Davy estaba en su cama en camiseta y pantalón pijama, haciendo caso omiso de un
DVD, cuando su garganta hormigueó y se encontró de pie "en la caja".
Era tarde en la noche y Hyacinth entró sin llamar. Ella mantuvo la puerta abierta
para los Matones número Uno y Dos, mientras éstos entraban, cargando cada uno
una caja de aluminio de gran tamaño. En ambos casos estaban abolladas y
maltratadas y el recubrimiento anodizado de color gris verdoso estaba rayado.
Eran tan pesadas, que los hombres se inclinaban para contrarrestar el peso. Una
vez que pasaron la puerta, las bajaron al suelo como si estuvieran hechas de vidrio.
Hyacinth apagó la televisión sin decir nada. Ella volvió la cabeza hacia la puerta y
los hombres se fueron. Davy pensó que parecían aliviados por irse.
- Espero que no sea tu ajuar-, dijo Davy.
Ella le miró en silencio durante un momento antes de decir: -Es sólo una entrega
rápida. Dos viajes rápidos a la embajada en Caracas.- Ella tomó un pañuelo del
bolsillo de su pantalón y secó cuidadosamente las manijas, luego frotó la parte
superior de las cajas.
Davy se miró la punta de sus dedos. - ¿Qué hay en ellas?.-
Hyacinth sacudió la cabeza. - No hay necesidad de que lo sepas. Déjalas en el baño
y nuestro contacto pasará a recogerlas.-
Davy sintió un escalofrío. Sabías que esto iba a pasar alguna vez. Se inclinó hacia
fuera del cuadrilátero para mirarlas detenidamente.
Estaban cerradas con un candado. Una nota adhesiva grande y rosa estaba pegada
en cada uno de sus costados, en una decía "Primera" y en la otra, "Segunda".
Había una fila de letras en una etiqueta metalizada y cuando las miró más de cerca
advirtió que las líneas estaban en árabe.
-¿Debo vestirme?. ¿Te llevo primero a la embajada?-, le preguntó él probándola.
Ella sacudió la cabeza. -No es necesario. Déjalas en el baño y ... regresa de
inmediato.-
Su contacto visual se rompió.
- ¡Ábrelas!, dijo él.
-¿Estás sordo?.-
-¿No vamos a abrirlas?.-
-¡Diablos, no!.-
-Correcto.- Él había ido tan lejos como podía. Más concretamente, tan lejos como lo
haría. Se dejó caer en el suelo y cruzó las piernas. -Entrégalas tú misma.-
Hyacinth apretó las manos hasta cerrar los puños. -El Sr. Simons te dijo lo que
pasaría si no cooperabas. ¿Es hora de traer a la señora Johnson de...-Ella cerró la
boca bruscamente. -Déjame reformular la pregunta. -¿Es hora de traer a la Sra.
Johnson hasta aquí ... de a una pieza a la vez? .-
Sería tan fácil romperle el cuello. Davy visualizó el acto saltando detrás de ella,
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Reflex - Steven Gould
JugendliteraturDavid "Davy" Rice,ya ha estado diez años escapando de el gobierno y viviendo con Millie en su cueva de Texas , pero nuevamente aparecerán problemas ,y unas nuevas habilidades para Millie que lo conllevarán a correr riesgos que podrían atentar contra...