38-Descendencia

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-¿Crees o estás segura? -Remus sentía el mismo vacío en la boca del estómago que cuando vio a Sirius cruzar el velo.

-En unos días lo sabremos con certeza -decía Tonks esperando la reacción del hombre frente a ella-.Pero estoy muy segura de que sí -Tonks se encontraba afectada, nunca imagino que la posible llegada de su primogénito sería así.

Remus no mostraba ninguna emoción, no podía, solo se recostó y le pidió con señas a Tonks que hiciera lo mismo -necesitas descansar- sabía que no podía decir exactamente lo que pensaba, que eso lastimaría mucho a Tonks.

Eran las 3 de la mañana, Remus seguía sin poder dormir. Con mucho cuidado salió de la cama, tratando de no despertar a Tonks bajo a la cocina y se sentó en el comedor.

P.O.V. REMUS

Ahora todo tiene sentido, cuando estuve en la misión con los hombres lobo noté como los hombres protegían a sus parejas, pero ellas también eran licántropos, Dora no, ella era muy joven y además la estaría condenando a una vida marginada y el bebé, por Merlín, pobre bebé, condenado a pasar las dolorosas transformaciones, a ser excluido de todo lo bueno que este mundo podría ofrecerle.

Me siento tan cobarde. Por mí culpa el niño tendrá que pasar por la misma miserable vida que yo, no puedo enfrentar a Dora, ella no me perdonaría que yo estuviera pensando en no tenerlo, ni yo me lo perdono, pero qué voy a hacer, no tengo ni donde caerme muerto, qué le puedo ofrecer a un hijo... Soy un miserable y el niño solo podrá estar avergonzado de su padre.

Cuánto me gustaría poder desaparecer en este momento.

Estoy en la habitación de nuevo, parado frente al amor de mi vida, no puedo dejar de verla y pensar en todo el daño que le he provocado. Una pierna sale por debajo de las sabanas, veo nuevamente la cicatriz que le hice una de las primeras veces que estuvimos juntos. No puedo seguir con esto, realmente me quiero morir, desde que he estado con ella solo le he traído dolores.
Esto no es más que un error, yo no debí haberme casado con ella.



Los días pasaron. La boda de Fleur y Bill llegó.

Tonks se veía casa vez más radiante, mientras que Remus se veía más miserable que nunca. No habían tocado el tema del bebé.
-¿Sigues con las ganas de vomitar?- preguntó Remus con una mueca en la cara.
No obtuvo contestación, Tonks había salido corriendo al baño.

El embarazo estaba confirmado.
-¿Lo hablaremos o solo seguiremos fingiendo?- dijo Tonks mientras terminaba de arreglarse para la boda.
-Querida, date prisa o llegaremos tarde -Remus tomo la mano de ella y deposito un beso.

Llegaron a la boda y saludaron a Harry, Remus con una sonrisa forzada que repartía a todo el mundo, Tonks, más espectacular que nunca.
Las cosas el día anterior habían salido mal, el ministro visitó la casa por lo que Remus y Tonks habían tenido que salir corriendo de ahí: la boda no fue la excepción, cuando todo parecía tranquilo, el patronus de Kingsley apareció, la mayoría de los invitados pudo desaparecer, Remus se paró junto a Tonks con las varitas levantadas esperando la llegada de los que no eran bienvenidos.
Aunque Harry, Hermione y Ron, pudieron escapar, todos los de la Orden fueron sometidos a interrogatorios por horas, los padres de Tonks habían sido torturados.
Las cosas estaban tan mal como se podría esperar estando en medio de una guerra, el embarazo de Tonks comenzaría a notarse, así que un día Tonks se preparaba para hablar de ellos, se sentó en el sofá frente a Remus, él últimamente se veía desanimado, no dormía y cuando lo hacía Tonks podía escuchar los quejidos.
-¿Dormiste bien, Remus?
-No, creo que estoy muy preocupado por Harry, confío en que se sabe cuidar, pero eso no quita el temor que tengo
-Harry no está solo, tanto Ron cómo Hermione lo ayudarán si es necesario
-De eso estoy seguro, ¿cómo te sientes?
-Que bueno que lo mencionas, justo ahora te iba a pedir que me acompañaras con mis padres, es momento de darles la noticia- Tonks sabía la posición de Remus con el embarazo, lo conocía, sin embargo los días de llorar habían pasado, ella sabía que no podía obligar a Remus y ciertamente tampoco quería-. A menos de que no quieras, puedo ir yo sola.
-No, de eso nada, esto es un problema de los dos.

Aparecieron en casa de los padres de Tonks, ambos habían sido torturados, sin embargo se encontraban bien, Remus sabía que no sería una visita agradable, los padres de Tonks a duras penas habían aceptado su relación y ni se diga de la boda, sin embargo era algo que tenían que hacer.

-Hola mamá, hola papá, ¿cómo están?- preguntaba Tonks después de haber pasado a la casa.
-Tan bien como se puede estar, pero no te preocupes, que ya nos estamos reponiendo- dijo Tedd mientras ignoraba educadamente a Remus.
-Remus, ¿te pasa algo? No has dicho ni una sola palabra desde que entraste -Andromeda estaba parada justo a lado de él-. Pareces abrumado.
-Tonks y yo tenemos una noticia que darles. Por favor siéntate, Andromeda.
-Así es- dijo Tonks tomando la mano de Remus - estoy embarazada- una sonrisa se posaba en la cara de Tonks.

Tedd se levantó y por un minuto Tonks pensó que era para abrazarla, pero se equivoco, un puñetazo viajo directo a la mejilla de Remus.
-¡Cómo pudiste, Remus! Sólo te pedí una cosa, una maldita cosa, que la cuidarás -los reflejos de Remus eran buenos, él pudo haber esquivado el golpe, pero se lo merecía-. ¿Sabes lo que le has hecho a mi niña? Le has destrozado la vida
Andromeda también se levantó y ella fue directamente hacia su hija.
-¿Por qué no tuvieron cuidado? Tú no sabes el peligro que esto significa para ti.
-Papá, no fue culpa de nadie, además no es seguro que el bebé tenga la misma condición que Remus, a mi no me va a pasar nada. Se los juro.
Remus seguía sin decir una sola palabra, Tedd tomó del saco a Remus bruscamente -Apartir de hoy Tonks se quedará con nosotros, nosotros la vamos a cuidar ya que tú no puedes.
Remus sabía lo mal que se sentía Tonks, así que se limpió el hilo de sangre que corría por su mejilla y se dirigió a ella como si los padres no existieran en ese momento.
-Creo que lo mejor es que te quedes con ellos, yo vendré todos los días, Dora. Ellos te van a cuidar- Remus tomó las manos de Tedd y suavemente las quitó de su saco -Ella se quedará si así lo quiere, pero permitan que hablemos a solas. No voy a intentar nada y no la voy a obligar a hacer algo que no quiera.
-No Remus, no estás en condiciones de pedirnos nada- dijo Andromeda mientras le apuntaba con él dedo-. Tú menos que nadie.
-Remus, yo me iré contigo, ahora más que nunca no nos podemos separar.
-Dora, te prometo que vendré a verte todos los días, mañana es luna llena así que aprovecharé para hacer algo para la Orden. Tú estarás mejor aquí. Te amo.
-Yo ya no soy una niña, ellos no pueden decidir por mí- Tonks miraba a sus padres y a Remus de vuelta-. Soy tu esposa y mi lugar está contigo.
-Es por tu bien y por el del niño... Sé que ellos te cuidarán mejor que yo.
-Vete, ahora- dijo Tedd mientras empujaba a Remus a la puerta, Tonks no pudo hacer nada porque su madre la tenía agarrada.
-Entiende que es por tu bien- Tonks se había dejado caer al suelo mientras las lágrimas salían de sus ojos.
-Nosotros sí te vamos a cuidar- dijo Tedd abrazando a su hija.

Remus ya se encontraba afuera, se sentía mal, pero sabía que era lo mejor, pensó en huir pero luego una idea mejor cruzo por su cabeza, sin embargo, tendría que esperar que la luna llena pasara.

Luna de coloresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora