Capítulo Veinticinco: Ya Es Hora

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-¿Ninguno de ellos va a hablar?
La voz de Becca por el teléfono sonaba cansada. -Ninguno de ellos está vivo.
Millie se estremeció.
Ella estaba en un teléfono público en una estación de Metro. Mantuvo los ojos en el
anden y en los alrededores. Los teléfonos móviles estaban terminando con los
teléfonos públicos. Se estaba haciendo cada vez más difícil encontrar un teléfono
público en funcionamiento, pero el metro era buena apuesta ya que era un lugar
donde era difícil de utilizar un teléfono móvil debido a la interferencia de la
transmisión.
-Pensé que todas las operaciones habían tenido éxito.
-Sí. Sullivan lo había convertido en una ciencia cuando tiro el último implante.
Pero el único
que estaba dispuesto a negociar era el chef.
-¿Y?
-Alguien lo envenenó.
-¿En custodia?
-Sí, en máxima seguridad. Falta un guardia.
-¿El que le llevó su comida?
-Sí.
Millie se quedó en silencio un momento, vio a dos hombres con trajes bajar la
escalera mecánica. Se dio la vuelta, sin embargo uno comenzó a leer una revista
que llevaba bajo el brazo.
-Él no estaría muerto si lo hubiera sacado de allí.
-Davy podría estar muerto ahora. Tú no lo envenaste
-¿Qué se sabe de los demás? Hyacinth y el resto.
-Bueno, no se les dijo, pero no pudieron mantener a los abogados a distancia. Estoy
bastante segura de que tiraron los frijoles, los prisioneros estuvieron más tranquilo
de lo habitual después.
Varios chicos de edad escolar bajaron la escalera mecánica , en dos grupos
separados, niños y niñas, cada uno hablaba sólo con los miembros de su mismo
sexo, pero eran muy conscientes del otro grupo.
-¿Y quién está pagando a los abogados?
-Es reservado, al parecer, pero son de la empresa Bochstettler y Asociados.
-Así que, salvo el testimonio de Davy, a mi entender, no tienen lo suficiente como
para ir en contra de Simons.
Becca sonaba enojada. -No. Incluso el enlace a la casa es dudoso. Yo sé que él dijo
que era uno de sus casas, pero no es la propia, no directamente. Su propietario,
según el registro, es una empresa de bienes raíces en Boston y aparece alquilada a
Abney, el mayordomo, eso relaciona menos a Hyacinth. En papel figura así
porque no hay registro de ningún pago de alquiler. El expediente del que me
hablaste del Club de Golf Edgartown ha desaparecido, también. No hay señales de
Conley, o de otros del personal anterior, antes de llegar allí. Incluso la compañía de
seguridad ha despedido a toda persona que trabajó en Great Pond Lane y los
discos duros de la computadora de seguridad y los videos de vigilancia no están.
-¿Y Simons?
-En Nueva York. Tenemos intervenido el teléfono de la casa y todavía recibe
llamadas, pero si discute cualquier cosa del tema lo hace de manera codificada.
Tenemos su conexión ADSL, también, pero su correo electrónico está encriptado y
no estamos seguros de que la organización le ayuda. Y la NSA podría estar
escuchando esto, también.
-Entiendo tu reticencia.
-Vamos a seguir investigando. Vamos a seguir vigilando.
-Por lo menos hasta que la tonelada de ladrillos aterrice.
Becca suspiró. -Bueno, mi madre siempre quiso que yo fuera contable, de todos
modos.
Dos días más tarde, Millie se fue con Davy a buscar, de forma aleatoria, un Médico
de Familia en
Portland, Oregon, para sacar el tubo de succión.
-Todavía duele, -dijo. -Pero me siento menos ... infectado.
Giró hacia atrás y adelante, girando la cintura y se frotó la muñeca. -Menos atado.
La tonelada de ladrillos llegaría más tarde ese mismo día.
-Se suspendió, en espera de la investigación en la malversación de los
departamentos. Mi jefe está con el tema de la desaparición de varios fajos de mil
dólares en efectivo incautados ,RICO ha desaparecido.
Millie cerró los ojos con fuerza y se apoyó contra la pared al lado de la cabina
telefónica.
-¿Estás en peligro?
-Lo dudo. Un agente caído en desgracia es una cosa. Un agente muerto es algo
completamente diferente. Además, es un acto de equilibrio. Si se pone feo, vamos a
ir a la prensa. Es un año electoral y hay demasiadas fotos que muestran ... al
hombre con los miembros de la administración. Quieren esconder esto no quieren
que salga a luz.
-Necesito hablar con Davy sobre esto. Cuida de tu espalda, ¿de acuerdo?
-Veinticuatro/ siete.
-Todas las ventanas están cerradas. No se puede ver nada del interior. Incluso
antes, cuando estaba observando a la gente entrar y salir, no vi más allá de la
puerta. Tiene un toldo.
Ellos estaban en el tejado de enfrente del bloque de Manhattan de Simons. Davy
estaba comiendo un kebab de pollo, comprado a un vendedor ambulante en la
entrada del parque.
Millie lo fulminó con la mirada. -¿Me estás escuchando?
Se pasó la lengua a uno de sus dedos. -Claro. No ves nada del interior. Pero no
quiero ir dentro de ese edificio. - Él chupó el pincho de bambú, para sacar el último trozo de pollo. -Es una trampa mortal. -Se limpió los dedos en la servilleta antes de
hacer nada más y miro por los prismáticos.
-Fantástico. Has estado de compras mientras estaba fuera.
Miró a través de ellos.
-Sí.
-La azotea esta bien. El parapeto es de tres metros de altura más o menos con
bajantes para desagües. Tal vez en el interior hay tuberías y bajantes. -Él le dio los
prismáticos a Millie.
-Vamos a necesitar un metro cúbico de cemento de fraguado rápido.
Millie, vio desde el edificio distante como Davy se refería al sistema de vigilancia
de vídeo, rompió cada una de las cámaras del techo con un bate de béisbol de
treinta y tres pulgadas,de arce, comprado especialmente para ello. Acabó con las
cuatro cámaras en menos de tres segundos.
Saltó a unirse a él. Estaba girando el bate y sonriendo como un tonto y dijo: -Muy
bueno, querido. No pierdas tus puntos.
Sacó la lengua. -Echa un vistazo a la puerta principal.
Asomó la cabeza por encima del parapeto y miró hacia abajo. No habia actividad
debajo. Se preguntó lo que estaba pasando en el interior o si se habían dado
cuenta.
-No hay actividad -Informó.
Dejó el bate y le dijo: -Un segundo.
Cuando regresó, llevaba dos baldes galvanizados, cada uno con cemento húmedo.
Trabajó en el borde del parapeto, llenando cada uno de las bajantes , bajando por
la pared de manera espesamente. Hizo varios viajes al patio de cemento. En el
momento en que había bloqueado dieciséis el primero ya estaba duro al tacto.
Había cuatro más. Él usó un cubo en cada uno, dejando que cayera también en las
rejas.
Silbaba alegremente mientras trabajaba.
Ella no pudo evitar sonreír.
-Bueno-dijo, tirando los cubos a un lado. -No es demasiado tarde para parar. Por lo
que estamos haciendo nos persiguieran el resto de nuestras vidas.
Millie dejó de sonreír. -Y esto cambia las cosas, ¿cómo? Si no van a seguir
persiguiéndonos si no lo hacemos Vamos a ver las consecuencias .
Davy asintió brevemente. -Sí, pero ahora que hemos cruzado la línea . ¿Quieres la
parte delantera o la trasera ?
-Voy a cruzar la calle y mirar la parte delantera. -Señaló con su pulgar
directamente a través de la calle a un edificio más alto.
Davy asintió. -¿Tienes la bocina?
Levantó el bote de aire comprimido.
-Vamos ya, entonces.
Cogió el bate y fue hacia la parte trasera del edificio.
Millie saltó frente a la escalera de incendios y subió a la azotea. Vio a
Davy inclinarse sobre el parapeto de atrás y mirar abajo, al jardín trasero. Se dio la
vuelta y le saludó. Ella le devolvió el saludo.
Se lo había contado, por supuesto él se lo había dicho pero no estaba preparado
para esa cantidad de agua. El techo era de aproximadamente veinte metros por
sesenta y le llegó el agua hasta las rodillas en menos de medio minuto. Unas
sesenta y dos toneladas de agua.
Ella se preguntaba si aguantaría trescientos veinticuatro toneladas del agua en el
parapeto. Rápidamente vio la respuesta . El techo se derrumbó cerca de la parte
frontal del edificio y el agua fluyó a través de la brecha.
Casi de inmediato el agua se estrelló contra el cristal y Salió entre los barrotes de
las ventanas del cuarto piso.
En el techo Davy observó el agua corriendo. Estaba en la fachada trasera y el techo
debajo de él al parecer todavía era sólido.
Ahora el agua salía de las ventanas del tercer piso. La puerta principal se abrió de
golpe y Millie cogió los prismáticos. En su mayoría parecían ser los funcionarios,
por lo menos llevaban la libreta húmeda, en algunos casos, hasta la cintura.
Tres hombres más salieron por la puerta y bajaron las escaleras, ya que el agua
comenzó a fluir en el primer piso, convirtiendo a la escalinata en una cascada de
rápidos. Una mesita, una lámpara, un perchero, un maletín y un banco acolchado
salieron por la puerta. Una de las dos puertas de garaje comenzó a abrirse, luego se
detuvo, con una apertura de tres metros. Varias botellas y latas aparecieron en la
entrada, luego, una alambrada y un paquete de trapos.
La electricidad se cortó. Es por eso que la puerta del garaje no se había abierto del
todo. Era también la razón por la que Davy había utilizado agua de mar.
Un hombre se arrastró por debajo de la puerta del garaje, luego, salió otro hombre
de espaldas. Un hombre con escayola y cabestrillo.
Bingo. Ella apretó el botón de la bocina y se estremeció al oír el ruido y luego la tiró
a un lado. Cuando dejo de sonar, Davy estaba en el borde frontal del edificio
Simons .Se sentó en el parapeto, como una gárgola. Miró a la calle y desapareció.
Ella sacudió la cabeza hacia atrás hasta la acera, pero Simons ya se había ido.
Ella fue la primera en llegar al foso, cogió el detector de metales de mano que había
comprado por la mañana. Era negro y amarillo, como los utilizados en los
aeropuertos.
Davy, según lo arreglado, había llevado a Simons al desierto, a unos ochenta
kilómetros, al noroeste de la ciudad de Terlingua. Él estaba preocupado por los
dispositivos de localización. Cada vez eran más pequeños, con transmisoresreceptores de satélite que utilizan el sistema de posicionamiento global para fijar la
ubicación. Y sabiendo que Davy y Millie estaban vivos y activos, Simons podría
haber tomado precauciones.
Simons estaba boca abajo en la arena y Davy estaba arrodillado sobre él, tenía una
rodilla en la espalda, mientras que Davy lo registraba . Arrojó a un lado el teléfono
móvil, una billetera, un conjunto de llaves y dos cargadores de una pistola
automática. El arma de la munición estaba en la mano de Davy .Le apunto con el
cañón a la cabeza de Simons.
La expresión del rostro de Davy le daba miedo. Ella sentía algo de temor por el
hecho de que matara a Simons. Pero también pensó en que no lo iba hacer.
Ella encendió el detector y barrió las piernas Simons. Los zapatos sonaron y se los
quitó tirándolos al montón de objetos . También al pasar el aparto por el reloj
sonó. Se lo quitó de la muñeca derecha. Al pasarlo por el brazo escayolado, sonó.
-Hay algo en la escayola,- dijo. -Señal fuerte.
Davy presionó más el cañón contra la cabeza de Simons. -¿Qué es ?
Simons dijo lentamente: -Tengo dos clavos en la muñeca.
Millie negó con la cabeza. -No se puede poner una escayola después de la cirugía
hasta que no baje la hinchazón. Estás mintiendo. -Con su mano libre, Davy cogió
una gran piedra,del tamaño de un repollo pequeño y lo puso en el suelo, ante el
rostro de Simons. -Vamos a romperlo y verlo.
Millie dijo :-Eso no es exactamente lo mejor para sus huesos rotos.
Davy se rió. -¿Y que sería?
-Supongo que uno podría considerar que un beneficio -Dijo ella siguiéndole el
juego.
Simons intentó ocultar su brazo con su torso.
Davy dejó caer la roca, quitó su rodilla fuera de la espalda de Simons y lo hizo
ponerse boca arriba. -No te muevas -Dijo apuntando con la pistola en la frente de
Simons. - Veamos que otros juguetes tienes. -Rió Davy, pero la expresión no era
tranquilizadora.
Millie pasó el detector por la parte delantera de las extremidades de Simons,
luego, a lo largo de su torso. Pitó con la hebilla del cinturón y con algunas
monedas en los bolsillos, que fueron añadidos al montón. Fue hasta los hombros,
en el izquierdo pitó.
Davy le arrancó la camisa, haciendo estallar los botones. Una sonrisa desagradable
se dibujo en su cara.
-Oh -Dijo Millie.
En el pecho de Simons sólo se podian ver dos cicatrices, la más grande debajo de la
clavícula, por encima de la otra, en el cuello. Viejas cicatrices, de hace años.
Davy quitó el arma de la cabeza de Simons y gritó al cielo. -¿Dónde para esto?
Simons se estremeció.
Davy miró a Simons. -Pensé que tu alcance era ... enorme, pero no era tu
alcance,¿verdad?
-Otro zombie implante -Dijo Millie. -Entonces,¿ quién dirige la organización?
Simons se apartó de ellos y lo dejaron. Se sentó y se alejó, apoyándose en una roca ,
a la sombra de un arbusto, a cuatro metros de distancia. Él se burló de ellos.
Millie le miró con recelo. -¿Qué crees que hay debajo de la escayola? ¿Podría ser un
arma?
Davy negó con la cabeza. -Un indicador tal vez, o algún tipo de error. Casi con
toda seguridad electrónico.
-¿Cuánto tiempo crees que tenemos hasta que lleguen por él?
Davy miró a Simons. Simons deliberadamente se cubrió la boca y bostezó.
-Tenemos tiempo.- Davy cogió la piedra otra vez. -Nos podemos ir lejos de aquí
antes de que vengan y cuando lo hagan, tendremos que quitar lo que está brazo.-Se
volvió hacia Millie y le guiñó un ojo. Se volvió para hacer frente a Simons.
-Esto puede doler un poco.
-No me puedes tocar -Sonrió Simons. Levantó el brazo sosteniéndolo contra el
pecho, pero no lo hizo con torpeza cuando él lo levanto más.
-¡Davy! No dejes que...
Era como si a Simons le hubieran disparado por la espalda, la forma en la parte
superior del pecho explotó. El yeso desvió gran parte de la sangre, pero el chorro
se esparció y Millie sintió gotas calientes en el dorso de la mano.
El corazón siguió latiendo, la sangre salía con los latidos, una, dos, tres veces y
luego la filtración fue lenta sin la ayuda de las contracciones del corazón. Los ojos
de Simons se abrieron por completo y luego se fueron cerrando hasta que
quedaron ausentes.
Millie pensó por un momento que había estallado el yeso porque estaba todo
cubierto de sangre, pero estaba intacto, aún cubriendo su brazo, tenía los dedos
ligeramente curvados.
Tragó convulsivamente.
-Entonces, eso es lo que les ponen , -dijo Davy. Él se balanceo ligeramente sobre
sus pies y sus ojos estaban vidriosos.
Millie dio un paso rápido a su lado y le agarró del brazo. -Tranquilizate.
Se agachó y respiró profundamente varias veces. Cuando se levantó de nuevo,
tenía mejor cara.
-¿Qué paso? -Preguntó ella.
-Algo hizo detonar su implante. Un imán, tal vez, o algo más sofisticado. Supongo
que me creyó, cuando le dije que iba a romper la escayola con la piedra. -Millie
hablaba más para sí que para Davy. -Se lo hizo a sí mismo. Para evitar que
nosotros lo interrogáramos acerca de sus amos.
Davy pasó la lengua por los labios. -¿Maestros? ¿Más de uno? Dios, espero que no.
Tuve la imagen de él sentado, en el centro , tirando de las cuerdas. ¿Y si está cerca?
Millie negó con la cabeza. -Capa sobre capa. Círculos dentro de círculos. Puede que
nunca lo sepamos. Por la forma en que lo describió, por lo que vi de él, él no era
del tipo de los que renuncian al control. Tal vez es por eso que lo hizo. Su elección
hasta el fin.
-Podíamos haberlo salvado. Si yo hubiera saltado a un hospital.
Millie acarició la espalda de Davy. -Aunque lo hubieras llevado a un quirofano no
podrías haberlo salvado-Ella apartó la mirada de Simons. -Yo no lo habría matado.
Sé que tú tampoco. Él no puede hacer daño a nadie ahora y debatir ahora sobre eso
no lleva a ningún sitio.
Davy, finalmente asintió.
-¿Qué vamos a hacer con su cuerpo?
Davy miró su reloj. -Sólo han pasado quince minutos desde que lo trajimos.
Volvamos.
Ella frunció el ceño. -Dejaremos un mensaje.
-Espero que sí.
-¿Y el texto es?
-Dejarnos en paz. No vale la pena perseguirnos y pagar el precio.- Hizo un gesto
hacia Simons. -Él era de muy alto rango. Perdieron mucho más que dos casas y
varios agentes. Esperemos, que perdieran influencia .
Millie dudo. -Tal vez . O tal vez que ya tienen preparado a otro para ocupar su
puesto.
Davy asintió lentamente. -Tal vez.
Cogieron un taxi de BWI. Se dirigieron a una escuela secundaria en las afueras del
Distrito de Baltimore. No era su escuela secundaria, pero los dos chicos tenían
entrenamiento de natación. Encontraron a la madre de los niños en una sección
vacía a la sombra, en las gradas superiores.
Davy le tendió la mano. -Hola, Sra. Cox. Mi nombre es Davy Rice. Esta es mi
esposa, Millie.
Cindy Cox lo miró fijamente, con los ojos abiertos. -Nunca pensé conocerle. Brian
era bastante bueno en no llevar su trabajo a casa, pero... -Ella negó con la mano .
-¿Sabías que yo estaba allí cuando murió Brian?
Ella parpadeó y el color desapareció de su rostro. -No puede ser . No lo habría
dejado morir .No con lo que puedes hacer.
Los labios de Davy estaban apretados y Millie vio las lágrimas en sus ojos.
-Me hubiera gustado que hubiera sido así.-Dijo Millie -Davy fue drogado, Sra. Cox.
Brian murió tratando de evitar que los secuestraran. Fracasó. Hasta la semana
pasada, Davy ha sido prisionero de un tipo de experimentos.
Cindy lo miró. -Lo siento. Si hubiera estado enfermo ese día. Si sólo se hubiera
quedado en casa esa noche. Si yo hubiera insistido en la jubilación anticipada como
una opción. Si Davy hubiera estado con él para ayudarlo.
-¿La NSA no te lo dijo?
-Solamente dijo que había sido asesinado en el cumplimiento del deber. Un gran
honor para un hombre y todo eso.
Abajo, en la piscina estaban preparándose para las cincuenta yardas estilo libre.
Cindy dijo: -Perdonarme. Ese es Billy, el mayor, en la calle cinco.
El disparo de salida hizo eco en la piscina cubierta y los cuerpos saltaron hacia el
agua. Billy no era el nadador más rápido en su serie, pero su inmersión y vuelta
eran tan limpias que ganó de todas formas.
Su madre aplaudió y agitó y gritó.
Cuando se volvió a Davy, dijo:-¿La NSA te dijo que el asesino de tu marido está
bajo la custodia del FBI?
Ella respiró hondo y exhaló. - La NSA no. Pero si un amigo de la agencia.
-¿Anders?-Dijo Millie.
-Sí, cuando le pregunté dónde podría encontrarse conmigo. No sé si ayuda o no.
Incluso si lo condenaran , Brian seguirá muerto.
Cindy se frotó la nariz con el dorso de la mano.
Davy respiró hondo y dijo: -Las últimas palabras de Brian fueron: "Dile a Cindy
que es lo mejor de mi vida . Ella y los chicos."
Cindy Cox lo miró fijamente y entreabrió un poco la boca. Millie se puso de pie
cuando la mujer se puso a llorar y a sollozar.
Cuando se detuvo, parecía agotada. Los gritos de la piscina hicieron que pasaran
desapercibidos fácilmente los sollozos. Ella se apartó de Millie.
-Estoy bien. Zachary participa ahora. Tengo que verlo. -Le tendió la mano.- Gracias
por darme su mensaje. Lo siento, me has dicho lo que dijo. Sé que le hubieras
salvado si hubieras podido. Debe de haber sido horrible verlo morir.
-Lo fue. Pero yo se lo debía.- Le entregó una carta. -Si necesitas algo, pon un
anuncio en la sección de anuncios del Washington Post de los miércoles y vendré
corriendo. -Hizo una pausa.- ¿Hay algo que puedo hacer por tí ahora? ¿Antes de
que me vaya? .
Cindy miró a su alrededor, dijo entonces:-Sólo una cosa. Cuando te vayas, ¿podrías
irte a tu manera? Siempre he querido verlo.
- Oh. Muy bien.
Saltaron.
-Cristo, que frío.
La cabaña era una casa de madera con dos pisos a cinco mil metros de altura en las
montañas rocosas canadienses en Yukón a cien kilómetros de la ciudad más
cercana. Había sido construida por un millonario como pabellón de caza, pero por
falta de tiempo de vuelo a zona segura, este lugar estaba muerto incluso en verano,
él se dio por vencido. Davy compró la cabaña y un terreno de cuatrocientas
hectáreas por treinta mil dólares canadienses.
Incluso ahora, en mayo, habia nieve amontonada alrededor.
Davy dijo:-Hay agua caliente en el baño.
-Sin embargo, la cabaña está congelada. Me estoy poniendo azul.
-Espera. -Cerró los ojos.
La ráfaga de viento le hizo tambalearse. La puerta principal se cerró bruscamente
Davy brillaba y el aire caliente salían de su cuerpo.
-¿Qué estás haciendo? -Dijo. Se le acercó y le sujetó las manos, como si tocara
fuego.
-Hermanamiento. Para Terlingua. Un par de miles de pies más abajo y mucho más
caliente que el aire a diferencia que da una calefacción . -¿Te sientes mejor? Estoy
sudando. -Dejó de brillar y se acercó a la ventana. -Ya está-dijo, señalando. El agua
que goteaba de los aleros en forma de nieve derretida. -Además, los radiadores son
de agua caliente pero fueron vaciados cuando la casa se desocupó.
-¿Nadie nos molestará aquí?
-¿Quién sabe? Lo compré con uno de mis viejos pasaportes falsos de nacionalidad
canadiense .
Está registrado en la corte provincial en Whitehorse. Quiero decir, el clima es tan
malo que ni siquiera se puede venir en casi ningún mes del año llegar a menos que
sigan nuestro camino. Estamos muy cerca del Océano Ártico. Es nuestro a
diferencia del foso. Si alguien tropieza con ella, podemos decirle prohibido el paso,
propiedad privada, arrivederci.
Miró por la ventana del frente. Podía ver a quince millas hacia el valle y el caribú
en la parte inferior, donde la nieve empezaba a derretirse. Se rió.
-Habra que conseguir comida. Tengo hambre.
Ella encendió un fuego mientras él iba por comida India.
-¿Dónde? -Preguntó ella.
-Fui a uno en el que no habíamos estado nunca, elegí al azar, en la Place St. Mark's
en East Village. Hay buenos restaurantes allí, uno de mis preferidos- suspiró -No
hay más preferidos.
Millie miró hacia el suelo. -No más clientes. No más edificios. No más catálogos.
No más reservas.
Davy se volvió, su boca estaba cerrada, tenía un trozo de pollo tandoori olvidado
en el tenedor.
-No creo que nos sigan. No estoy en la mejor forma ahora.
-Eres un potencial objetivo por ser tú mismo.
-Sí. ¿Por qué?
-Tal vez sea la captura -Dijo.
-Tal vez por lo que sé. En los últimos doce años me he teletransportado por todo el
mundo, miles de veces. Nadie más, salvo tú, lo sabe, has experimentado el
fenómeno.
Él asintió. -Sí, eso es más o menos lo que yo pensaba. Sé que condiciona tu vida
pero estoy muy contento por no ser el único.
-¿Vas a practicar lo de los puentes? Tú sabes, saltar un centenar de veces aquí y
allí, luego empujarlos por un acantilado.
Se estremeció. -No quiero pensar en el resultado.
Ella se encogió de hombros. -Ellos no tienen que morir en realidad, sólo tienen que
pensar que lo van hacer. Eso me imagino.
-Y si funciona, entonces se convertirán en los objetivos, ¿verdad?.
Millie agitó su tenedor. -Tienes razón. Por ahora creo que vamos a tener una
familia. -Sonrió de repente y Davy le miró con los ojos entrecerrados.
-Familia.
Ella asintió.
-Tú y yo. -Ella volvió a sonreír. -Etcetera.
-¿Qué quieres decir?
-Etcétera. Etcétera.- Ella cogió otro trozo de pollo y luego lo dejó, posó las manos
en las rodillas. -Dejé de tomar anticonceptivos el día que desapareciste.
Sus ojos se agrandaron. -No estoy seguro.
-Ya sé que no lo estas, pero es el momento. Sé que tienes miedo de ser padre, pero
sé que trataras a tus hijos muy bien. Mira, querido, si evitaste matar o agredir a las
personas que te encarcelaron y torturaron, estoy bastante segura de que no le
levantarás la mano a tus propios hijos, incluso cuando tiren la comida o garabateen
las páginas de tus preciosos libros. -Ella agitó la mano- Este es un lugar mucho
mejor para los niños que el foso. Más espacio, sin acantilados. Debes haber
pensando en eso un poco.
Él se ruborizó. -Bueno.
La cogió de la mano. -Es hora de...- Cogió una servilleta de papel y se limpió la
comisura de la boca, luego, la llevó a través de la nieve, a la casa de baños. -En más
de un sentido.

***

Y fin! Espero les haya gustado.
Bien, nosé como empezar esto, creo que con un perdón, estuve casi un año inactivo en Wattpad. Y es porque perdí todo, mi cuenta, mis libros, mis editores, y bueno, no tenía pensado seguir, pero creo que haber terminado esto era lo mínimo que debería hacer por ustedes, gracias por estar conmigo en estos momentos, FELIZ LECTURA!💪💪

Reflex - Steven GouldDonde viven las historias. Descúbrelo ahora