Y nos rompemos los brazos y las muñecas por no saber amar ni
hacer
a una persona brillar
ni saborear
ni sentir
ni plagear.
Por no saber
cómo se
siente
el vientre
de
alguien
ni su mandíbula
ni su acento
ni su clavícula.
Nos morimos cuando
el alba dispara pecas en
nuestras piernas
y
cuando el sol
se llena de
noche al
lado de la
luna llena.
Miramos las lombrices
en la tierra
y nos miramos
los labios
con las manos.
Tocamos el suelo
nublado
Y sin darnos
cuenta
rezamos
un ave maría
tres mil veces
para no caer
al lado del demonio más
malo.
Esperamos que sea un poco bueno.
Y que puta.
Nos rompieron la saliva
nos rompieron el cuello
el cráneo
la vena yugular
la mano derecha
la mano izquierda la dejaron
para poder tapar
el ojo derecho,
sin poder mirar de todos modos.
