Se me ha hecho un hábito quedarme parada y que me crezcan las lágrimas en mi habitación.
Se me ha hecho un hábito que me duela cuando estás por doler.
Me he hechos tantos hábitos como el nacer con sangre tibia, morir a sangre fría y repetir la escena miles de veces.
Se me ha hecho el hábito de mirarte todos los días y abrazarte con la boca.
Tantos hábitos se juntaron en mis párpados que ya no puedo salir y gritar:
"¡Eh!¡¿Qué cojones es esto?!" Porque ya sé que es. Sólo que no puedes compartir lo que nunca se te dió, ni recibir lo que no tienen y si vas por la orilla de aquel río, ahí me verás. Seré una más en tu mar.
Y los hábitos de tomar un cigarro y llevarlo en la boca se van a la mierda.
Por que mis hábitos eres tú.
Y mi pulmón se abrió para que respires y mi garganta para que cantes. Y si algún día te das cuenta de esto, por favor, tenme en la punta de la pistola.
Y aprieta el gatillo.