-Bueno escucharlo, comenzaba a sentirme inútil aquí.- rió la dama vestida de blanco intentando incorporarse. Unas enormes alas blancas se estiraron en su espalda y se sacudieron un poco ayudándola a mantener mejor el equilibrio, parecía poder quebrarse hasta con el viento.
-Esta chica que ves aquí es muy importante para nosotros, es mestiza pero además de eso...- comenzó a susurrar- es una de las herederas legendarias.-
-¿En serio?- contestó sorprendida la joven mujer.
-Así es, el problema es que no ha usado jamás su poder, de hecho, apenas y lo conoce. Necesito material de entrenamiento, ya sabes de lo que hablo.-
-Sí, comprendo. Si nunca ha usado sus poderes vas a requerir de un verdadero arsenal para trabajar... ¡Y no le puedo dar cualquier cosa a ella! Tiene que ser material de calidad, qué digo, el mejor material jamás fabricado. ¿Cómo te llamas?- dijo sonriéndome.
-Tori...- me limité a contestar, no se si era mi cansancio, el susto que pasé con el hombre gigante o la no-se-qué que me dio al ver a la mujer más hermosa del mundo, pero mi aliento estaba completamente inexistente.
-Tori... Con razón, tú debes ser el fénix.- sonrió mirando con atención el cuello de Daemon- Pues bien, Tori, yo soy Penelope, antigua Arcángel del amor, y él es mi esposo, Satán, antiguo líder de la región de Ira en el infierno. Es un placer.-
-El placer es mío.- contesté nerviosa- Un segundo, ¿Región de Ira? Daemon, ¿Es...?-
-Pues... sí. Satán es mi padre, técnicamente hablando. Te digo que allá solo hay un ehm, procreador, entonces nadie está acostumbrado a llamarlo padre ni nada de eso pues tarde que temprano alguno de nosotros lo tiene que matar.-
-¿Por qué no le dices que a la única que quieres es a tu madre?- refunfuñó Satán desde la cocina.
-Porque es mentira, ¿Estoy aquí o no?-
-No hagas que quiera demostrarte quien es más fuerte como cuando estábamos allá abajo muchacho.- rió el grandote mientras llevaba a la mesa del jardín una bandeja con cuatro vasos y una jarra de limonada.
-Me rindo.- rió Daemon.
-Bien... Haremos todo lo que necesitas, desde su arma hasta los blancos. Por ser tú y por la enorme cantidad de cosas que vas a comprar te daremos un precio especial, me imagino que tu amigo necesitará lo mismo para entrenar al tigre...- habló con seriedad Penelope, dando un sorbo a la limonada que al menos a mi me había caído perfecta en ese momento.
-Así es. ¿Cuánto?-
Penelope pareció vacilar unos minutos antes de dar su respuesta, dio otro sorbo a su bebida y la colocó de vuelta en la mesa. Suspiró y se recargó en la silla sonriendo de la misma forma en la que sonríen los que están a punto de hacer algo terrible.
-Diez. Cinco por cada uno.-
-¿QUÉ? ¿Y se puede saber de donde esperas que saque tantas?-
-Ese no es mi problema y lo sabes cariño. Diez es mi precio, sabes lo que significa.- rió amablemente sin dejar rastro de su anterior expresión aterradora y volvió a tomar su bebida haciendo chocar los hielos en el cristal del vaso.-Diez serán...- suspiró Daemon con resignación- Pero espero que sea realmente lo mejor de lo mejor si me vas a cobrar tanto.-
-Mi trabajo nunca ha sido malo, ¿O si? Dame una semana y tendré listo todo. Por todo esto debería estarte cobrando al menos cincuenta por cabeza.-
-Diez me parece bien, te las tendré la próxima semana embotelladas y listas para ti.-
-Me gusta como suena eso... ¿Se quieren quedar a comer? Satán hará sushi endiablado especial.-
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Orange Drama
FantasyTori es una chica de 17 años muy escéptica, no cree en fantasmas, demonios, alienígenas ni mucho menos en el amor. Después de muchos años lejos de su ciudad natal, Tori regresa con muchas ansias de probar las frutas del naranjo que plantó de muy peq...