Bill se acurrucó en la cama y abrazó sus piernas contra su pecho, estaba temblando y sollozando sin poder contenerse. Su hermano no podía estar muerto, él tenía que seguir vivo. Tom siempre cuidaba de Bill, a donde iba él iba también, no se despegaba de su lado por ningún motivo, para Bill eso no era ningún problema, le gustaba que Tom estuviera a su alrededor cuidando de él, cuidando que nadie le hiciera daño pero hasta esta noche, Bill nunca se lo había planteado... Si Tom cuidaba de él, ¿quién cuidaba de Tom?
"Eres un mal hermano" Pensó Bill mientras las saladas lágrimas rodaban por sus hundidas y pálidas mejillas. "Nunca te importó un poco si a Tom le dolían los golpes que recibía por ti" Se reprochó.
"Eres un mal hermano y Tom ha muerto por tu culpa"
¡No, Tom no! Tenía que buscarlo y encontrarlo, Tom no volvería a sufrir nunca más por sus acciones, podría defenderse solo sin tener que meter a su hermano, podía aprender a cuidar de sí mismo para no darle problemas a Tom. Pero antes tenía que salvarlo.
Se levantó de la cama y sin hacer ruido, salió de la habitación y corrió por todo el pasillo hasta llegar a las oficinas, las luces estaba apagadas y no se escuchaba un solo ruido, cuando estuvo seguro de que allí ya no había nadie más, abrió con cuidado la oficina del director, entró y cerró con cuidado poniendo los cerrojos.
La adrenalina recorría su pequeño cuerpecito delgado, las palmas de las manos le sudaban y temblaba un poco por los nervios, sus mejillas aun estaban húmedas aunque ya no lloraba, sus pies descalzos se paseaban por toda la habitación buscado algo que le diera una pista de donde podría estar Tom. Algo que le dijera donde comenzar a buscar.
Sobre el escritorio había muchos sobres con nombres escritos en la parte trasera, todos eran para sus compañeros, pero nunca había visto que los guardias les entregaran correspondencia. Revolvió todos los papeles que ahí se encontraban, cientos de hojas llenas de tinta, unas más informales que otras, firmas por todos lados y varios recibos de luz y agua que debían pagarse con grandes sumas de dinero.
Ahí no había ni una pista, abrió cajón tras cajón intentando no dejar demasiado revuelto para que no lo atrapasen, el último cajón del escritorio estaba cerrado con llave y no pudo abrirlo. Lo dejó y continuó abriendo gabinetes y más cajones, había una vitrina llena de llaves dentro de un armario pequeño de madera, quizá el único en buen estado de todo el reformatorio, todas perfectamente ordenadas, ninguna tenía nombre pero Bill no perdió el tiempo y jaló la silla para poder alcanzar mejor. Tomó un par de llaves y bajó rápidamente para abrir el cajón.
Ninguna de ellas funcionaba. Se paralizó en cuanto una sobre atravesó el vidrio por fuera, sin respirar siquiera se mantuvo en silencio, luego de unos segundos se apresuró a buscar más, intento varias veces abrir el cajón con diferentes llaves hasta que finalmente una encajó a la perfección y le dejó ver lo que allí se guardaba con tanto recelo.
Eran bocetos, Bill los sacó todos y comenzó a hojearlos, había dibujos allí, pero Bill no lograba darles forma, parecían una pequeña casita, ¿una piscina? No, nada de eso. Los observó detenidamente uno a uno, eran túneles. No sabía para que tenían eso los guardias, no entendía nada. Dejó los bocetos de lado y se encargo de seguir revolviendo papeles dentro del cajón, más libretas con dibujos de túneles, todos muy bien elaborados y probablemente ya creados.
El tiempo corría y no sabía cuando le quedaba antes de ser descubierto, en el cajón parecía haberse quedado vacío pero la curiosidad le ganó y metió la mano hasta el fondo, había algo más.
Sentado en el suelo en posición de indio, abrió la última libreta y le hojeo, no tardo en encontrar algo que le llamara la atención. En la parte superior de la hoja se leía "Burial" Decesos en Alemán.
ESTÁS LEYENDO
Vergessene Kinder
FanficUn día completamente normal, las calles se vuelven tumbas, las huellas están borrosas. No hay búsqueda, la noche es fría, quien se hiele es demasiado débil. Nadie los contará, nadie los ha visto Solos y perdidos. Nacidos invisibles, muertos de frío...