Capítulo Veinticuatro: Consejos Para Una Cita

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Había una máscara sobre su boca y su nariz, y sus pulmones se elevaban sin


esfuerzo, inflados como un globo de fiesta. La presión se detuvo y podía sentir la


corriente de aire cuando salía. Entonces, el flujo de aire positivo comenzó de


nuevo. Todo lo que sentía estando allí acostado era como si estuviera girando


lentamente y un hormigueo en su cuero cabelludo. Su boca se sentía como un


desierto, seca y áspera, como si toda el agua se hubiera evaporado de ella.


Varias personas estaban hablando a la vez, y alguien gritó sobre el balbuceo, -


¿Dónde están los chalecos antibalas?.-


-¡Vengan! -, llamaba una voz lejana.


Sintió que alguien sostenía su mano y, con gran esfuerzo, abrió los ojos.


Inmediatamente los cerró de nuevo. La luz era cegadora y sus ojos no estaban


funcionando bien. Todo lo que no era una fuente de luz era excesivamente


brillante, una borrosa masa de color blanco, azul y tonos de piel.


Algo pinchó su piel en la parte superior del pecho, sintió ardor, y se apartó del


dolor y la luz refugiándose en la oscuridad tranquilizadora.


Estaba "en el cuadrado" tirado en el suelo, pero no se sentía bien. La habitación


estaba oscura y el suelo estaba húmedo y frío. Olía a agua salada en bajamar y


recordó algo sobre el océano, Simons y bombas. La máscara de oxígeno se había


ido y le tomó una eternidad tomar una respiración. Había una luz que brillaba en


el suelo junto a él, pero no le causaba tanto dolor como las luces en el cuarto


anterior. Sentía un dolor punzante en el interior de su codo derecho.


Entonces, alguien estuvo en cuclillas sobre él. Él quería rechazarlo, pero su cuerpo


no respondía. Lo único que logró fue un débil intento de mover un brazo.


- Davy. ¡Oh, Cristo! No puedes hacer eso. No vamos a conseguir una maldita cosa


si saltas lejos en la mitad de la operación -.


Reconoció esa voz. Trató de hablar pero le tomó varios intentos. -¿M-Millie?-.


-Sí, corazón. Voy a saltar contigo de nuevo al centro de trauma.- Se arrodilló y


puso sus manos debajo de los hombros de él. - Se estaban preparando para sacar el


estimulador del nervio vago cuando saltaste hacia atrás.-
-¡Para!.- La voz de él sonó rasposa, era mitad gemido y mitad quejido ahogado.


Millie paró de levantarlo. -¿Te lastimé?-.


- Está cableado ... es una trampa caza-bobos explosiva. El implante-.


-Sí. Lo sabemos. Tenemos piezas de otro y tomamos varias radiografías. Parece


que hay un sensor de luz y aprendimos de una manera dura que si se cortan los


cables explotará -.


-¿De otro?-.


Ella abrió la boca y dijo, -Te quiero y quiero escuchar todo lo que tienes que

Reflex - Steven GouldDonde viven las historias. Descúbrelo ahora