Tirado en un rincón se encontraba Remus. Cada centímetro de su piel estaba embarrado con una desagradable mezcla de tierra y sangre. Todo le dolía, tenía nuevas heridas, muchas más cicatrices, ahora podía contar sus costillas sin el menor esfuerzo y lo único que llevaba encima eran unos viejos pantalones, todos eran estragos de una luna llena que había acabado.
Abrió pesadamente los ojos para ser completamente inundado por el dolor que le causaba una transformación sin poción, Merlín, cuanto extrañaba la bendita poción.
Los días en la manada eran todos iguales: una basura. Tenía que cazar y como se rehusaba a matar Muggles, sólo se alimentaba de pequeños animales que no lograban satisfacer su apetito.
La información que había recolectado era muy buena, Dumbledore estaba contento con su trabajo pero a veces Remus se preguntaba si valía la pena. Ya habían pasado meses desde su partida, meses desde que dejo una promesa en el aire, meses desde que no hablaba con Tonks... ¿Cómo estaría? ¿Estaría igual de destrozada que él? ¿Lo recordaría? ¿Estaría enojada?
Remus tenía mucho tiempo para pensar ya que aunque se había ganado la confianza del Alfa, todavía no contaba con la experiencia suficiente para dirigir asaltos o algunas otras misiones. Estaba cansado de todas las pruebas que tenía que superar, se puso a pensar y no llegó a nada bueno. Remus se dio cuenta que era muy pobre, muy viejo y sobre todo muy peligroso para Tonks, ella se merecía más que un tipo que solo la tuviera esperando por saber si sigue vivo o no, así que en cuanto pudo mantener contacto con Dumbledore, Remus le pidió el favor de no decir absolutamente nada acerca de él.
El viejo director se sorprendió, a él no se le escapaba nada y sabia por la situacion que pasaba los dos, ya que veía todo el tiempo a Tonks, pero no pudo dar su opinión al respecto porque Remus se lo impidió, sólo asintió y se despidió mirando con un pequeño toque de desaprobación a Remus.Ya pronto sería Navidad y Remus sabía que Fenrir dejaba ir a todos aquellos que así lo deseaban; Remus era uno de ellos, necesitaba salir de ese ambiente tan hostil que le causaba pesadillas. Pesadillas que lo despertaban en la madrugada con el pulso elevado y la camisa pegada por el sudor.
Remus iría a la madriguera. Dumbledore le había prohibido pasar tiempo solo después de salir, sabía que Remus necesitaría comida y un ambiente más civilizado después de pasar tanto tiempo con los hombreslobo , tenía la esperanza de ver a Tonks ahí, aunque sabía que había la posibilidad de que ella lo ignorara por completo y eso, aunque lo molestara mucho, tenía que aceptarlo. Ese momento era lo que Remus necesitaba, saber que ella está bien.
Remus se levantó cuidadosamente e inmediatamente perdió el equilibrio, cayendo al piso de nuevo, volvió a incorporarse pero esta vez decidió sentarse con la espalda apoyada en la pared. Hizo cuentas, faltaba una semana para salir de ese infierno y necesitaba tener cuidado con sus heridas si quería verse algo vivo para Navidad.
Tonks estaba vestida de negro, echó un vistazo y noto que todos lo estaban ahí. Muchas personas a su alrededor estaban llorando y lamentándose, ella no sabía dónde estaba, volteó a un lado y vio a Ginny llorando, a su lado estaba Hermione que hacía lo mismo.
-Yo le dije que era arriesgado -escuchó Tonks sin saber de qué hablaban-. Él siempre quería ayudar...
La voz era de la señora Weasley que lloraba en el hombro de su esposo.
-Ya por fin descansará en paz -respondía él-. No volverán a hacerle daño.
Tonks se sorprendió. Quería hablar con la señora Weasley, preguntar qué pasaba cuando lo vio. Era él. Era Remus. Con los ojos cerrados, acostado en centro de todos... en un... ¿ataúd? Eso no podía estar pasando, tenía que ser un sueño, sintió como sus ojos se llenaban de lágrimas...
-No, no, no -decía Tonks sintiendo como algo se rompía dentro de ella-. NO, ¡NO!- gritaba con desesperación...
Hasta que abrió los ojos, estaba soñando, otra vez. Tenía la respiración agitada, y el cabello pegado a la frente y cuello.
No se tomó el tiempo para ver la hora, se quedo como estaba en la cama y comenzó a llorar abrazando fuertemente a su almohada, su llanto era amortiguado por la misma. Era el mismo sueño de siempre. Ya no podía seguir así, no era sano. Se había convertido en una persona amarga, no tenía amigos y se había alejado de sus papás, no quedaba nada de la vieja Nymphadora Tonks y todos lo sabían.
Hasta el mismo Harry lo sabía y todo porque miro que el patronus de ella había cambiado.
Tonks no podía entablar una conversación más de diez minutos porque siempre había algo que le recordará su sufrimiento, por muchas veces que lo intento. Un día se encontró a Harry un pasillo poco común y este comenzó a hablar de la muerte, la noche anterior ella había tenido la misma pesadilla de siempre y al recordarla se hecho a llorar frente a Harry. Trató de disimular al principio, trato de no mostrar nada de lo que pasa pero le fue en vano.
Dumbledore no tenía información de Remus y ella pensaba lo peor, no hablaba con nadie, no quería a nadie, estaba tan molesta, tan decepcionada, se sentía tan impotente y no podía hacer nada. Nada.
Había recibido invitaciones para Navidad, a sus padres les dijo que no, a los Weasley les dijo que no y a sus compañeros de misión les había dicho que no, pensaba pasar su Navidad sola, hundida en sus pensamientos. Decidida a comenzar a recuperar pedacitos de lo que ella era antes, de la verdadera Nymphadora Tonks y no el pedazo de desgracia que ahora vivía su vida. Estaba decidida en volver a brillar como lo hacía antes, amaba a Remus, no comprendía por qué él se comportaba de esa manera tan estúpida, ella sólo quería saber que seguí a vivo...
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Luna de colores
Fanfiction¿Podrá el amor y la guerra ofrecerle una tregua a un licántropo de bajo perfil? Remus Lupin y Nymphadora Tonks, unidos por un mismo destino que sobrepasará las barreras del tiempo y la guerras Premios: *Mejor estética y medios audiovisuales (Concur...