarf detrás.
-Hey chicos, ¿cuando creen que estaríamos llegando a la ciudad
-Si salimos ahora, cuando el sol esté en lo más alto.
Acaricie el lomo de la hembra y me acerqué a mis amigos
-Deberíamos irnos ahora-Evitaba la mirada de Michael mientras hablaba, aunque hubiera decidido algo no significaba que sea fácil cumplirlo.-Llegaremos al mediodía.
June abrió la boca, probablemente para decir alguno de sus comentarios acerca de subirse de nuevo a un caballo, pero la volvió a cerrar. Se acomodó la mochila y se subió a su caballo.
Michael estaba por hacer lo mismo, cuando una serpiente salió de los arbustos y mi caballo se encabritó y salió galopando. Le ordene a la serpiente que se vaya y lo seguí. Escuché como Michael maldecia y se bajaba de su caballo.
Cuando logré calmar al animal, Michael se me acercó.
-¿Estas bien?
Miré fijamente el lomo de mi caballo, mientras veía de reojo como Tarf venía corriendo hacia nosotros.
-Perfectamente.
Sentí como Michael apoyaba su mano a unos milímetros de la mía. Me puse tensa.
-No deberías salir corriendo de esa forma.-Dijo, con voz suave.- No sabes que puede haber allá afuera.
-Creo que ayer quedó demostrado perfectamente que puedo defenderme Michael.-Soné mas dura de lo que quería y sentí como él apartaba su mano.-No me pasará nada.
-Tal vez no a ti, pero piensa en qué me pasa a mí cuando te vas corriendo de esa forma.
Tomé aire y lo miré. Dioses, ¿por qué tenía que ser tan condenadamente poético? No me estaba poniendo las cosas fáciles. Sus ojos verdes me miraban como si me estuvieran inspeccionando por algún daño. En su rostro de veía reflejada la preocupación, y un poco de ternura.
- No necesito que me protejas.-Me subí a mi caballo.
-Pero yo sí necesito protegerte.-Michael tenía a Tarf en brazos y me lo dio. Lo acomodé en mi mochila y miré al chico. Quise decir algo, pero sólo me dirigí hacia June, mientras Michael iba a su caballo.Llevábamos unas horas cabalgando y ya era mediodía cuando comenzamos a ver la ciudad, a eso de las tres de la tarde encontramos la autopista y dejamos los caballos, no me había olvidado de mi promesa, por lo que me acerqué a un pequeño almacén y compré unas manzanas. Se las dí a los caballos y les agradecí por habernos llevado. Cuando se fueron, intentamos hacer autostop, pero eso nos llevó una hora más. A las cuatro, nos recogió una señor que no paraba de hablar de sus peces. Nos dejó en un hotel, y nos recomendó que comiéramos muchas zanahorias. Conseguimos dos habitaciones y acordamos planificar que haríamos a continuación cuando ya estuviéramos los tres limpios (entiendan, no nos dábamos un baño hacía dos días, ni siquiera nos habíamos cambiado de ropa).
Cuando entré a la habitación me tiré en la cama, mientras Tarf olfateaba todo el lugar. June me miró y luego se fue a bañar. En esos veinte minutos de soledad pude pensar y ordenar un poco mis ideas, ¿por qué Michael se comportaba así? O sea, me dice que está bien que yo no sienta lo mismo que él, pero después dice esas cosas tan... tan... estúpidamente hermosas, y dolorosas al mismo tiempo.
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La hija de la naturaleza
Fanfiction¿Qué pasaría si la hija de un dios perdido aparece? Kira parece ser bastante normal, para ser semidiosa: Se enteró gracias a que un monstruo la atacó. Fue al campamento mestizo, donde le entregaron armas mortales aún siendo menor de edad. Y casi mue...