27-Enésima despedida

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Los días pasaron y Tonks salió del Hospital. Remus, sus padres y ella fueron a su apartamento para instalarla ahí y verificar que todo este en orden. Le habían dado unos días de incapacidad así que podría ver a los chicos a su regreso del colegio. Todos estaban tristes por la muerte de Sirius y en un principio como si todos se hubieran puesto de acuerdo, nadie comentaba nada, mucho menos a Remus. Pero pronto el comenzó a tocar el tema y muchas veces hacía que los demás se sintieran bien.
-¿Desde cuándo no vas a un supermercado por comida? Todo aquí ya esta echado a perder -dijo Remus mientras revisaba la nevera.
-Supongo que es mucho, porque la alacena está igual -dijo Tedd revisando unas latas oxidadas.
-El burro hablando de orejas - dijo sonriendo Andrómeda.
Las chicas se rieron, pero Remus sólo sonrió, aún estaba en "proceso de prueba", o por lo menos para Tedd era así, aunque en el fondo sabía que ellos terminarían juntos.
-Bueno, es que estuve un poco ocupada, muriendo -dijo Tonks pasando una gran bolsa negra para que los hombres metieran la basura.
-Remus, querido -dijo Andrómeda poniéndose a su lado- ¿Por qué traes tu saco? Me haces sentir calor ajeno.
-Yo... me siento cómodo así- dijo Remus un poco nervioso-. Estoy bien.
Los Tonks, junto a Remus, terminaron de limpiar hasta donde fue posible, cuando ya habían terminado era hora de la cena pero no comieron en la casa de Tonks, porque hoy tenían una reunión en Grimmauld Place. La primera desde la muerte de Sirius. Ambos se despidieron y aparecieron justo en la puerta del cuartel.
-¡Remus!, ¡Tonks!- saludo Molly desde el pasillo-. Qué gusto que hayan venido... juntos.
-Gracias, Molly pero nos vimos ayer en la estación -dijo Tonks un poco sonrojada.
-Bueno, yo me adelantó con los hombres al estudio -dijo Remus desapareciendo por el pasillo.
-¿Cómo está? -dijo Molly, cuando Remus había desaparecido tras la puerta-. Se la pasa ayudando a los demás miembros a superarlo todo pero cuando Arthur o yo, tratamos de hablar con él... simplemente no nos deja hacerlo. Lo veo más flaco y pálido ¿Está comiendo?
-Se siente mal, aunque diga que ya lo supero. Su condición física también me preocupa, no sé por qué esta tan pálido y delgado es extraño, yo no sé qué pasa, hay veces que lo veo sólo unas cuantas horas.
-Hay que darle un poco más de tiempo, ¿me ayudas con los platos?- dijo un tanto insegura Molly.
-Ya vi tu cara, Molly. Prometo que lo haré con cuidado.
Primero cenarían y cuando hayan llegado todos comenzarían la junta.
La puerta del salón estaba medio abierta y Tonks llevaba los platos mientras Molly terminaba de hacer la comida; al llegar a la puerta escucho la voz de Arthur, en un tono no muy convincente.
-Esta mal, Remus. No puedes seguir así, no puedes caer otra vez... Ella no se merece que tu estés haciendo esto -decía Arthur mientras sujetaba el ante brazo de Remus.
-Yo... yo lo sé, esto no significa un problema. Lo dejaré, lo prometo -la voz de Remus irritada.
-¡NO!- gritó Moody tal vez demasiado fuerte-. No puedes hacer eso, ¡NO LE PUEDES HACER ESO! - Tonks pudo ver como Ojoloco tomaba los brazos de Remus con demasiada fuerza-. Pensé que esto había quedado atrás.
-¿Cómo iba a quedar atrás?- dijo tranquilamente Remus- ¡¿CÓMO?! Esto es lo que soy, esto es lo único que realmente tengo seguro... no se preocupen por ella, ella no se verá mortificada por lo que me pasa a mi. -Te creía el más sensato, Remus- dijo Arthur severamente-. Nunca creí decir esto pero...
-Eres un peligro para ella- sentenció Ojoloco-. Y lo serás hasta que te comportes, no puedo creer que seas un... - Ojoloco no pudo terminar por el estruendo causado por varios platos chocando contra el suelo.
Molly se había acercado a Tonks demasiado sigilosa y cuando ésta le hablo, Tonks tiró todos los platos.
Remus se soltó de Ojoloco y bajo la mirada. Arthur con un movimiento de varita, reparó todo y Ojoloco se sentó mirando al frente mientras el ojo mágico se posaba en Remus.
La cena continuó de lo más incómoda, Remus apenas y respiraba. Cuando toda la orden había llegado todos se sentaron. Severus se sentó justo frente a Remus.
-Vaya, Lupin, que novedad verte aquí- dijo Severus con una fina sonrisa sarcástica.
-No sé a que te refieres, yo no tiendo a faltar a las juntas- dijo Remus levantando la mirada.
-Bueno, como últimamente no sales del Callejón Knockturn...- dijo muy claro para que todos los presentes lo escucharán.
Remus palideció aún más y pudo sentir como un sudor frío le recorría la espalda. No podía emitir sonido alguno.
