Capítulo 20 (Clarisse POV)

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Clarisse PoV.

Allison corría como alma que lleva el diablo. Era un destello blanco en la oscura noche. Recordé que me había hablado sobre el sueño que ella tuvo la noche en la que por primera vez se convirtió en lobo en medio del campamento, y me pregunté si estaría rememorando eso ahora. Quizá no...Pero por como yo lo veía, y si recordaba bien, esto era exactamente igual: una loba blanca corriendo en campo abierto.

Todavía seguía molesta con ella por lo del juramento, cuando me hizo jurar por el río Estigio sabía que no era adrede, que en verdad quería protegerme. Pero era injusto. Ese juramento me privaba de la única cosa que podría hacer por ella. Le hablé sobre Silena...y aún así me pidió aquello. No tendría que haberlo hecho...debió saber que si yo no podía hacerlo alguien más lo haría.

A mi lado, Chris jadeó.

–Corre... demasiado... rápido.

Resoplé. ¿Qué esperaba? Aún así le sonreí, y dije:

–Te hará bien correr un poco, Chris.

Chris era, por mucho, una de las pocas personas con las que era amable...No es como si él hubiese hecho algo para tratarlo así, solo era él. Bueno, la verdad era que a Chris jamás apreció importarle mi personalidad, quiero decir que no le molestaba.

He vivido en el Campamento Mestizo por mucho tiempo, muchos de nosotros lo hemos hecho, sin embargo pocos somos los que nos quedamos todo el año allí. Tengo mi casa en Phoenix, Arizona donde vivía con mi madre, pero jamás me sentí del todo cómoda allí...y cuando llegué al campamento, el tiempo que pase ahí fue suficiente como para sentirme en casa. Podía llamarlo hogar. Ahora, con Chris conmigo, me doy cuenta de que no importa donde viva, Arizona o el Campamento Mestizo o cualquier otro lugar, mientras estemos juntos sé que estoy en mi hogar. Sé que no estoy sola; y entiendo a Allison en ese sentido y su desesperación por recuperar a mi hermano...

Como mestizos siempre corremos peligros y la desaparición de un mestizo en particular no suele sorprendernos tanto pero en este caso...A mi hermano se lo llevó una diosa solo para fastidiar a Allison y ella como una idiota calló en la trampa. En el fondo siempre supe que esta cruzada no era por mi hermano, sino más bien por ella. Y lo terminé de confirmar cuando la oí hablando con Di Angelo.

Quizá debería preocuparme más por Ivan que por ella, él era mi hermanastro. Somos hijos de Ares, la batalla está en nuestra sangre más que en la de cualquier semidios, no nos apegamos mucho como hermanos sino más como una legión de guerreros, aunque eso no quita que cuando le sucede algo a alguno de los nuestros queramos tomar represalias. Como dije, somos hijos de Ares después de todo.

Muy por delante nuestro, el destello blanco que era nuestra ''pequeña'' loba desapareció. Maldije y apresuramos el ritmo. Allison era muy capaz de cuidar de sí misma tanto en su forma humana como lobuna, pero eso no evitaba que me preocupara aun sabiendo como podía terminar esto...

A lo lejos se oían gruñidos, ella no estaba sola.

****

Era un caos.

Monstruos y lobos por doquier. Y tenían que ser lobos blancos, precisamente. Cómo demonios se supone que vamos a encontrar a Allison entre todos ellos.

–Comenzaba a preguntarme dónde se habían metido los monstruos.

Resoplé. La verdad es que tuve suficiente con la hidra, muchas gracias. Ah, pero nunca vienen mal un par de monstruos para desquitarse.

–¿Lista? –preguntó Chris.

Sonreí maliciosa. –Nacía lista.

Siempre me pregunté por qué los mestizos tenemos ese instinto suicida, siempre corriendo hacia el peligro en lugar de huir de él.

La Flecha de la DiosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora