Vergessene Kinder

Capítulo 13

Día 3

Georg tembló bajo su tacto, no podía creer lo que escuchaba, Frank no podía ser tan cruel, ni siquiera él lo era. Temió decir algo, y aunque hubiera querido, las palabras no salían de sus labios, se quedaban atascadas en su garganta.

Simplemente asintió.

Frank salió del dormitorio completamente sonriente de lo estúpido que Georg era. Le gustaba provocar miedo en las personas, que rogaran por sus vidas con solo mirarle de lejos, él tenía el poder. Tom no sabía lo que se le venía encima.

-Al anochecer, vas... - Había dicho Frank.- y le matas

(...)

Flashback

Mi hermano tenía una nueva novia, se llamaba Carlotta, tenía el pelo obscuro y los ojos tan azules que podías quedarte embobado en ellos, tenía un cuerpo precioso para su edad, pues la mayoría de las chicas que conocía apenas habían crecido un centímetro. Ella era hermosa... y demasiado fácil.

Tom había salido con algunos de sus amigos y yo me quede en casa simplemente porque eran unos idiotas y Tom se comportaba igual cuando estaba con ellos. Mamá había dicho que no eran buenos para mi hermano y él le respondió que se pasaba por el culo sus opiniones, mamá lo abofeteo y Tom no dijo nada más.

Me tire en el sofá a esperar a mi hermano mientras comía los cereales que mamá acaba de comprar y ponía una serie en la TV. Nada más cómodo que pasar el día tirado en el sofá sin hacer nada y sin que Tom este jodiendo en cambiar el canal.

El timbre de la puerta sonó un par de veces, insistentemente, con pereza me levanté y al abrir, una chica preciosa me sonrió.

-Hola Bill.- Me saludó con coquetería.

Me atragante con mis propias palabras y fui incapaz de decir algo, me hice a un lado para dejarle pasar y ella sonrió. Entró moviendo las caderas coquetamente, todo en ella era insinuante y me costaba ignorarla. 

-Tom no esta en casa.- Dije como pude. Ella se sentó en el sofá cruzando las piernas de forma que me dejaban ver sus bragas rosas y su pronunciado escote.- ¿por qué no vuelves más tarde?

-No, me aburró mucho en casa... ¿No te molesta si lo espero aquí?

-No, no. Esta bien.- Me dejé caer a su lado intentando en vano de concentrarme en la serie, pero siempre me atrapaba a mi mismo mirándola de reojo, ¡Basta Bill!

Ella ya no prestaba atención, se reía algunas veces con las idioteces de la TV , su sonrisa era preciosa, su piel blanca como de porcelana, parecía suave al tacto, su cabello ondulado bien cuidado y sus ropas ajustadas, cualquier otra chica con la ropa de Carlotta parecería una ramera cualquiera, pero no ella, ella lucía... elegante ¿De dónde la había sacado Tom? Va, daba igual. Mamá decía que nosotros debíamos compartir todo... TODO y yo no protestaba. Era de los dos.

Cogí aire y con cuidado de no lastimarla, la tomé de la barbilla girando su rostro hacia mi, sin darle tiempo de reaccionar la besé. Sabía a fresas. No fue un beso apasionado como los de la televisión, ni tampoco un pico nada más, fue algo intermedio. Si, al intermedio.

En cuanto me aparté de ella esperé cualquier cosa, que me golpeara, que me gritará e incluso que saliera corriendo y le contará a Tom lo que había hecho, no hizo nada de eso, me besó de vuelta.

¡Le había gustado! ¡Joder que si!

-¿No crees que a Tom le moleste o si? - Dijo entre el beso con voz dulce.

-No, no es celoso.- Respondí con el corazón corriendo a 200 km/h 

Llegó un momento en que acabamos recostados en el sofá , ella debajo de mí con sus brazos alrededor de mi cuello mientras una mis manos acariciaban sus caderas y con la otra me alzaba para no dejar caer todo mi peso sobre ella. Me aventuré a bajar un poco más la mano y estrujar su trasero por debajo de la mini, ella jadeo en mis labios y yo sonreí.

No era la primera vez que besaba a una chica, pero si la primera vez que hacía algo así, ¡era algo alucinante!

-¿¡Qué están haciendo!? - Tom...

Me aparté a una velocidad nunca antes vista en mí al escuchar la voz de mi hermano, me golpearía seguro. Carlotta se incorporó en el sofá y mordió sus uñas. Tom nos miraba sin expresión alguna en su rostro y eso no me calmaba en absoluto, caminó hasta nosotros y se sentó a un lado de su novia quien acabó de acomodar su falda.

Baje la cabeza mirando mi regazo y cuando la alcé, Tom estaba besando a su novia, se apartó e hizo un movimiento de cabeza hacia mi, Carlotta me miró sonriendo y me beso.

Los tres acabamos sentados en el sofá besándonos , yo estaba en un extremo, Carlotta en el medio y Tom en el otro extremo, nos turnamos para besarle hasta que mamá nos atrapó.

"Tu dijiste que compartiéramos todo" Se defendió Tom de mamá una vez que la chica se fue, yo estaba colorado hasta las orejas.

(...)

Bill abrió los ojos cuando escuchó varios murmullos cerca de él y se estiró en la cama con pereza, sonriendo al recordar el sueño que había tenido, había sido muy gracioso la reacción de su madre a las excusas que Tom le había dado. Tom.

"Joder" Pensó Bill al recordar lo tarde que era para poder ir a ver a su hermano, se levantó de la cama con prisa, deshaciéndose de las sábanas que se enredaban en sus pies y le retrasaban más. Tomó su uniforme que se había enredado entre las mantas y corrió a los baños.

El baño estaba casi lleno, los guardias ya estaban ahí para "vigilar" y no tuvo más que desnudarse frente a ellos. Mientras se duchaba intentaba ignorar las miradas asquerosas que le lanzaban aquellos hombres y que le golpeaban en la nuca. Terminó de vestirse y se movió con rapidez, corrió hasta la enfermería ya con el uniforme puesto y con dos sándwiches en la mano como siempre. Se había quedado dormido y se le había hecho tarde, no contaba con mucho tiempo antes de que las clases comenzaran y le asustaba pensar que no vería a Tom el día de hoy.

Tom estaba recostado sobre la camilla esperando a su hermano como los días anteriores, Bill nunca había llegado tarde y le asustaba pensar que algo la había pasado, cualquiera diría que exageraba, pero cuando te la vives cuidándote la espalda las 24 h del día pasaba eso, no te fiabas de nadie, ni siquiera de tu propia sombra. La única persona en la que Tom confiaba al 100% era en su hermano.

Era la única familia que le quedaba y le aterraba perderle, le aterraba no poder hacer algo para evitar que le lastimaran y solo recordaba aquella frase que le había dicho a Bill hace un par de semana mientras se ocultaban debajo de la cama cuando las bombas caían sobre Liezipg y destruían todo a su paso, Bill había estado muy débil por la falta de alimentos y el pánico que le provocaba saber que en cualquier momento podrían morir. "Cuando tengamos que irnos, nos iremos juntos" Le había dicho Tom, tomando con fuerza las manos de su gemelo entre las suyas, Bill había dejado de llorar y sonrió por un segundo antes que los soldados los encontraran.

La puerta se abrió y Bill entró, se recargó en la puerta apoyándose en sus rodillas para recuperar el aire que había dejado atrás, su cabello recién lavado estaba sudado y adherido a su frente y su corazón parecía querer salirse de su pecho de una manera dolorosa que le oprimía el pecho, "Debo hacer ejercicio" pensó Bill debido a su pésima condición física.

-Hola.- Le sonrió aun agitado y Tom soltó una carcajada.

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Cya & Copito