32-Segunda Navidad

1.7K 114 3
                                    

Cuando Remus apareció en la Madriguera a la primera persona que vio fue a Molly, que como era de esperarse, se acercó a tomarlo de los brazos.
-Oh, querido, ¿hace cuánto que no comes?- preguntó en un tono maternal que hizo a Remus sonreír-. Te veo todos los huesos, y mira esa cicatriz, esa no la tenías cuando te fuiste.
-Ya mujer, deja que termine de llegar -decía Arthur apareciendo de la nada y acercándose a Remus -. Remus, que bueno es verte -dijo estrechando la mano de éste.
-Muchas gracias, Arthur, lo mismo digo -y dirigiéndose a Molly, sonrió-. Aunque no lo creas no todos los hombres lobo tienen mi sazón, además estaba esperando a tu comida, Molly.
-Vamos a la cocina, tienes que comer algo -dijo Molly-. Dumbledore nos avisó de tu llegada, querido, ¿cómo te fue con esos salvajes?
-Son mis iguales -dijo Remus en tono neutro al sentarse.
-Eso no es verdad, Remus, y lo sabes bien -dijo Arthur sentándose a su lado mientras Molly le servía un enorme pedazo de filete crudo-. Tú no eres como ellos.
-Gracias -dijo Remus como única respuesta mirando el filete en su plato-. La misión marchó bien, pude conseguir buena información, los licántropos han sido llamados por Voldemort, les prometió cosas inverosímiles -Remus comenzó a comer haciendo ruidos de satisfacción.
-Creo que ya es suficiente de misiones, ¿has hablado con Tonks?- preguntó Arthur.
Remus hubiera preferido hablar de su misión.
-No quiero hablar de ello -dijo Remus en un tono demasiado serio-. Pero ella está bien...
Molly tenía la intención de hablar, pero Arthur le hizo señas para que lo dejará ahí.

El tiempo pasó y la noche llegó, antes de cenar los hombres se sentaron en la pequeña sala mientras la melodía favorita de la señora Weasley llenaba el ambiente.
Remus estaba demasiado distraído como para darle demasiada importancia a la canción o a cualquier cosa que pasará a su alrededor. Tenía la mirada vacía, fija en las llamas que emanaba la chimenea.
Las palabras de Tonks resonaban en su mente. Constantemente se preguntaba si algún día podría ser feliz con ella.
Su mente divagaba sumido en sus propios pensamientos cuando escucho la plática que tenía Harry con el señor Weasley.
Harry juraba que Severus Snape era un mortífago en el que no se podía confiar, desafortunadamente Remus no se encontraba en un estado de ánimo idóneo para mantener una plática de ese tipo. Trató de explicarle a Harry que siendo su padre James y su padrino Sirius, él se encontraba predispuesto a sentir cierto rencor hacia Snape, como era de esperarse Harry no se sintió del todo bien con ese cometario así que comenzaron a hablar de otros temas.
Con una sonrisa Remus continuó hablando, explicando que no se había comunicado con Harry porque se encontraba "bajo tierra", inconscientemente sus puños se cerraron sobre su regazo al momento de hablar de él... del hombre lobo más salvaje de todos los tiempos.
Molly llamo a la mesa y nadie lo pensó dos veces, todos se sentaron a disfrutar el buen sazón de la señora Weasley.
Remus se tomó un ligero descanso para ver a quienes lo rodeaban, los gemelos, Harry, Ron, todos se veían felices y una pregunta surgió en su cabeza: ¿Cómo estará Nymphadora? Y otra vez se perdió en sus pensamientos hasta que George lo trajo de vuelta cuando le ofreció comida.
Luego, en un intento de quedar bien, Ron casi tira toda la salsa encima de la novia de Bill, Fleur.
Éste, con un movimiento de varita lo dejo todo en orden.
-Eges tan malo como esa Tonks -dijo Fleur después de la escena.
Remus canalizo todo su poder en parecer calmado y sumamente tranquilo, pero Molly no.
-Invité a la querida Tonks a venir hoy -dijo Molly mirando mal a Fleur- pero ella no vendrá, ¿has hablado con ella últimamente, Remus?

"No, no, no, no ahora, por favor"Era lo único que podía pensar Remus.

-No, no he estado en mucho contacto con nadie, ¿pero Tonks tiene su propia familia para ir, verdad?- dijo Remus.
-Tal vez. En realidad tengo la impresión de que estaba planeando pasar sola la Navidad- dijo Molly acribillando a Remus con una mirada.
-El patronus de Tonks a cambiado su forma- dijo Harry de la nada-. Sin embargo Snape dijo que no sabía que eso pudiera pasar, ¿por qué cambiaría su patronus? -dijo Harry centrándose en Remus.

Tenía que ser una broma.

Remus se tomó todo su tiempo para masticar y no atragantarse con su comida.
-A veces un gran shock. Un trastorno emocional- dijo despacio.
-Parecía grande y tenía cuatro piernas -dijo Harry-. ¿No podría ser...?- pero Harry no termino.
Percy y el Ministro llegaron y las cosas se terminaron.

Cuando las luces se habían apagado y todos se fueron a dormir, Remus bajo en silencio y salió de la casa. Tomó una gran bocanada de aire frío, y se sentó para poder observar la luna.
Muchos pensamientos surcaban su cabeza. Se dio cuenta que no era un capricho lo que Nymphadora sentía por él. Los caprichos no te hacen cambiar algo tan personal como tu patronus. Se sentía un completo estúpido, cuántas veces había menospreciado las palabras de ella, aún seguía pensando que era muy pobre, viejo y peligroso, pero ella así lo amaba. Lo amaba como él a ella.
Se levantó y tomo su varita, sabía que ella estaba enojada y que no quería saber nada de él, sin embargo, invadido por los sentimientos le mando un patronus, algo simple, sólo le decía feliz Navidad.
Se encaminó a la casa y susurrando para si mismo que las cosas eran mejores así, tal vez si las repetía las veces suficientes llegaría a creerlo. Pero pensar en el hecho del patronus, eso lo cambiaba todo, a veces todos podían menospreciar a Tonks, era la más joven de la Orden, pero una auror experimentada, con toda la confianza de Ojoloco y extremadamente valiente, sin mencionar lo hermoso y graciosa que era, a y las buenas cachetadas que podía dar.
Remus se tocó las mejillas y se acostó disfrutando como hacía mucho tiempo de un sueño profundo.

Luna de coloresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora