-¡Daemon, me estás lastimando!- terminé poe gritarle estando ya lejos de mi gran amigo Ali y safando mi mano de la suya.
-¡¿Quién carajos es "Ali"?!- me gritó de vuelta girando hacia mi y sosteniéndome por los hombros con una expresión aterradoramente molesta- ¿Eh? Dime, porque no entiendo qué significa ese para ti.-
-"Ese" fue mi mejor amigo cuando recién llegué a la ciudad. Me ayudó mucho a sobrellevar la idea de estar lejos de casa y a soportar la horrible vida en la ciudad. Él estuvo conmigo cuando se supone que tu lo estarías y me abandonaste ¿No es cierto? Deberías sentirte agradecido con él por cuidar de mi cuando tu hacías tus berrinches de cachorro.-
-No digas estupideces Tori, se bien que lo quieres.- comenzó a sostenerme con más fuerza acorralándome contra uno de los árboles en el camino.
-Pues claro que lo quiero idiota ¿Y qué?-
-Nada...- la expresión de Daemon cambió por completo, creí advertir desepción en sus ojos.- Se nos hace tarde, camina.-
Creí escucharlo sollozar o algo por el estilo, tal vez fue solo mi imaginación. No podía mirarle el rostro, caminaba muy al frente de mi como asegurándose de que no pudiera verle mas allá de la espalda. De pronto se detuvo en una curva y en lugar de seguir el camino de tierra se adentró en el bosque, iba moviendo ramas y demás cosas para que no tropezara yo con ellas pero sin dirigirme la palabra en lo absoluto, caminamos así un buen trecho hasta que me cansó su actitud y lo detuve.
-¿Por qué no me hablas?-
-No tengo nada que decir.-contestó dirigiéndome apenas una mirada lasciva por encima del hombro, creí verle los ojos enrojecidos.- Anda o se oscurecerá antes de que volvamos y estaremos en peligro de ver a Übel.-
-Daemon, detente.- contesté con firmeza.
Daemon obedeció como por arte de magia, intentaba mover las piernas pero estas no le respondían, estaban como pegadas al piso. Las palabras de mamá vinieron a mi mente en un segundo "Si dicen no, es no". ¿Se estaría refiriendo a que como familiar no podía desobedecer mis órdenes? Creí que debería intentarlo.
-Date la vuelta.- comenté con la misma firmeza de antes, y así lo hizo, se dio la vuelta y se cubrió la cara con un brazo, mirando hacia un lado.
-¿Qué no entiendes que se nos hace tarde?- contestó, noté un cierto nerviosismo en su voz.
-Daemon, déjame verte.- me acerqué a él, parecía estar haciendo un gran esfuerzo interno mientras bajaba su brazo y volvía su mirada hacia mí con lentitud.- Estás llorando...-
Lo sabía, sabía que estaba molesto conmigo por algo, pensé con todas mis fuerzas porque sabía que mi memoria me intentaría traicionar como siempre pero no sucedió así, el recuerdo volvió de forma clara. "Se bien que lo quieres" ¿Daemon estaba celoso? ¿De verdad estaba molesto por que le dije que si quería a Ali? Es decir, si, dije eso, pero hay muchas formas de querer y yo quiero a Ali como a cualquier amigo...
Coloqué mis manos sobre sus mejillas húmedas y limpié sus lágrimas, su rostro era igual al de un niño pequeño como cuando lo regañan por haberse raspado las rodillas y se estuviese aguantando el dolor para no admitir que regañarlo era lo correcto. Una expresión de Daemon que probablemente vería una sola vez en mi vida, o al menos eso creí por unos instantes, luego pensé en que quería salir con Ali para saber las nuevas y sentí que esto se volvería el berrinche de todos los días. Se lo veía tan molesto que pensé que en algún momento me gritaría y se alejaría pero no lo hizo.-Dime, ¿Qué pasa?- le susurré sin apartar mis manos de sus mejillas llorosas.
-No te pienso decir nada, ¿Me oyes? NADA.- contestó aún enfurruñado.
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Orange Drama
FantasyTori es una chica de 17 años muy escéptica, no cree en fantasmas, demonios, alienígenas ni mucho menos en el amor. Después de muchos años lejos de su ciudad natal, Tori regresa con muchas ansias de probar las frutas del naranjo que plantó de muy peq...