Tom regreso un par de noches después. Se sentía más animado, sin embargo más alerta. No podía bajar la guardia y que Georg lo tomara por sorpresa como aquel día. Bill debía haberse enterado ya y estaría muy preocupado por todo lo que había pasado últimamente, pero para nada se esperaba la bienvenida que su gemelo le dio.
En cuanto entró en la habitación que compartían, Bill se lanzó sobre él y comenzó a golpearlo, tirando golpes furiosos contra su pecho y gruñendo. Tom se cubrió intentando parar los golpees de su gemelo, hasta que finalmente lo lanzó hacía atrás haciéndolo caer sobre la cama, lo miró molesto pero enseguida su expresión se suavizo al ver las lágrimas en los ojos de Bill.
Bill se levantó y lo abrazó tan fuerte como pudo. Tom estaba bastante confundido.
-¿Por qué lo hiciste, Tom? - Sollozó Bill contra su cuello.- ¿Por qué, Tomi?
-Vale, Bill. Para.- Lo apartó de él tomándolo por los brazos y ayudándolo a sentarse sobre la cama.- ¿Y si me explicas que se supone que hice? - Limpió un par de lágrimas con su pulgar mientras Bill hipaba.
-E-ellos...- Era patético. Tragó saliva y continuó.- Ellos dijeron que...- Sorbió la nariz y limpió sus propias lágrimas con las mangas de su suéter.- Dijeron que te habías intentado suicidar.
Los labios de Tom formaron una "o" perfecta en sorpresa.
-¿Qué? ¿Tú estas jodiéndome no? - Ahora lucía molesto, Bill retrocedió sin darse cuenta y negó con la cabeza. Tom se lanzó a por él dándole golpees tal y como Bill lo había hecho hace solo unos segundos.- ¿Eres idiota o qué? - Le gritó.
-¡Basta, Tom. Para, para! - Cubrió su rostro y todo cuanto podía cubrir con sus delgados brazos.
-¡¿Cómo puedes creer eso de mi?! - Tom estaba sentado a horcajadas sobre su gemelo golpeándolo e intentando averiguar que se le pasaba por la cabeza a ese gilipollas que tenía por hermano.- Soy tu maldito hermano, has vivido toda tu vida conmigo ¡¿y crees que soy capaz de hacer algo semejante?! ¿Acaso no me conoces lo suficiente?
Y a causa de aire, se apartó liberándolo y soltando un jadeo. Bill se sentó en la cama un poco temeroso, ya no lloraba ahora solo se abrazaba a sí mismo.
-Lo siento, Tom. - Sus ojos volvieron a cristalizarse y bajó la cabeza.- Pero es que ellos decía que tú...
-Ellos dicen lo que quieren, Bill. No seas idiota y no te creas nada de lo que esos gilipollas digan, ¿de acuerdo?
Bill asintió y sintió los brazos de Tom envolverlo en un cálido abrazo.
-No te preocupes por mi, yo voy a estar bien, Bill.- Lo apretó más a él y dejo un casto beso en su pelo.
Ambos estaban agotados, física y emocionalmente. Solo querían olvidarse del mundo por un rato, dormir sin sentir que alguien puede entrar por esa puerta e intentar matarlos. Se durmieron el los brazos del otro como cuando eran más pequeños, cuando la gente pensaba que era tierno y no raro, como cuando su madre los arropaba y les daba leche tibia.
El invierno estaba sobre ellos, Santa Claus no vendría este año pero Bill quería darle algo a Tom, algo bonito, pero no sabía que, no tenía dinero y aunque lo tuviera no podía salir. Estaban congelándose en ese lugar y aun no estaban en diciembre siquiera. Tom se levantó a mitad de la noche y se puso sus tenis simplemente para volver a acurrucarse junto a Bill y estar un poco más abrigado.
La mañana llegó antes de lo esperado, el guardia entro como siempre a las 6:00 A.M y los sacó a las canchas para hacer un poco de ejercicios, algo obligatorio y necesario había dicho el director, Bill se mantuvo junto a su hermano todo el tiempo.
Juntos se dirigieron a las duchas cuando fue su turno, cada uno ocupó un cubículo, si así se le podía llamar.
-¿Es verdad, Tom? - Preguntó Gustav quien venía siguiéndolos desde hace quien sabe cuanto, Bill se había olvidado por completo de su amigo al tener a Tom cerca de nuevo y en cuanto lo escucho se sintió culpable.
-¿Qué cosa, Gustav? - Tom pasaba el jabón por su pecho sin levantar la mirada mientras el agua le mojaba las rastas.
-Y-ya sabes.- Gustav dudaba, quizá se estaba metiendo demasiado en donde no le llamaban.- que intentaste... suicidarte
En cuanto Tom alzó la cabeza, Gustav la bajó, asustado.
-Si.- Dijo en un susurro Tom y Gustav palideció, levantó la cabeza y lo miró con los ojos como platos.
-Tom... - murmuró sin creerlo y sin ser capaz de pronunciar más. Quería decir algo más, ambos podían notarlo, pero simplemente se alejó, dejando a los gemelos solos.
Bill lo miró y Tom solo se encogió de hombros ante las miradas de ambos, dándole una significativa mirada a su gemelo.
-Será mejor que hayas mentido a Gustav, Tom. O si no...
-O si no ¿qué? - Lo reto Tom. Bill caminaba dos pasos detrás de él pero en cuanto se detuvo y giro sobre sus talones para enfrentar a su hermano menor, Bill casi choca contra él de frente, frenando en seco. Tom de pronto se sentía molesto.
-Tú no lo hiciste ¿No? - Tom adelantó un paso a lo que Bill quedó a solo centímetros del rostro de su hermano y sintió su dedos apretando su mandíbula y meciéndola de un lado a otro con un poco de brusquedad.
-Ya te dije que no.- Susurro.
- ¡Quita! - Chilló Bill y de un manotazo apartó la mano de su hermano.- ¿Y por qué le dijiste que si a Gustav?
Tom lo tomó del brazo y lo arrastro hasta el dormitorio, cerrando la puerta detrás de ellos. Recorrió la habitación, miró debajo de las camas y dentro de los armarios, y cuando estuvo seguro se planto frente a Bill que lo miraba con confusión.
-¿Qué c...
-Escucha...- Lo interrumpió Tom. - Como te dije, no fue intento de suicidio, Georg quiso matarme.- Bill abrió la boca sin poder creerlo, sabía que Georg era malo pero ¿hasta que punto? Se dejó caer sobre la cama y Tom creyó que debió haber tenido más tacto al decirlo. - Pero no puedes decirle a nadie, ¿de acuerdo? Ni siquiera a Gus.- le miró a los ojos.
-Pero Tom... - Se levantó rápidamente, frunciendo el ceño. Su hermano definitivamente estaba loco.
-Nada, Bill. - Él mayor comenzaba a desesperarse y comenzó a caminar por la habitación, jugando con sus manos, intentando hacer entrar en razón a su gemelo.- Georg quiso matarme para recuperar su respeto y le salió mal, todos dirán que quise matarme y él no obtendrá el crédito.
-Pero puede hablar y ... - Bill ahora volvía a tener miedo y las lágrimas cristalizaron sus ojos.
-Eso es peor, no hablará por el simple hecho de que sigo vivo. Y deja de llorar.- Le regañó Tom, tomándolos por los hombros y sacudiéndolo un poco, para luego apartarse de nuevo, tratando de calmarse un poco.
-¡Pero volverá a tratar! Dile a los guardias.- Rogó Bill con la voz aguda por el nudo de su garganta, temiendo por la seguridad de su hermano.
-Ni hablar, Georg es nieto del director, ¿Tú quién crees que saldrá mal de esto?
-¿Qué? ¿Cómo sabes eso? - Le cuestionó Bill, incrédulo.
-Cuando estaba en la enfermería... pero eso da igual, porque no podemos decir nada.
Bill finalmente entendió, no había nadie que pudiera ayudarlos, nadie que los protegiera, solo eran ellos dos y lo mejor era callar. Bill tenía muchas preguntas en su cabeza sobre el por qué de que Georg había terminado en el reformatorio si tenía a una familia tan poderosa como lo era el director, pero no preguntó más al ver la poca disposición de Tom al hablar, ya lo averiguaría él solo.
Gracias por leer, votar y comentar <3 Copito & I
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Vergessene Kinder
FanfictionUn día completamente normal, las calles se vuelven tumbas, las huellas están borrosas. No hay búsqueda, la noche es fría, quien se hiele es demasiado débil. Nadie los contará, nadie los ha visto Solos y perdidos. Nacidos invisibles, muertos de frío...