15-TE QUIERO

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Tonks se levantó y después de quitarse el anillo salió al pasillo, todos se encontraban haciendo algo. Bajo hasta la cocina y escucho un pedazo de conversación.
-... Pero se ve muy mal, ¿estás seguro?- decía Molly Weasley con su tono de madre preocupada.
-Lo juro, Molly. Anda, Canuto, dile que estoy bien-, terciaba Remus.
-Molly, a sufrido de heridas peores y esta no es más que una más. Solo se me ha pasado la mano.
-Lo ves, Molly. No pasa nada -Remus llevaba un pequeño parche que se llenaba de sangre seguido.
-Como quieras, pero yo no me trago el cuento de que Sirius lo provocó. No ha parado de sangrar ni con todos los hechizos que le he hecho.
-Es verdad, YO LO HICE. Estábamos jugando y... ya sabes, a veces no medimos. Ahora que terminemos de desayunar le pondremos la pomada de todos los meses y sanará como las demás.

Tonks estaba reclinada sobre la pared y al escuchar lo último se inclinó demasiado y se fue al suelo.

-Hola, hay un desnivel ahí -dijo Tonks recuperando la compostura-. Tengan cuidado.

Remus se levantó, dio las gracias y sé fue a su cuarto con la escusa de la pomada.

-Sólo esta molesto por la broma de Sirius, querida. No esta molesto contigo -dijo Molly al notar la mirada de tristeza que inundaba la cara de Tonks.
-Sí, no sé en qué estaba pensando -dijo Sirius con voz queda y sin apartar los ojos de ella.
-¿Hoy tenemos que llevar a los chicos a la estación?- dijo Tonks con urgencia.
-Sí, tú iras conmigo. Pero necesitaré que te vuelvas como acordamos.
-De acuerdo, no hay problema.

La mañana paso y todos se dirigieron a la estación. Cuando por fin dieron las 11, los chicos se despidieron y emprendieron el viaje de regreso a Hogwarts.

Remus apenas miraba a Tonks. Ella pensaba que el estaría enojado así que se mantuvo distante. Cuando por fin llegaron a la casa Remus subió a su cuarto y cinco minutos después lo hizo Tonks.
-... no sirves para esto- decía Remus mientras se pegaba en la frente con su puño.
-Remus, ¿qué haces?- pregunto Tonks al verlo.
-Hablo solo constantemente.
-Remus, lo lamento... yo no quería lastimarte -Tonks no podía apartar la vista de la mejilla de Remus-. En verdad no era mi intención... fue... fue un error- su cabello adquiría una tonalidad pálida.

Remus se sintió la peor persona del mundo... llevaba días teniendo esa sensación.

-No. Tonks, lo lamento. Yo te puse en esta situación y no fue mi mejor reacción. Esto no es más que mi culpa, yo orillé a tus padres a tomar estas medidas- Tonks parecía como si fuera a romper en llanto así que Remus se acercó a ella-. Sé que no fue tu intención, que tú no querías hacerlo -dijo Remus que cuidadosamente tocaba la cara de Tonks.
-Es que yo.... - Tonks tiró de él y lo abrazó con fuerza -en verdad lo lamento... Remus, en verdad.
-Dora...- Remus tomó la pequeña cara en forma de corazón como si fuera el tesoro más precisado del mundo y para él eso era-. No llores, sólo perdóname. No debí actuar así, es solo que de verdad me dolió -Remus sonreía tranquilamente.

-Perdóname tú a mí... mis papás no saben nada -decía Tonks mientras volvía a abrazar a Remus -. Ellos no comprenden... perdón.

-Cariño,  si alguien puede comprender esta situación son tus padres, solo ya no me pidas perdón. Sólo quiero que tu me perdones- dijo Remus sin pensar.
-¿Cómo me has dicho?- dijo Tonks separándose un poco de el para ver su cara.
-Yo... No volverá a pasar- Remus la soltó y se metió a su cuarto.
-No. Esta vez no, Remus. Esta vez me vas a escuchar, ya estoy harta de que las cosas quieran pasar a otro nivel y tú te alejes de mi sin más -Tonks había pasado a su cuarto y cerrado de un portazo la puerta tras si.
-No hay nada que me puedas decir que...
-Me gustas.
-Dora, no - Remus pronunció esas dos últims palabras como si Tonks le hubiera dicho que se unió a los mortifagos.
-¿No qué? ¡Que me gustes no es algo que yo controle! Ya no puedo más, Remus -Tonks pegó la espalda a la pared-. Tú no lo sientes por mí, eso me queda muy claro. Sirius dijo lo contrario pero no le creo, sólo quiero que lo sepas...
-¿En verdad me quieres?
-Sí.
-No creo que estés segura de lo que dices...- decía Remus mientras Tonks levantaba la mano y lo callaba.
-Que yo me caiga cada cinco minutos y no sepa nada de sigilio no te asegura que sea una tonta. Presta atención a mis palabras: te quiero, me gustas. Me gustas con todo lo que eres y con todo lo que no. Sé que piensas que eres algo pasajero pero no es así. Quiero demostrarlo pero sólo lo haré si tú me dejas. Eres lo que yo quiero, hoy, mañana y para toda la vida. Déjame que te lo demuestre. Eres el único que me ve como si fuera una niña pequeña enamorada de un actor de 65 años.

Remus asimilo todo lo que dijo Tonks, poco a poco se acercó a ella y cuando por fin terminó de hablar, Remus estaba convencido de que la quería, de que la quería a su lado para toda la vida. Remus no pudo resistir, tomó a Tonks torpemente de los hombros mirando con una sonrisa que Tonks nunca le había visto, con una mano la pegó a él y después junto sus labios a los de ella.

En un principio fue un beso torpe dado que era el primero, en el que ambos querían explicar sus miedos, su amor, todo. Sus labios se acoplaron a la perfección, Tonks paso sus manos por el cuello de él, mientras que Remus la tomaba de la espalda. Todo sé detuvo. El beso fue lo esperaban pero el aire comenzaba a escasear y poco a poco se fueron separando.
-¿Eso es un "te quiero"? -dijo Tonks recuperando el aliento.
-¿No lo dejé suficientemente claro?
-No, perdón pero no.
Y Remus volvió a besarla, dejando en claro que la quería.
-Te quiero... y no dejes que ninguna de mis acciones te diga lo contrario.

Luna de coloresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora