Capítulo 4

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CAPÍTULO 4 "In Die Nacht"

El cansancio y el dolor podían con él, no tenía ánimos de salir de la cama ese día, pues aunque hubiera dormido catorce horas seguidas, el dolor de su cuerpo le impedía descansar adecuadamente y lo hubiera hecho de no estar en un reformatorio.

Como cada mañana, un guardia apareció en la puerta gritando a todos que tenían cinco minutos para ir a las duchas y estar listos para el desayuno. Tom se levantó de la cama seguido de Bill.

—Tom...— Lo llamó su hermano menor. Se giró a mirarlo y notó que su hermano veía un punto en concreto, así que siguió su vista hasta el colchón, ahí había dos manchas de sangre cubriendo parte de las almohadas, su playera se pegaba a su espalda y notó algo pringoso escurrirse por su piel. Sus heridas aun sangraban, Bill se llevó una mano a su espalda y estaba igual que Tom, con una mueca de dolor apartó la mano y luego de quitar la sabana y echarla al cubo de la ropa sucia, con dificultad caminaron hasta las duchas.

Luego de dos peleas en menos de 24 horas y unos cuantos latigazos como castigo te dejaban agotado y no era para menos, Tom se sentía morir, sentía que a cada paso que daba, el suelo le daría un buen golpe. Bill no se encontraba mucho mejor, no estaba acostumbrado a pelear como Tom por lo que no estaba en buenas condiciones físicas para aguantar tanto.

Las duchas estaban repletas de chicos de su edad, alguno que otro un año más grande sin importancia. Como siempre, había dos guardias "Cuidando" para evitar violaciones o peleas.

—Malditos pedófilos. — Murmuró Tom al pasar a su lado.

Se sacó la playera sucia junto con el pantalón y lo lanzó al suelo. Bill lo imitó quedando unicamente en bóxer.

—Sin bóxers.— Ordenó un guardia. Bill maldijo para sus adentros mientras se desprendía de ellos al igual que su hermano y buscaron un par de cubículos vacíos, ninguno de estos tenían puerta y era muy vergonzoso para todos tener que ducharse en esas condiciones. El agua fría cayó sobre su cuerpo llevándose todo rastro de sangre y suciedad, el pelo negro le caían en la cara mientras lo tallaba con shampoo anti-piojos, (era del único que conseguían para ellos para evitar plagas) y se lo pasaba a Tom por encima de la puerta divisora. Tom hizo lo mismo con sus rastas ya bastante maltratadas por la falta de cuidados que estás requerían. Entre todos compartían un sólo jabón de barra, que pasaba de mano en mano hasta llegar al final y volver al principio, era asqueroso. Una vez limpios, salieron del baño a cambiarse ante la mirada de los oficiales, que no se apartaban del cuerpo de Tom, lo recorrían de arriba abajo, mirando su espalda escurrir de agua y relamieron sus labios mirando lujuriosamente el pequeño pero duro trasero de Tom.

Tom buscó entre sus pertenencias un pantalón y le pasó uno a Bill junto con una playera negra, sin percatarse de la mirada de aquellos cerdos. Cuando estuvieron vestidos, se calzaron los zapatos y salieron del baño.

—Hey... —Gus los saludó y se acercó a ellos con una sonrisa, algo raro en los encarcelados. Porque si, eso parecía, una prisión.

—Hola Gus. —Dijeron los gemelos a la par.

—Todos están hablando de ustedes.

—¿De nosotros? — Preguntó confuso, Bill.

—¡Sí, todos comentan de lo fabulosa que ha sido la pelea con Frank! —Chilló emocionado.

—¿Y eso es bueno o malo? —Tom ansiaba saber la respuesta a esa pregunta.

—Es bueno, ¡buenisimo!— Gus casi daba saltos de alegría.

Durante la clase de biología, Tom le dio vueltas a la situación en su cabeza.

Había de dos, o era más bueno que malo que fuera tan comentada esa pelea o que fuera más mala que buena. Porque si hablaban cosas buenas de él y su hermano, Frank se les echaría encima y terminaría matándolos, pero si era más mala que buena, bueno... Todos los criminales de ahí se les echarían encima causando su muerte. Y como sea, cualquiera de los dos no les daba nada bueno sin nada malo a cambio.

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