No.
Definitivamente no.
Sigo pensando que no.
Y el niño insistente, con su cara de cachorro a medio morir sentado con las piernas cruzadas y las manos recargadas hacia atrás en el piso.-¿Pero por qué no? Hasta Kuro puede dormir en la cama de tu hermana, ¿Y yo no?-
-No puedes dormir conmigo primero porque como perro no cabes, estás gordo. Y como persona... no. Simplemente no.-
-Vamos... No quiero dormir en el piso, está frío, por Satán, ¡Frío!-
No pude aguantarme la risa al escucharlo jurar por Satán, es decir, no es como que escuchar a un demonio decir "por Dios" hubiese sonado más normal pero... ¿Satán? La risa me ganó y él también.
-Ya te reíste, eso cuenta como la mitad del permiso.-
-Ni me reí, ni te doy permiso.- intenté mantener la calma pero su mirada de cachorro era tan graciosa que terminé por echarme a reír. Me recorrí un poco hacia la orilla y palpeé un poco del otro lado de la cama, para señalarle su lugar.
Ni si quiera lo pensó un segundo y me saltó para acurrucarse en lo que ahora era su lado de la cama, me levanté y fui al baño a ponerme la pijama consistente de apenas una camiseta y un short y me volví a acostar, de espaldas a él, debajo de mi camiseta podía sentir el calor de su espalda desnuda y musculosa. Comencé a pensar muchas cosas, en mamá y que jamás me habría pasado por la cabeza que fuese una bruja, en papá y lo poco que recordábamos de él Mary y yo, en Daemon y... las muchas cosas que sabía él de mi y yo sin conocerlo ni un poco ya lo tenía durmiendo en mi cama.
-Oye... ¿Habíamos dormido juntos antes?- terminé preguntando, metida en mis pensamientos.
Daemon se giró y yo también, quedando de frente, el azul de sus ojos se intensificaba con la luz de la luna que entraba por mi ventana, a pesar de darle por la espalda, me miraba serio, sin ninguna expresión en particular.
-Pues, sí. Cuando eras pequeña Mary y tú compartían habitación, Kuro y yo solíamos dormir en el piso, sobre un tapete en nuestras formas de animales, por eso mismo se que está helado como el infierno.- rió un poco y me hizo reír también.
-No creí que el infierno estuviese frío...- comenté a propósito para entender un poco más.
-Bueno, es un lugar muy extraño, ¿Sabes? Me agrada vivir en tierra, no es como que no extrañe un poco sus climas extremistas y su gente agonizante recibiendo lo que se merecen, pero, no está mal.-
-¿Cómo es vivir en el infierno?- me comenzaba a gustar platicar con él, cuando estaba así de tranquilo hasta resultaba agradable.
-Hmmm...- cerró los ojos unos segundos y me volvió a mirar con su sonrisa tranquila.- Pues, no es un lugar que tu puedas considerar agradable. Para empezar, los climas son bastante extremos, fríos glaciares y mares de fuego. No es muy distinto de como lo pintan en los cuentos que hacen para espantar niños, salvo por sus habitantes, esos si son un poco diferentes.-
-Vaya, no pensé que fuera en serio, ¿Qué tienen de distinto?-
-Todo mundo cree que somos humanoides mitad cabra de color rojo, incluso, nos ven diferente en muchas partes del mundo. Los que han estado más cerca de lo que somos son los japoneses, porque, como ves, puedo hacerme pasar por un humano cualquiera y no lo notarías.-
-Cierto, pero de igual forma tu carácter te delata.- reí presionando con mi índice su mejilla.- Tienes un carácter del demonio.- reí.
-Vamos, no me digas que no te has divertido conmigo. Te contaré, nosotros al nacer tenemos solo a nuestra madre, en el infierno solo hay siete "machos" por así decirlo que son los procreadores, las mujeres se las reparten entre ellos y ya, hasta que algún hombre quiera desafiarlos y asesinarlos puede tomar su lugar y así sucesivamente. Los siete alfas son los líderes de cada región del infierno que lleva el nombre de alguno de los pecados, nunca se me ha ocurrido preguntar por qué pero es bastante curioso. Kuro, por ejemplo, nació en Lujuria, yo soy de al lado, de la región de Ira. La mayoría de los hombres que nacen son soldados, se les da un trabajo cualquiera qur cumplen gustosos toda la vida, hasta que alguien los mata, para ser seres "inmortales" somos bastante aburridos. Por eso me gusta vivir en tierra, aquí nunca parecen desperdiciar el tiempo porque saben lo mucho que vale.-
-¿Cuántos años tienes tú?-
-¿De cuántos me ves?-
-A mis ojos no puedes tener muchos años más que yo.-
-Algo así, digamos que cada año para mí cuenta lo de una década en tu calendario. Hasta hoy tengo ciento ochenta y siete años, mas o menos dieciocho o diecinueve para ti.-
-No te creo que tengas tantos...- reí incrédula.
