-Pues ustedes dirán, ¿Qué es eso tan importante?- dijo al fin incorporándose y cerrando el libro que tenía en las manos.
-Esa es la Divina Comedia, ¿Cierto?- preguntó Natsumi.
-Sí, es de mis libros favoritos y la razón de mi nombre.-
-En ese caso no hay nada que explicar, ya sabe que vengo del infierno.- comentó Natsumi dirigiéndose a mí.
-No hagan bromas cuando se supone que me íban a contar algo serio, Tori, ¿Por qué has querido venir aquí de repente? No es que no esté contento teniendo a mi mejor amiga cerca, pero se me hizo muy extraño y aunque tu amiga parece agradable apenas y me la presentaste.-
-Ah, ehm... Sí, eso. Bueno, yo te lo explicaré. Venimos aquí porque un tipo llamado Übel nos está cazando y por ciertas circunstancias tu granja de frutas es el mejor escondite.- callé a Natsumi con la mirada, si seguía así terminaría asustando a Ali.- Verás, hace mucho tiempo se libró una batalla entre el cielo y el infierno.-
-Tori, no es hora de tus cuentos, dime quién es ese que te persigue. Sabes que si es necesario yo mismo lo enfrento por protejerte.-
-No, entiéndeme Ali. No estoy hablando de cuentos esta vez... Hablo de una batalla legendaria que, aunque al principio tampoco lo quise creer, tuve que sucumbir ante la evidencia. En esta batalla los dos bandos peleaban bajo el sello de su reina, el infierno por el fénix y el cielo por el tigre blanco. Según sé, las reinas murieron justo después de darse cuenta que la batalla era innecesaria, pues se necesitaban la una a la otra para existir. Entonces dejaron dos reliquias sagradas enfrascando su poder para otorgarlo a una sucesora, alguien que pudiese con esa responsabilidad. Fue así que mi padre, quien era el encargado de buscar esas dos personas buscó por todos lados y se casó con mamá para crear los dos recipientes para el fénix y el tigre. Así nacimos Mary y yo.-
-Hmmm... Entiendo, está bien. Digamos que te creo, ¿Eso no te convierte en un medio demonio?-
-Pues, sí. Y a Mary en una medio ángel. Además de eso, tengo que explicarte la existencia de Daemon y Kuro, incluso la razón de que Natsumi esté aquí.-
-Adelante...- Ali se cruzó de brazos, Natsumi lo miraba fijamente.
-Daemon era de cierta forma un discípulo de mi padre, al nacer yo le fue encomendada la tarea de cuidar de mí, pues yo sería valiosa para ellos. Con los años, Daemon y yo hicimos un contrato para que él se convirtiera en mi familiar, considerando lo mucho que sabes del tema no creo tener que explicar eso.- Ali asintió con la cabeza y me indicó que siguiera con un gesto.- Bien pues, cuando Mary nació pasó lo mismo con Kuro, él es su familiar y el tatuaje que tengo en el cuello y ella en la espalda es lo que lo demuestra. Natsumi, por otro lado, es la hermana mayor de Daemon y nos ayuda en eso de cubrirnos contra Übel mientras intentamos aprender a usar nuestro poder.-
-En estos momentos, mi hermanito está haciendo de las suyas para confundir a Übel de nuevo por cierto. Está corriendo por todos lados y... ugh, el resto no lo pienso decir en voz alta.- rió Natsumi.
-¿Cómo puedes saber eso?- interrumpió Ali.
-Natsumi puede escuchar y ver cosas que no cualquiera, por el tipo de demonio que es. Cuando está cerca o piensa con mucha fuerza puede incluso escuchar sus pensamientos.-
-¿Ah sí? ¿En qué estoy pensando yo?- rió incrédulo.
-Eso es lo que no entiendo, no puedo escuchar bien. Se que estás pensando en que alguien es muy bonita pero no se si te refieres a ella o a mí. Debe ser tu sangre...-
-¿Mi sangre?-
-Sí... eso es otra cosa que iba a decirte, Daemon me dijo que tu abuela tenía una presencia extraña y que por lo mismo debíamos tener cuidado con ella. Le dije que le preguntara directamente que era y nos veríamos más tarde para averiguarlo. Creemos que tu abuela es un ángel, por lo tanto, tú deberías tener sangre de ángel también.-
ESTÁS LEYENDO
Orange Drama
FantasyTori es una chica de 17 años muy escéptica, no cree en fantasmas, demonios, alienígenas ni mucho menos en el amor. Después de muchos años lejos de su ciudad natal, Tori regresa con muchas ansias de probar las frutas del naranjo que plantó de muy peq...