Esperó hasta el noveno día después de la desaparición de Davy.
Ella empezó a decirles a sus clientes.
-Voy a estar fuera durante las próximas tres semanas. Lo siento, pero me ha
surgido una emergencia familiar y no tengo otra opción-. Ella hizo todo lo posible para disponer ayuda a los más necesitados, dejándolos a cargo de otros terapeutas de su planta, pero, aun así, sabía que perdería algunos. Trató de evitarlo, pero era difícil.
Se inclinó hacia el micro antes de salir de la oficina. Háblale al sujetador.
-Anders,tengo que hablar con usted. Voy a volver al apartamento. Le sugiero que se reúna conmigo en el parking del garaje.
Había esperado ese día. Los crujientes días gloriosos del otoño fueron dando paso a aguanieve y a la lluvia. Durante el camino de vuelta, reconoció en ella un deseo de pisar el acelerador, para conducir con imprudencia temeraria, sólo hacer algo, pero controlado, atravesando las calles resbaladizas con cuidado.
Anders estaba esperando en la esquina oscura de las escaleras, su aliento formaba una nube alrededor de su cabeza. -Voy a D.C.-, dijo sin preámbulos. -No puedo sentarme aquí fingiendo que no hay nada malo.
Él parpadeó. -¿Qué imaginas que podrás hacer?
-¡Más de lo que estoy haciendo aquí!
Exhaló lentamente, una técnica que Millie usaba frecuentemente con los clientes
excitados. Era una manera de decir hazlo fácil sin irritarlos, por lo general sin que se dieran cuenta conscientemente. A menudo el cliente encontraba el ritmo sin darse cuenta y se calmaba.
Esto sólo irritaba más a Millie.
Anders dijo:
-Estás haciendo cosas útiles aquí. Estás ayudando a tus clientes. Sigue siendo el cebo para atraerlos.
-Ya hace más de una semana. No lo están mordiendo. O eso, o te han visto y se han
retirado. Si estoy en Washington DC tendrán más oportunidades de tenerme. Es por eso que te lo digo, no para tener tu permiso, pero para darte tiempo a cambiar tu base de operaciones a manos de tu gente en Washington. Si te sirve de ayuda, puedes hacer los arreglos, pero de cualquier manera, me voy por la mañana.
Ella cogió una bolsa de mano, en su mayoría de ropa interior, artículos de tocador, y los cinco mil dólares de la bolsa de emergencia escondida debajo de un par de pantalones vaqueros de repuesto. El pronóstico para D.C. era frío y húmedo, por eso llevaba un impermeable de color azul con un forro de lana y el localizador de la NSA en su sujetador.
En el Aeropuerto Internacional Will Rogers, el maldito localizador disparó el
detector de metales, pero cuando la enviaron a realizar el registro en manos
femeninas, el guardia de seguridad diagnosticó en voz alta que el objeto ofensivo era un sujetador.
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Reflex - Steven Gould
Genç KurguDavid "Davy" Rice,ya ha estado diez años escapando de el gobierno y viviendo con Millie en su cueva de Texas , pero nuevamente aparecerán problemas ,y unas nuevas habilidades para Millie que lo conllevarán a correr riesgos que podrían atentar contra...