-El esta yendo a ese callejón por... misiones- dijo Arthur-. Sinceramente me sorprende que no te hayas enterado, Snape.
-¿Misiones? Que extraño, más en las horas en las que se te ha visto y los lugares...
-Es suficiente, Severus- dijo Remus apretando la mandíbula-. La manera en la que yo maneje mi tiempo es sólo problema mío.
-Por supuesto, sólo ten cuidado con esas llagas... - Severus miro las mangas de Remus.
Tonks no pudo evitar notar que Remus se jalaba el saco y ponía las manos en su regazo por el resto de la junta.
En la junta el director Dumbledore, explicó que en el testamento, Sirius, había dejado todo en manos de Harry; todos sabían que Harry los dejaría utilizar el número doce como guarida, pero habían contraindicaciones y por el momento tendrían que dejar ese lugar.
En ese instante, Remus, comenzó a pensar todo lo que venía para él, todas las carencias, todos los problemas. Él no sabía que Sirius había depositado galones tiempo atrás en su cámara personal.
¿Qué no podía ser feliz por un lapso largo? ¿Por qué todo se tenía que venir abajo para él? ¿Por qué no podía ser normal?
Unos leves empujones lo sacaron de sus quejidos mentales, todos se habían ido y solo se encontraban ellos dos.
-¿Todo bien?- pregunto Tonks viendo que estaban solos en la grande habitación.
-No, nada está bien...-dijo Remus sin poder verla a los ojos.
-Te irás, ¿no es así?
Remus la besó, tomo su cara y la beso cómo si no pudiera hacer otra cosa. Ella se sorprendió pero no lo detuvo, enredo sus dedos en el cabello y comenzó a jugar con sus labios y su lengua. Remus se separó y la miro a los ojos, se levantó y la tomó de la mano obligándola a imitarlo.
-¿Qué pasa?- dijo Tonks con la voz agitada.
Remus no podía hablar, no quería arruinar todo, no de nuevo... La tomó de las manos y comenzó a besarla de nuevo, giro sobre si y apareció en el apartamento de ella.
Tonks lo guió hasta la habitación sin dejar de besarlo. Remus comenzó a quitarle la ropa, tal vez con más urgencia de la esperada, ella comenzó a hacer lo mismo. Pronto se encontraban desnudos, ella encima de el. Remus comenzó a besarle el cuello y los pechos, ella sólo podía gemir y rasguñar todo lo que podía.
Cuando Remus comenzó a penetrarla lo hizo de una manera anormal, todo era extraño. No fue cariñoso, tampoco fue grosero, pero fue como si lo necesitará, como si fuera la última vez que lo fuera a hacer y tuviera que sacarle todo el provecho posible. Tonks no pudo notar que Remus no cerró los ojos jamás, es como si quisiera ver todo lo que pasaba. Y eso era lo quería, Remus sabía que esa sería, tal vez, su última vez juntos y tenía que recordar cuanto pudiera de ella.
Tonks besaba el pecho Remus, mientras él acariciaba su espalda y se movía dentro de ella. Tonks recorrió con sus uñas los brazos de el, y justo cuando iba a llegar a la zona del reloj noto costras y una herida de circunferencia perfecta, trató de buscar una explicación en los ojos de Remus, pero el negó y la abrazo para luego cambiar de posición, quedando ella abajo de el.
-Te amo, es lo único que puedo decir- dijo Remus mirándola a los ojos.
Comenzó a incrementar la velocidad de sus movimientos haciendo que ella arqueara la espalda, ambos llegaron al clímax.
-Remus, te amo- dijo Tonks aferrándose con las uñas a la espalda del licántropo.
Tonks ya no supo más de si, pues cayó en un sueño profundo del que no despertó hasta la mañana siguiente cuando su despertador sonó.
Buscó con la mano a la otra persona que debería estar ahí, pero no encontró a nadie.
-¿Remus?- dijo cuando salió del cuarto y recorría el pasillo a la sala.
Ella no obtuvo respuestas...
Remus se había ido, la había dejado por enésima vez, ¿por qué? ¿por qué lo hizo?
Llegó a la sala y se sentó en el sofá, una pequeña nota estaba en la mesita frente a ella.
La tomó y de inmediato reconoció la escritura.
"Sé que ahora te estas preguntando dónde estoy, pero te prometo que lo hago por tu bien. Las personas se encargarán de que sepas porque tengo que alejarme de ti. Por el momento soy realmente peligroso para ti.
Las marcas que viste en mi brazo te traerán problemas, y no quiero que sea así. Te pido tiempo, tiempo para calmar a mis demonios, tiempo para que mis heridas sanen, tiempo para poder ser lo que necesitas.
Te amo, pero es algo que tengo que hacer sólo. "

Tonks miro la nota y supo que eso llevaría mucho más tiempo de que ella podría soportar. Sintió un vacío en el centro del pecho, pero no sabía que hacer, no sabía como actuar...
Mecánicamente logró alistarse para ir al Ministerio, lo último que necesitaba era quedarse ahí.

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