-¿Ah no? Algún día te lo demostraré, verás que no miento. De hecho, tus padres se conocieron muchos años antes de lo que te cuentan, tu y tu hermana al tener su sangre deberían ser unas bebés, pero eso depende mucho de cómo te críen y cómo se sientan. Nosotros los demonios, por ejemplo, nos podemos hacer pasar por niños pequeños si queremos, sin embargo no somos capaces de transformarnos en algo que sea mayor a la edad que realmente tenemos. Como me ves es la edad exacta que tengo.-
-Pues, si pareces tener dieciocho.-
-Lo sé, soy guapísimo.--¿Volverás a tu modo idiota o me seguirás contando? Mamá mencionó a tu madre hace rato, ¿Ella está aquí?-
-Así es, la traje conmigo muy a la de malas. Y es que tanto ella como la de Kuro insistían en permanecer al lado de los alfas a la hora de defender el infierno. Así que usé un hechizo que me enseñó tu padre para encerrarla en una caja de Pandora y la traje aquí. Cuando vio que lo había hecho por su bien se sintió agradecida por primera vez en su vida y me reconoció como hijo. Tardé mucho en explicarle pero al final pareció entenderme y entender los ideales de tu padre.-
-Vaya, que hermosa historia familiar. Pero, espera, ¿Por qué decidiste seguir a mi padre en un principio?-
-Bueno, eso es algo que no puedo contestarte con certeza, no porque no quiera, si no porque no sé. Digamos que nací defectuoso, por alguna razón nací con una cierta capacidad para percibir los sentimientos mejor que las de los otros demonios, me destaqué bastante en el colegio por eso, al igual que Kuro, fue ahí donde nos encontramos por primera vez. El problema con eso es que percibíamos sentimientos que ningún otro demonio podía, y peor, podíamos crearlos igual. Cuando lo supieron intentsron asesinarnos a ambos pues, en cierta forma, es algo así como ilegal sentir cosas como el afecto, entonces nos hicimos amigos cosa que por cierto es igual de rara e ilegal y escapamos juntos. Tu padre nos encontró apenas un mes después de que logramos llegar a la Tierra y supongo que vio en nosotros lo que necesitaba así que nos adoptó. Debíamos tener apenas setenta o setenta y cinco años cuando pasó eso. También es poco común que contemos los años, yo comencé a hacer cuentas apenas hace algunos años, no solo porque tu padre quería saberlo, si no porque dijo que algún día lo preguntarías e insistirías hasta que te lo dijera. Bueno, Devon te conocía muy bien y no es la primers vez que me lo preguntas. Cuando sucedió la guerra Kuro y yo estábamos encargados de advertir al infierno y aprovechamos para llevarnos a nuestras madres.-
-Bueno, asegúrate de explicarle que estás conmigo porque quisiste, no quiero que se sienta mal por mi culpa.-
-Tori...- volvió a su mirada seria y una sonrisa ligera se esbozó lentamente en sus labios.- ¿Quieres conocerla?-
Primero me besa, luego duerme en mi cama y ahora ¿me presenta con su mamá? Daemon me ponía de los nervios, me resultaba difícil adaptarme a que me tratara con tanta familiaridad pero supongo que tendré que acostumbrarme, además, me daba bastante curiosidad saber cómo sería su mamá.
-Si te parece bien...-
-Excelente, mañana mismo iremos a visitarla. Algo me dice que Kuro tiene los mismos planes y que Heat se va a llevar una gran sorpresa al ver a Mary. Heat es el nombre de la madre de Kuro, mi mamá se llama Amber.-
-Oh vaya, bueno saberlo. Espero conocerla.--Ya verás, le encantará verte.-
-Bien, ¿Podemos dormir ya? Ya estoy cansada.-
-Pero si dormiste toda la tarde... Eres una floja.- rió un poco y me abrazó, por mera inercia me acomodé entre sus brazos, parecían haber sido hechos para mí. No tardé demasiado en quedarme dormida.
"Ah Pajarita... Como me gustaría hacer más que solo abrazarte. Por ahora está bien, al menos no me ha mandado a dormir al piso como antes, además de que dejó de tratarme como una mascota niñera. Devon me mataría diez veces antes de dejarme dormir con ella de esta forma pero... tal vez ahora me perdone, después de todo y a pesar de ser un demonio, él sabe que yo la amo, que la amé desde que la vi nacer y si tuviese que morir cien veces, por ella cien veces moría. Ah, Devon, semejante maldición me has hecho con este amor desastroso que tengo por ella. Me haré de un plan para conquistarla como debe ser, intentaré por cualquier medios, porque no soportaría que fuera de nadie. Ella es mía."
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Orange Drama
FantasyTori es una chica de 17 años muy escéptica, no cree en fantasmas, demonios, alienígenas ni mucho menos en el amor. Después de muchos años lejos de su ciudad natal, Tori regresa con muchas ansias de probar las frutas del naranjo que plantó de muy peq...