2:45 pm {Amy}

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Abrí los ojos. Todo parecía tan brillante y borroso.

¿Acaso estaba en el cielo?

Luego vi al hombre desmayado a mi lado y supe que aún seguía en el estúpido elevador. Me levanté y sentí como si hubiera peleado como cuando jugaba con mis primos a las luchas.

Me acerqué a Brenner y puse mi mano cerca de su nariz. Seguía respirando.

Solté un suspiro de alivio porque no tenía ni la menor idea de lo que haría encerrada con un muerto.

Me senté en una esquina y revisé mis brazos y mis piernas. Tenía un moretón en el brazo, de seguro por las estúpidas barras que estaban en las paredes.

Justo en ese momento el teléfono empezó a sonar y salí disparada a descolgarlo.

¡Brenner! ¡Brenner! ¡¿Estás bien?!—gritó un muy preocupado Gabriel—. ¡Tienes que seguir vivo! ¡No me has pagado aun!

Rodé los ojos.

—Brenner está fuera de combate ¿Qué demonios fue lo que pasó?

Al parecer cuando los bomberos estaban revisando los cables soltaron uno por accidente, ahora están en el diecinueve —suspiró—. Cuando Bren despierte y se lo digas, se lo más delicada posible, es decir... ya viste como se pone con las paredes del elevador, solo te pido eso Amy.

Aún estaba molesta con él por las cosas que había dicho sobre Brenner, no tenía el derecho a tratarlo de esa manera. Y tal vez este era el momento preciso para recordarle lo bueno que era su jefe (tanto física como moralmente).

—Deberías tratarlo mejor... es tu jefe Gabriel...

Y es el jefe del jefe de tu jefe —dijo con voz monótona—. Entiendo que lo estés defendiendo, después de todo creo que te gusta.

Mis mejillas se calentaron. Genial, ahora Gabriel lo sabía.

—Omitiendo tu comentario, deberías tratarlo con más respeto, es decir, no es tan duro y cruel como todos piensan.

Lo sé Amy —pude escuchar cómo se recostaba en la silla de Artie—. Nadie me quería contratar porque pensaban que era muy joven e inexperto, había estudiado economía solo para poder ser alguien importante, Brenner dijo que vio determinación en mí y que por eso me contrató, que a pesar de que no me podía ofrecer más que un puesto de asistente, se aseguraría de que aprendiera bastante.

Me recosté de la pared y le di una mirada a Brenner. Cuando estaba inconsciente despedía un aura de ternura, debajo de esa coraza Brenner era alguien bastante considerado.

Solo no sabía cómo exteriorizar sus sentimientos y dudaba que las personas se detuvieran a esperarlo.

—Brenner es una buena persona... una linda y herida persona.

Gabriel suspiró.

Creo que lo ayudarías a salir un poco de su caparazón, también podrías hacerlo sonreír un poco más, creo que eres perfecta para él Amy Branwell.

Hacía tiempo que no sentía ternura hacia otra persona. No de la manera en la que la estoy sintiendo por él.

No era algo natural. Para nada natural.

Graham se tuvo que ir a una reunión—hizo una pequeña pausa—. Estaba molesto, pero no creo que te despida.

La verdad no sabía si eso era algo bueno o malo. Probablemente ambas.

— ¿Y Artie? ¿El capitán Lucas?

El capitán Lucas está intentando enviarles algo de comida por la parte de arriba del elevador y Artie fue a comer, de hecho, iba a comer ya... me tengo que ir, tengo una cita con Karen.

Bien, por lo menos el capitán Lucas intentaba ayudar a que no despellejara a Brenner. Colgué el teléfono y me senté en la esquina del elevador.

El maldito elevador había interrumpido el beso que me iba a dar con Brenner.

Y eso en definitiva era algo malo.

Casi pude sentir sus suaves labios sobre los míos con un leve gusto a café, sus brazos alrededor de mi cintura y todo su peso sobre el mío. Iba a ser como un beso de novela romántica apasionada, pero no teníamos la suerte.

Tendría que esperar a que despertara. Tal vez lográramos retomar ese momento y ver si el beso es tan mágico como me lo imagino. Si no lo es, será casi como todos mis romances. Pasaré es momento de ilusión de haber encontrado a mi medio tomate y seguiré viviendo.

Sin nada de dramas.

A pesar de que suena así de simple, dudo mucho que lo sea.

Le di otra mirada a Brenner y suspiré.

¿Por qué me estaba enamorando de él? 


El ElevadorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora